Reseñas

jueves, 11 de agosto de 2016

Dark Water - Koji Suzuki / Satori Ediciones



Excelente portada de la edición española.


Dark water es la recopilación de historias cortas de Koji Suzuki, autor japonés especializado en terror y autor de The ring, entre otras obras, famosa por sus adaptaciones cinematográficas. El libro, editado en España por Satori, nos lleva a un tenebroso paseo por zonas acuáticas, que intenta bucear en las partes más oscuras de la psique y comportamiento humano. Voy a abusar de las metáforas acuáticas, como podéis comprobar; es lo que toca. Lo siento.

Resulta imprescindible señalar que Dark water no es un libro recomendable para todo tipo de lectores. Los relatos son cortos pero ese aspecto no influye a la hora de que sean simples o que sus ideas tengan poco recorrido. El estilo de Suzuki hace que cada relato se construya poco a poco, con mucha descripción tanto de entorno como de sensaciones, influyendo a la hora de crear un terror psicológico, de lenta aparición, pero de poso amargo. Un descenso lento por aguas frías y profundas. Ahí reside, quizás, la clave de que el libro os pueda o no convencer. Sus historias requieren un trabajo de fondo, donde nos tenemos que dejar batir por el oleaje y que el autor nos lleve al punto que él desea. Esa condición, unida al estilo de la narrativa, supone una barrera que puede ser definitiva a la hora de acercaros al libro. No ha sido mi caso y Dark water me ha convencido, a pesar de ese posible hándicap.

Otra de las características principales del libro es su temática cerrada en un elemento: el agua. Parece increíble la diversidad temática que puede surgir de un mismo elemento. Desde depósitos de agua en edificios de viviendas a islas artificiales creadas por el ejército japonés en la Segunda Guerra Mundial, pasando por cuevas desconocidas con acuíferos subterráneos sin salida; todo es válido para que Suzuki nos sumerja en las zonas oscuras de la condición humana. Las atmósferas elegidas son asfixiantes, pegajosas, casi puedes sentir la humedad calándote hasta los huesos y de esa misma manera, como si fuese un goteo lento, el desasosiego se instala en el lector a medida que el relato de turno avanza.

Suzuki es conocido, sobre todo en Occidente, por ser el artífice de The ring y secuelas, pero como indica Jesús Palacios en la brillante lectura que cierra el libro, es uno de los afortunados elegidos con el título de “El Stephen King de…” (sustituyan los puntos suspensivos por la zona del mundo en cuestión). En esta ocasión y a pesar de que soy un lector constante del maestro del terror, flaco favor se le hace a Suzuki con esa comparación. Los estilos son diferentes, quizás unidos por un exceso en las descripciones, pero el escritor japonés siempre busca el horror en el interior de las personas, en los comportamientos y actitudes de sus personajes. Al saber que The ring es obra suya podemos caer en el error de imaginarnos relatos oscuros llenos de niñas de colores grisáceos y pelos largos por la cara o fantasmas que atemorizan a los protagonistas; relatos llenos de giros sobrenaturales, influenciados por la potencia de las adaptaciones cinematográficas. Nada más lejos de la realidad. Dark water basa su capacidad de incomodar en el comportamiento humano, en madres controladoras, crueles bromas que van más allá, problemas domésticos y padres que quiere dejan un último mensaje a su hijo. No veremos muchos entes sobrenaturales surcando las páginas de Dark water, el asombro viene de lo retorcido del comportamiento humano. No hay que tomar esto como un punto en contra del libro, los relatos funcionan igual de bien y consiguen su objetivo: inquietar.

El medio ambiente de las historias es el mismo, el agua, pero su carácter no puede ser más distinto.

El libro se abre con un pequeño prólogo, donde una abuela y su nieto pasean por la orilla del mar, buscando objetos arrojados por la marea y contando historias. En apenas tres páginas, Suzuki nos ambienta en su mundo y nos mete de lleno en él en un arranque de oro para el libro. 
Agua que se agita es el primer relato y el más reconocible de la colección ya que contó con dos adaptaciones cinematográficas, una japonesa a cargo de Hideo Nakata en 2002 y la inevitable norteamericana en 2005 con Jennifer Connelly como protagonista, compartiendo título que precisamente es el mismo que utiliza el libro, Dark water. Esta historia de una madre controladora y su hija entra dentro de las más sobrenaturales del libro y es un excelente ejemplo del estilo de Suzuki: a pesar del supuesto terror sobrenatural que podría llenar el relato, el auténtico pesar viene por las implicaciones de las acciones humanas. Si éste no os convence, poco más puede aportar el libro para que cambiéis de idea. 
Isla solitaria es uno de mis preferidos y el que más me enterró en el barro malvado que nos propone el autor. Una historia ambientada en una de las islas Daiba, zonas artificiales creadas para instalar baterías de defensa, y que eleva la maldad y el egoísmo humano a otro nivel, explotando la idea principal más allá de lo que resulta común. Brillante. 

El agujero se va construyendo poco a poco, sobre un cimiento sólido de estructura clásica (muy Poe, como indica Palacios en su escrito al final del libro) y giro final. En este caso el terror viene marcado por la convivencia diaria de una pareja y sus consecuencias. Vuelta al horror de lo cotidiano. Un crucero de ensueño puede englobarse dentro de los relatos de corte sobrenatural, aunque los fenómenos inexplicables funcionen más como argucia que como parte trascendental del relato. Esta crítica a las clases sociales, a la relación entre ricos y pobres o al extremo desapego de la burguesía nos lleva a un crucero de lujo por alta mar hasta que la nave se detiene sin motivo aparente… y aparece lo extraño. El barco a la deriva puede resultar similar, pero conecta con la parte ecológica de los medios marinos en una narración que mantiene la intriga hasta el final.

La acuarela es el relato más arriesgado de la colección. Un juego metanarrativo que sale bien, convence y juega con la trama y por extensión con el lector, hasta el final. Un ejercicio de estilo y de inventiva que brilla en el conjunto del libro. 

El bosque en el fondo del mar es el relato clásico y que se encuentra más alejado del terror. Una narración entre la aventura y el drama, claustrofóbico y que enlaza con el Epílogo que arroja algo de luz en la oscuridad de la obra. Una historia sobre la responsabilidad de ser padre y el peso de las situaciones extremas.

El libro, en la edición española de Satori, incluye un breve ensayo de Jesús Palacios, Puente sobre aguas turbulentas: Koji Suzuki y Dark water, que ahonda sobre la obra del autor y los relatos incluidos en la recopilación. Un muy buen añadido por uno de los mayores expertos en el género de nuestro país y que hace que apreciemos un poco más lo que acabamos de leer. La edición de Satori cuenta con una excelente portada, una muy buena traducción con algunas notas al pie que siempre nos aclaran aspectos sobre la cultura japonesa que nos resultan extraños y el broche de oro con el añadido de Jesús Palacios. Nada que añadir, un gran trabajo de la editorial asturiana a la que no puedo más que recomendaros que tengáis en cuenta a la hora de buscar lecturas interesantes. 

Dark water nos arrastra a pozos profundos, siempre con el agua al cuello, aunque nos encontremos en la relativa seguridad de nuestro sofá con el libro en las manos. Después de beber en él nos queda un poso oscuro, un regusto amargo. No es un libro accesible para todo tipo de lectores ni para nadie que no quiere ver interrumpida su paz con la oscura versión de los actos humanos. Koji Suzuki es un escritor de ideas potentes y malvadas, capaz de convertir un plácido paseo en yate, una tarde de espeleología o una expedición en algo oscuro, malsano. Desasosiego sería el término adecuado. A mí me ha convencido y he tardado en quitarme esa molesta humedad de encima. Dadle una oportunidad.

3 comentarios:

  1. Estupenda reseña. Ya me llamaba muchísimo el libro, pero ahora un pelín más. Un abrazo^^

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