Reseñas

jueves, 9 de febrero de 2023

"El rito circular" - Iván Ledesma / Dolmen

Sal a dar un paseo por tu ciudad y déjate llevar. No camines con rumbo fijo, que te guíe algún extraño y primitivo instinto. Seguro que no tardas mucho en llegar frente a algún enorme bloque de viviendas.
Quizás esté en las afueras o en el centro, en un barrio recuperado, en otro devaluado o en un polígono. 
Siempre hay construcciones así.
Y seguro que tienen mala fama o leyendas ocuras. 
Droga, desapariciones, "ahí no se puede vivir, que siempre hay jaleo", "son viviendas sociales, ya sabes lo que hay..."; algunas veces con razón y fundamento y otras, puro prejuicio.
Lo se porque vivo en un sitio parecido, aunque todavía no tiene mala fama, pero se de otros que si la tienen. 
Siempre hay lugares así, "colmenas" llenas de historias. 
Iván Ledesma, como buen observador, construye su "El rito circular" en una Colmena de varias torres, una ciudad dentro de una ciudad, llena de misterios, terrores, historias personales y leyendas, creando nuevos mitos urbanos.
Creedme: nos hacen falta nuevos mitos, nuevas leyendas, nuevos terrores.


Título: "El rito circular"
Autor: Iván Ledesma.
Editorial: Dolmen, 2022
Portada: Rafa Mata
Páginas: 344

En la Colmena no les gusta que la gente meta las narices en sus asuntos. ¿Sabes dónde te digo? Ese sitio lleno de edificios enormes y feos a las afueras, donde pasó lo del incendio hace años, con muchos muertos. 
Un horror.

Allí tienen sus propias creencias, sus propios mitos y sus propios demonios.
Ahora parece que está todo tranquilo. 
Eso dicen.

Pero los niños del lugar no están de acuerdo.
Algo está despertando en el tercer sótano del parking.
Ese que está inundado.
Y ese algo quiere que los habitantes de la Colmena cumplan un viejo ritual donde morir es solo la primera parte y después viene lo peor.


No hay un manual de cómo comenzar una novela de terror. Alguno existirá , que no lo he buscado, no os voy a mentir,  pero no me parece que Iván Ledesma siga muchos manuales. 
A lo que iba: puedes optar, dependiendo del tipo de terror, por un arranque tranquilo, evocador, o por ir con el acelerador pisado a fondo. Ledesma inicia "El rito circular" con unos primeros capítulos maravillosos, que van a condicionar el resto de la lectura. 
El primer capítulo ya es un buen ejemplo de a lo que nos vamos a enfrentar: un puñado de páginas que narran la llegada de un tipo a casa, después del trabajo, y se encuentra con que los vecinos no han recogido un paquete de su felpudo, además hace tiempo que no los ve y...

...y ya estaría todo en marcha. 
"El rito circular" tiene esa magia, ese conjuro, capaz de agarrarte desde la primera página, siempre y cuando tengas una mente afín al terror más lúdico. Un primer capítulo y ya estás dentro, con un estilo y unas intenciones claras. 
Tenemos unos misteriosos edificios, La Colmena, un mundo dentro de la propia Barcelona, con sus leyes, normas, costumbres y leyendas, una amplia galería de personajes y una misteriosa amenaza.

Los primeros capítulos, como decía, marcan la lectura, el contenido y el ritmo. 
Toda una declaración de intenciones. 
Iván Ledesma estructura la novela en capítulos cortos, casi como historias unitarias en un principio, para luego enredarse en una vertiginosa espiral. 
Esa estructura favorece la lectura, ayuda a crear atmósferas y dosifica la información. Una pieza clave en la novela, al igual que el estilo del autor, con una forma de narrar directa, fluida, buenos y creíbles diálogos y un manejo estupendo de distintas voces, desde niños a ancianos, pasando por policías, jóvenes o quinquis (¿se sigue usando quinqui? Espero que si. Quinqui. Menuda maravilla)

Volvamos a La Colmena y sus misterios. Iban a ser 12 torres pero se quedaron en 8, ubicadas en un suburbio de Barcelona y que acoge a residentes fijos, temporales o viviendas sociales. Gente trabajadora, de paso, con pocos recursos o huídos de cualquier situación. Unos bloques que conforman un mundo propio, con sus leyes, sus bosses y sus leyendas. 
Décadas atrás hubo un incendio en una de ellas con varias víctimas, otras veces desaparece gente, sin más, niños que no vuelven, algún asesino suelto, incluso un ascensor sin terminar del que solo hay un gran hueco. Ah, y un nivel del párking inundado por filtraciones, que los chavales aprovechan como improvisada e insalubre piscina.
Un mundo dentro de otro pero, como dicen las pintadas en las paredes: La Colmena es suya. Graffitis de tres rayas, advertencias que recuerdan a Franchi, uno de los implicados en el incendio y murmullos que hablan del Mörch, un misterioso ser que cuenta, incluso, con su propia canción infantil.
Paisaje, paisanaje y leyendas.

- Mamá. - Uriel había despertado de su encantamiento - . ¿Dónde estás?

- Estoy vistiéndome, Uri, cariño -  dijo, mientras se abrochaba el sujetador.

- Mamá, hay un señor... Un señor volando, como Starfire -  exclamó Uriel.

-Muy bien. ¿En qué capítulo sale? -Rocío se había puesto la camiseta y estaba tumbada sobre la cama, tratando de enfundarse los pantalones. 

- En la tele no. En la ventana - respondió el pequeño.
Y Rocío escuchó cómo el niño arrastraba la silla por el comedor.

"El rito circular" es una novela coral, con varios personajes principales que van aportando distintas capas a la historia para terminar confluyendo. Anna y su hermana, Carol, vuelven a La Colmena para una herencia indeseada de su indeseable padre, Dani y Arnau conviven con su padre, pasando mucho tiempo solos, Mayudah controla la torre 8 y gestiona información, secretos y pesares, Arda investiga las desapariciones y suicidios mientras lucha contra su alcoholismo..., una galería de personajes variada y rica en matrices, en detalles.
No he notado, a pesar de ser coral, altibajos en la lectura, incluso personajes que me gusten más o menos. Todos aportan y en "El rito circular" hay mucho, pero muchisimo, que sumar. Resulta un acierto tremendo, de acuerdo con el espíritu de la novela, que todos los personajes sean creíbles, cercanos, "urbanos", gente normal con problemas normales (de base) y, oh cosa magnífica, llenos de fantasmas. Fantasmas en sentido figurado y literal.

¿Es una novela de terror? Por supuesto.
¿Se cierra a añadir algún elemento más? No. Un NO rotundo.
Comienza como una novela de terror, con algunas escenas escalofriantes e inolvidables pero, con el paso de las páginas y las situaciones, Ledesma no cierra el grifo de la originalidad. Y ahí, justo en ese momento, en el que crees que no puede sorprender, lo hace. Añade una capas de policiaco y luego abre la caja de fantasía urbana oscura. Mitos, leyendas, hormigón, vecindades, presente y pasado. 
Ivan Ledesma va sobrado de conocimiento sobre terror, fantasía, mitos y de cosas que dejan el pelo blanco (¡me encanta ese elemento en el terror!) y sabe ir a la raíz de cada elemento para incorporarlo a la mezcla. 

La novela no te suelta hasta llegar a su final. La historia se complica, se añaden capas de contenido y llega el final. Un tramo final intenso, sin descanso, en el que explota la mitología interna de La Colmena. Y, como no podría ser menos, unos epílogos interesantes que dejan una sensación inmejorable. El estilo del autor, la estructura en capítulos cortos, esa sensación de ir siempre a más (más terror, más elementos), el ritmo de eventos..., todo funciona.
Quizás, como los puntos que menos me han gustado, me hubiese gustado un tercio final menos movido, tanta escena junta hace que, personalmente, me disperse un poco (sensación que ya tuve con "Negorith") o que se profundizase algo más o, más que profundizar, la historia se detuviese un poco más en algunos elementos. Nada grave y estrictamente personal.

Arda, que había bajado del coche por el otro lado, se quedó detrás del hombre enfadado, observando la fachada de la torre ocho sin prestarle atención al airado comerciante. Parecia que aquella cosa enorme estuviera a punto de caer sobre ti, o peor, de abrir una enorme boca y devorarte.
La Colmena impresionaba de cerca; era enorme, gris y tan alta que, mirases donde mirases, estabas bajo su sombra amenazadora.

"El rito circular" es una mezcla de géneros, influencias y tópicos que cobran vida en manos de Iván Ledesma. Hay terror, mucho, y sería la columna vertebral de la novela. Un terror centrado en unos bloques de edificios, que parecen aislados del resto del mundo y que encierran un mal. 
Maneja, además, ideas sobre exclusión social, personas desfavorecidas, el sistema capitalista y la supervivencia en términos actuales. 
Y, en medio de todo eso, el Mörch. 
La leyenda del Mörch, su trasfondo, ése ser que habita en guetos, entre desfavorecidos y que parece devorar a jóvenes, sus vidas y sus esperanzas, hasta volverlos en nada. 

Hice, hace tiempo, una reseña de "Negorith" y decía que me había resultado "Carpenteriana, rolera, honesta y entretenida." 
"El rito circular" sigue siendo rolera pero es muchísimo más Carpenteriana que "Negorith". Tómese esto como el mayor elogio que pudo darle a una novela. 
Un puñado de personajes aislados social o culturalmente, una extraña amenaza, el Mal mayúsculo, gente atrapada en el conflicto... mientras leía me iba al extraño grupo de personajes capitaneados por Alice Cooper que acechaban en los callejones de la iglesia de "El príncipe de las tinieblas"
También hay algo de la construcción de nuevos mitos urbanos que hace Clive Barker en "Candyman", sobre todo en sus adaptaciones al cine, los inevitables toques Lovecraftianos (aunque muy diluidos, que ya va tocando), el entorno de "Rec", el edificio - estado de la adaptación de "Dredd" de 2012, los adolescentes enfadados de "Attack the block" o una versión moderna del Flautista de Hamelin. 
Y King, claro, hay cosas de King y, al igual que en "Negorith", unas ideas y ejecución que me recuerdan mucho a los enfoques de Guillermo del Toro. 
"El rito circular" es muy visual, quizás por el oficio de Ledesma como guionista, y esas imágenes plasmadas en letras, funcionan.

 
"Negorith" y "El rito circular" están íntimamente conectadas. 
Quizás "Negorith" exista en un mundo más cercano a la fantasía oscura y "El rito circular" en el terror, pero pertenecen al mismo universo. 
Un universo que debe seguir expandiéndose, llenando más libros sobre seres de otros planos, misteriosos hombres con viejas maletas llenas de tarros de cristal, cultos y recovecos en la construcción misma de nuestras ciudades. 
No creo que importe el orden de lectura, pero si lees una, y te ha gustado, es de obligado cumplimiento lanzarse a leer la otra.

A mi parecer hay, entre obras recientes en castellano y mis obsesiones, un hermanastro de "El rito circular": "Bajo el barro" de Rubén Sánchez Trigos. Madrid y Barcelona, pero mismos barrios, suburbios, con ese afán por crear nuevos mitos, actualizados, llenos de referencias. Dos novelas hermanadas, aunque sea dentro de mi cabeza.

Queda feo pero voy a volver a citarme: Carpenteriana, rolera, honesta y entretenida. Añadiría terrorífica y fascinantemente imaginativa.
Eso es "El rito circular".
Y poco más le puedo pedir yo a una novela, de cualquier género, pero más aún siendo de terror. 
Ivan Ledesma sabe lo que tiene en la cabeza, sabe cómo plasmarlo en papel y que funcione, que lo veas, y construye algo más grande que una novela, un líquido negro que rezuma de las páginas del libro, para impregnarse en tus dedos.
Larga vida al Rey Rata.
La Colmena es suya.

"El príncipe de las tinieblas" - John Carpenter / "Bajo el barro" - Rubén Sánchez Trigos, Booket / "Attack the block" - Joe Cornish / "Varsovia" - Carlos Sisí, Insólita / Nuevos Mitos Urbanos / Creepypasta 

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