Reseñas

martes, 2 de mayo de 2023

"El hechicero de la corona" - Zen Cho / Duermevela

Me gusta, en contadas ocasiones, deambular por terrenos fantásticos y alejarme un poco de las lecturas oscuras y de terror que conforman mi dieta básica.
Es bueno acercarse a la luz, aunque sea de vez en cuando, y sacarme de encima la oscuridad, las telarañas y las movidas chungas.
Duermevela es una editorial de fantasía, sobre todo, que se ha convertido en uno de mis remansos de luz. 
"El hechicero de la corona" es una novela de Zen Cho repleta de fantasía durante la Regencia, en una Inglaterra en la que la magia es un bien a atesorar y ha sido, para mi, un luminoso paseo.

Titulo: "El hechicero de la corona"
Autora: Zen Cho
Editorial: Duermevela, 2022
Páginas: 462
Traducción: Carla Bataller Estruch
Cubierta: Cinthya Álvarez 
Tapa blanda con solapas.

El el Londres de la Regencia, políticos y taumaturgos tratan de ocultar un secreto a voces: la magia inglesa está desapareciendo.

El recién nombrado hechicero real, Zacharias Wythe, intentará recuperarla por todos los medios a pesar del desprecio de sus colegas por su condición de esclavo liberado. 

Tan solo Prunella intentará ayudarlo. Aunque, sinceramente, el destino de Inglaterra trae a Prunella sin cuidado. Sus objetivos son más cercanos y acuciantes: asegurarse una posición sin fortuna ni familia, y con un exceso de magia inaceptable en una mujer.

Juntos deberán evitar un conflicto internacional inminente, el fin de la magia en Inglaterra y que sus propios secretos salgan a la luz.



"El hechicero de la corona" tardó muy pocas páginas en convencerme. Me acerqué a la novela porque me recordaba a otro libro, uno de mis favoritos y del que hablaré más adelante, pero encontré una entretenida voz propia y un mundo muy interesante, lleno de crítica social.
Además, claro está, de sus dos protagonistas: Zacharias y Prunella.

Londres, principios del siglo XIX. 
La magia es un "bien de estado", un elemento que las clases dirigentes y familias poderosas han atesorado, bajo un control férreo y misteriosos pactos con seres de otros mundos. 
Pero la magia británica se tambalea y amenaza con secarse. No hay relevo, no hay nuevas fuentes ni pactos beneficiosos.
Y ante ese preocupante panorama, Zacharias Wythe es nombrado hechicero real, en medio de una enorme polémica entre taumaturgos y políticos, que lo consideran indigno del cargo.
Quizás sea porque su piel es más oscura de que debería para los estándares de las élites o porque su origen es humilde.
Quién sabe.

Si Zacharias representa la parte politica, de corte y burocrática de la novela, Prunella nos acerca a la parte más social y de costumbres. Prunella es la protagonista absoluta de "El hechicero de la corona" y Zen Cho construye un personaje maravilloso
Y es maravillosa porque no sigue el camino estándar, lo previsto en novelas así. Prunella tiene una afinidad especial con la magia, pese a vivir alejada de la corte de Londres. Tiene un objetivo en mente: prosperar y vivir (que no sobrevivir, ojo). Y, para ello, va a usar todas las herramientas a su alcance. 
Si para ganar estatus tiene que buscar una pareja acomodada, lo hará. Si debe hacerse respetar en un mundo en el que las mujeres con magia están vetadas, se les acusa de brujería y deben usarla casi a escondidas para convertirse en señoritas de bien, intentará reventar el sistema, aunque conlleve crear peligrosas alianzas con otras regiones que podrían terminar en conflicto.
Y si, finalmente, tiene que sacrificar cualquier cosa para cumplir sus objetivos, lo hará.

Zen Cho no construye a Prunella basandose en estereotipos genéricos o cómodos (ya me entendéis...) del género; para eso está Zacharias. Prunella es puro nervio y eso se traslada muy bien a la novela. Ojo, no es un personaje que quiera desesperadamente caer bien a las mentes lectoras: muchas veces te quedas mirando las páginas, pensando ¡cómo ha podido hacer eso! 
A mi, esa circunstancia, si está bien construida, me gusta mucho. 
Y luego está esa faceta de no caer en el dilema de La Princesa perfecta (por ponerle un nombre, que seguro que teóricamente ya lo tiene). 
Prunella tiene fallos, es egoísta, impulsiva e interesada, sin plegarse anta nada o nadie. No es una jovencita rebelde que termina aceptando su posición por amor o cualquier otro sentimiento puro. Ella es una fuente de magia, que fue abandonada, oprimida y relegada a una esquina por los hombres y la sociedad.
Necesitamos más protagonistas así, que generen conflictos por ellas mismas, alejadas de los cánones de lo establecido y la perfección, basadas en cimientos erróneos.

Zen Cho se muestra como una narradora habilidosa, equilibrando el progreso de las tramas con la construcción de un mundo y su magia. Ingeniosos diálogos, buenos personajes secundarios y pequeños atisbos de futuras novelas, añadiendo elementos de culturas y folklores alejados de Europa o Inglaterra y visiones sobre la maternidad y el papel de la mujer en distintas sociedades.
 
No todo puede ser perfecto y  hubo partes de la novela que me resultaron densas, trabadas. Un exceso de descripciones, tramas que se vuelven repetitivas y esa sensación de que se podría contar lo mismo en muchísimo menos espacio. 
También tiene un aspecto de crítica social que quizás se muestre de manera muy evidente (aunque efectiva) pero va perdiendo su empuje con el paso de las páginas. Siempre está presente, claro, pero pierde filo.
También es verdad que se trata de la primera novela de Zen Cho, así que son problemas perfectamente comprensibles.


Hablaba, en el arranque, sobre que me había acercado a la novela porque me recordaba poderosamente a una de mis novelas favoritas y esa no es otra que "Jonathan Strange y El señor Norrell" de Susanna Clarke
Comparten una ambientación parecida (siglo XIX pero con las guerras Napoleónicas) y un uso de la magia similar, como un reducto de hombres poderosos de la élite social. Ambas novelas difieren en el enfoque y desarrollo. "El hechicero de la corona" es más accesible, sin las míticas notas al pie, que casi construyen otro libro en el caso del libro de Susanna Clarke, pero también pierde profundidad. No son obras comparables, más allá de unos rasgos en común. 

Me acerqué a "El hechicero de la corona" buscando ciertas cosas, como una lectura fantástica que me aligerase el corazón y la cabeza, y eso es justo lo que encontré.
De paso me llevé unas buenas reflexiones sobre igualdad, otras culturas, crítica a la desigualdad de clases y la construcción de una protagonista alejada de los cánones.

¿El resto? Aventuras, magia, familiares, extraños mundos y una sensación de querer más al finalizar, de seguir viajando por las ideas de Zen Cho.

La edición de Duermevela es fantástica (nunca mejor dicho), ya desde la portada de Cinthya Álvarez, con unas maravillosas pequeñas ilustraciones interiores, en los márgenes de las páginas.
La traducción de Carla Bataller Estruch mantiene la frescura de los diálogos y sale airosa de tanto mundo mágico, descripciones y seres de otros reinos.
La edición, además, se complementa con un documentado posfacio de Leticia Lara que desgrana las bases y fundamentos de la fantasía costumbrista. 

"El hechicero de la corona" ha sido mi primer acercamiento a la obra de Zen Cho, pero no será el último. "La mujer de terracota" ya está publicada en Duermevela pero no tardaremos en volver al reino mágico con "La reina legítima", prevista para junio, con otra historia ambientada en la Regencia mágica.
Hay que agradecer el trabajo de estas pequeñas editoriales, que asumen riesgos para descubrir nuevos mundos, nuevas novelas y autores. 
Antes de que los peces gordos se alimenten de su trabajo.

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