"Holly" - Stephen King / Plaza & Janés

Suelo dejar un tiempo prudencial entre las lecturas y la reseña. No tengo un periodo claro, me muevo por impulsos. También hay ocasiones en las que no cumplo ese tiempo de pausa, ya sea para bien o para mal. 

Lo necesito, personalmente, para asentar mis impresiones, quitarme de encima sensaciones de euforia o de decepción y tener una opinión firme sobre el libro.

Estas reseñas son para todo el mundo pero también son para mi; si os engaño, me engaño a mi mismo.

Con "Holly" he necesitado un buen tiempo de reflexión y es que la última novela de Stephen King me ha dejado sensaciones contradictorias. 

Venga, vamos a desentrañar este caso...

Título: "Holly"

Autor: Stephen King.

Editorial: Plaza & Janés, 2023

Traducción: Carlos Milla Soler

Páginas: 624

Tapa dura con sobrecubierta / eBook / Audiolibro 

Cuando Penny Dahl contacta con Finders Keepers para que la ayuden a encontrar a su hija, algo en la voz desesperada de la mujer hace que Holly Gibney se vea obligada a aceptar el trabajo.

A poca distancia del lugar en el que Bonnie Dahl desapareció, viven los profesores Rodney y Emily Harris. Son la quintaesencia de la respetabilidad burguesa: un matrimonio octogenario y dedicado de académicos semiretirados. Nadie diría que, en el sótano de su impecable casa forrada de libros, esconden un secreto directamente relacionado con la desaparición de Bonnie.

Son astutos, pacientes y despiadados, y obligarán a Holly a emplear sus habilidades al máximo y a arriesgarlo todo si quiere cerrar el caso más oscuro al que se ha enfrentado jamás.

"Si quieres ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho. No conozco ninguna manera de saltárselas."

Esta es una de las citas clásicas atribuídas a Stephen King y no puedo estar más de acuerdo. Tampoco tengo dudas acerca de que es una máxima absoluta que King sigue cumpliendo a rajatabla, a sus recientes 76 años. Y "Holly" certifica esa frase, al ser una novela de un autor que ha escrito y leído mucho. 

Muchísimo. 

Un ejercicio de oficio, como casi todas sus últimas obras.

En esta ocasión, Stephen King recupera a Holly Gibney, personaje ya visto en la trilogía Mr. Mercedes, "El visitante" y en uno de los relatos de "La sangre manda". 

"Holly" es su debut como protagonista absoluta, en un nuevo caso dentro de la agencia de investigación Finders Keepers.

Holly es una mujer de mediana edad, tan inteligente como comprometida por sus problemas de comportamiento personal y sociales (procesos de ansiedad, quizás un trastorno del espectro autista y fumadora empedernida), agravados por una complicada situación con su dominante madre. Holly ejerce como investigadora privada y ha tenido algún roce con fenómenos difíciles de explicar que han puesto su vida y la de sus seres queridos en peligro.

Hasta aquí, quizás, lo que deberíais saber sobre Holly. Un advertencia: no hace falta haberse leído las anteriores novelas del personaje para hincar el diente a "Holly". Hay situaciones o menciones a personajes de otras obras pero nada que limite la lectura.

Y, ¿qué nos vamos a encontrar en "Holly"?

Pues un thriller al uso, ni más ni menos. Y sin componente sobrenatural, en esta ocasión.

Una investigación, con desplazamiento temporal entre algunos capítulos, en la que Holly debe atar los cabos de una extraña desaparición y todo lo que la rodea, en medio de una tranquila zona residencial.

Va a ser una investigación desigual: las mentes al otro lado de la página vamos a saber, desde el principio, quiénes son las amenazas a las que debe detener Holly. Hay algunos detalles que van a ir surgiendo con la lectura pero, antes del ecuador del libro, ya tendremos toda la información, aunque Holly, no. 

Hay dos detalles de riesgo en la construcción de "Holly": esa investigación desigual que la comentaba y unos cimientos anclados en la realidad y la actualidad. 

Y, con eso, me refiero al Covid y al mundo Trump /postTrump.

Stephen King, aún generando inconsistencias en su obra (él mismo lo aclara en los agradecimientos finales), basa "Holly" en pleno Covid, en el mundo real. Vacunas, antivacunas, gente que extremaba precauciones, otros que veían la mascarilla como un límite de libertades, funerales por Zoom, etc. Y, de ahí, al inevitable terreno político y social de los USA (y del mundo): fake news, introlerancia, racismo, Black lives matter, gorras rojas de MAGA y demás.

Yo estoy siempre a favor de que ese tipo de realidad, de visiones, se apliquen a la ficción. Es necesario, sobre todo cuando tienes una visión tan formada como Stephen King. Porque tú vives en España y a Trump y todo lo que lo rodea lo ves a través de la tele, pero allí lo sufres de primera mano, esa división entre personas, el enfrentamiento constante, las mentiras y manipulaciones, etc. 

Y lo mismo sobre el Covid, aunque eso nos atañe a todos.

Es necesario y de agradecer, sobre todo viniendo de un señor de 76 años que tiene la cabeza más actual que mucha gente de la que nos rodea en nuestro día a día.

El problema viene cuando se abusa del mensaje y se intenta dar una visión tan global y equilibrada de esos hechos. Tenemos antivacunas proTrump o provacunas antiTrump, entre todos los aspectos intermedios. 

Y termina por diluirse el mensaje, pierde fuerza, empuje e interés. Lo contrario a "Los sonámbulos" de Chuck Wendig, por ejemplo (¿habéis leído "Los sonámbulos"? ¡Leedlo!). 

La realidad es, quizás, demasiado compleja para una novela así, para intentar reflejar todos los aspectos de una sociedad tan extraña. Ya se que no todo es blanco o negro, que el gris impera, pero hay veces que prefiero una dualidad clara y firme.

No tengo nada que objetar respecto al aspecto formal de la novela. 

Stephen King es un maestro y, si quiere construir un thriller, después de haberse leído los mil thrillers más vendidos que colapsan las librerías y los puestos de más vendidos, lo hace como el mejor. Capítulos cortos y dinámicos, buenos diálogos, unos enemigos muy impactantes y una investigación que se va construyendo poco a poco, relacionando pistas que, en principio, no tienen puntos en común. Lo empiezas a leer y cuando quieres darte cuenta, estás en la mitad del libro.

Y lo mismo con nuestros entrañables viejecitos: Rodney y Emily. No haré spoilers, como siempre, pero la forma de actuar de los Harris es de las que no se olvida. Y cuidado si sois muy sensibles: hay partes un poco durillas.

Desde la sinopsis editorial, desde el primer capítulo, queda claro que la pareja de personas mayores es la némesis de Holly. 

Ahí no hay sorpresas. 

Profesores universitarios eméritos, ya parcialmente jubilados, respetados y temidos por la sociedad que los rodea y dos elementos que se ven fuera del mundo actual. King mete ahí una interesante reflexión sobre la vejez, la conexión con las nuevas generaciones, el respeto y las distintas maneras de afrontar la senectud, en contrapunto con otro personaje secundario que aparece en el libro.

King ya está enfocando su última etapa vital (que espero que sea larga y fructífera) así que estos Harris tienen mucho del reflejo de esta fase. Y que el bueno de Stephen no comparte, claro.

Si todo está bien, ¿de dónde surge mi descontento con el libro?

"Holly" tiene un primer tercio magnífico, un segundo muy acertado y un tercero demasiado plano, para mi gusto. 

Es una novela que siempre está a buen nivel, pero 600 páginas al mismo nivel quizás no resulte la mejor opción. 

Holly es un personaje maravilloso y me gusta un montón, ya desde "Mr. Mercedes", aquí incluso sufre muchísima evolución, que ayuda a su fortalecimiento de cara a nuevas entregas, pero hay tramas secundarias y vericuetos de la investigación que alargan muchísimo la novela.

Cuando enfocas los últimos centenares de páginas y Holly, como personaje, iguala los conocimientos que tiene a los tuyos como lector, y a pesar de algunas escenas de tensión (muy forzadas), la novela tiene pocas balas para sorprenderte.

Cierran el libro unos epílogos bastante largos, muy emotivos y acertados, que aportan algo de luz a elementos bastante escabrosos.

Y una maravillosa reflexión sobre el horror y el terror en la ficción para lidiar con el día a día y sus traumas.

A ver, entendedme. 

"Holly" no está mal y, si sois lectores constantes la váis a disfrutar un montón, pero me ha resultado muy monótona. Tiene un buen nivel pero está siempre a ese mismo nivel, monocorde.

Stephen King demuestra que puede hacer un thriller igual que los maestros del género y que Holly Gibney tiene cuerda y personalidad para cimentar una serie de novelas. Además, añade a unos villanos turbios, con algunas escenas bastante desagradables, y una reflexión sobre el envejecimiento muy interesante.

Y, además, King se basa en la realidad, en este mundo extraño entre mascarillas, vacunas, racismo congénito en una sociedad podrida a base de fake news, ignorancia y egoísmo. El verdadero terror.

Pero no me ha terminado de llenar, de convencer del todo. Una novela plana en exceso, sin altibajos.

Todo está bien, pero tan bien que no brilla.

Un lío.

Explicar esto si que sería una buena investigación para Holly...