Reseñas

domingo, 4 de noviembre de 2012

De abismos, mutados y el FBI.

Tres reseñas irregulares y dejando un sabor amargo.
Lo que viene siendo la mayoría del cine actual.



"Al borde del abismo" es un ejemplo de cine de consumo rápido, de sobremesa.
La historia del enésimo policía acusado injustamente y que decide subirse a una cornisa y amagar su suicidio para alejar la atención de su verdadero objetivo, encarnado por un Sam Worthington que intenta dejar atrás sus avatares y titanes y Jamie Bell de secundario de lujo.

Además está el gran Ed Harris, muy Señor Burns por cierto, y la producción tiene cierto estilo, bien rematada, correctamente rodada pero seca de ideas.
Aún así, se deja ver,entretiene, aunque comparta ADN fílmico con "Negociador", "The score" y demás películas del género.



Oren Peli es un tío con suerte. Se le ocurrió, a lo loco, la idea de "Paranormal activity" y cuatro películas después, con un balance costes - beneficios sonrojante, es uno de los cabecillas del nuevo terror americano que ya empieza a flojear a pesar de ser tan reciente. "Atrapados en Chernobyl" es un ejemplo de esa basura: una idea decente que podría funcionar pero rodada sin ningún tipo de interés ni energía, con un guión que gira alrededor de una premisa pero que no se desarrolla, se queda huérfana en la primera media hora.
El interés que pueda suscitar las desventuras de un grupo de turistas en busca de una aventura extrema en una pequeña ciudad abandonada cercana a Chernobyl y atacados por algún ser sospechoso es limitado pero si además sumamos que la historia no avanza nada además de que no da ningún tipo de miedo, se convierte en un suplicio de hora y media.
Horrorosa.



"J. Edgar" es el biopic del hombre fuerte del FBI, el señor Hoover. Un personaje interesante, innovador en determinados aspectos como el acercamiento de las técnicas científicas a las investigaciones policiales pero también siniestro, vulnerando los derechos de las personas, acaparando secretos para posibles chantajes y participando en cualquier caza de brujas que le ayudase a mantener su estatus. Clint Eastwood se pone tras las cámaras y Leonardo DiCaprio en el papel protagonista pero el invento no funciona.
Cumple todas las premisas de una película del género, sin duda, aunque el resultado final es frío y distante, centrándose en aspectos mas amables del personaje y dejando su faceta mas oscura justificada por su carácter obsesivo y trabajador. La película depende demasiado de DiCaprio, sin secundarios que le ayuden a soportar las dos horas de sesión quedando a medio camino entre el "JFK" de Stone y "Brokeback Mountain" de Lee. Sin sentimientos y sin que te involucren sentimentalmente es muy difícil que el invento funcione.
Un Eastwood sin ganas, frío y tremendamente crepuscular, dejando aparte afinidades políticas o lavados de imagen.

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