Portada, tan inquietante como el contenido. |
Hay lugares que dan miedo, incluso sin haber puesto un pie
en ellos: cementerios, casas abandonadas, hospitales, bosques nocturnos… Es un
terror grabado a fuego en nuestra mente, producen escalofríos solo con pensar
en ellos. Hay otros que no nos inquietan tanto, nos resultan familiares e
incluso cómodos y no pensamos que el terror pueda acecharnos en ellos.
Por suerte (o desgracia), Robert Shearman viene para
rompernos los planes y traernos el horror a la puerta de nuestra casa. Y sin
avisar.
La colección publicada por Fata Libelli (enorme trabajo de la editorial digital por buscar
material para sorprender) incluye ocho relatos de los cuales puedo decir que me
han convencido todos, menos uno. No solo
convencer o gustarme, sino que se han quedado a vivir en un rincón escondido
del cerebro, ahí donde se almacenan las ideas que producen las pesadillas.
La nota de los editores con la que se abre el libro (aparte
de la recomendable lista de temas para escuchar mientras lees) explica con
detalle la importancia de lo grotesco en la narrativa de Shearman, de la
desviación de lo normal (si acaso existe eso de “lo normal”) junto con una fina
ironía en todos sus planteamientos. Una mezcla de terror y humor que funciona a
la perfección, unido a su particular estilo a la hora de escribir. Shearman
tiene experiencia en el mundo del teatro y de la televisión (el episodio Dalek de la primera temporada moderna de
Doctor Who es suyo) y se nota a la
hora de leer sus trabajos. Frases cortas, concisas o discursos que se cortan
como si estuviésemos en leyendo el pensamiento de los protagonistas. El estilo provoca un mayor desconcierto al
no comprender las situaciones planteadas al mismo tiempo que el protagonista,
compartiendo su incredulidad, identificándonos con ellos aún en los momentos
más difíciles o incomprensibles. Una cercanía que ayuda a romper la barrera
de lo grotesco, la fisura que podría suponer el no entrar en el juego propuesto
por el autor y que el desconcierto nos alejase de la lectura. Por suerte (u
oficio) esa ruptura no sucede y la lectura avanza rápida y fluida, cayendo en
la espiral de locura que se abre con cada relato.
Shearman, un Dalek y un montón de libros. Best picture ever. |
Entre tanta historia nos encontramos todo tipo de
situaciones con ciertos denominadores en común: una situación relativamente normal
que se ve sacudida por algún elemento extraño que altera los cimientos mismos
de esa cotidianeidad. Como el
propio subtítulo de la colección indica, la parte oscura de los procesos
humanos tienen una gran importancia en cada uno de los relatos. Además de la
aparición de lo extraño, lo imposible o lo grotesco, los comportamientos
humanos tienen gran importancia, en concreto los referidos a la familia o la
vida en pareja. Shearman deshace hasta las últimas consecuencias las
relaciones, pasando de la luz al pozo más oscuro, a la misma vez que lo extraño
hace aparición. Quizás las relaciones de pareja o las paterno-filiales sean las
que más aparecen en sus relatos, casi de manera irremediable todas las
historias terminan derivando hacia esas dos clases de relaciones y los
sentimientos que acarrean (posesión, envidia, preocupación, obsesión…).
No me gusta desentrañar demasiado acerca de los entresijos
de cada libro, prefiero que cada uno se vaya sorprendiendo con la lectura. En
esta ocasión y al ser un conjunto de relatos, merece la pena pararse a detallar
de qué va cada historia.
Alicia a través del espejo abre la recopilación y quizás sea el
que menos me ha convencido aun teniendo buenos momentos. Es la historia de una
pareja perfecta cuya convivencia con sus vecinos comienza a ser insoportable.
Envidias, el anhelo de lo prohibido, la curiosidad por la vida de los demás,
los estilos modernos de vida… todo queda englobado en esta historia, pero no
termina de gustarme del todo, quizás debido a su excesiva frialdad, en parte
generada por los protagonistas.
Hagas lo que hagas es una de las piezas centrales de la recopilación
y es que un relato cuyos protagonistas son un hombre y un perro que deben
compartir celda en el infierno debe llamar la atención. Además de su idea
principal, la historia tiene una dosis muy compensada de humor y una parte
final que os va a sembrar una idea muy peligrosa en el cerebro. Imperdible.
Rotulador azul, rotulador amarillo planta las bases de lo que
es el estilo de Shearman. Un viaje a casa de un padre, ansioso por ver a su
familia, comienza a oscurecerse, un
tránsito entre lo familiar, cercano y real con la parte más oscura, hasta
dejarte con la boca abierta.
Peso pluma es mi favorito. Juega en la misma liga que el relato
anterior, comienza con una escena más o menos normal, en éste caso una pareja
que sufre un accidente de coche y termina de la manera más oscura y loca que se
pueda imaginar. Un espectáculo terrorífico propio de “Historias de la cripta”.
Un maldito milagro tras otro y El bigote de George Clooney
son dos de los relatos más oscuros y grotescos del libro. La improbable
historia de una niña embarazada y un relato sobre una obsesión (con algo de
síndrome de Estocolmo) tocan las peores partes de la mente humana. Me dejaron
hecho polvo, a decir verdad.
El espacio oscuro… parte de una idea original, un Dios hablando
con una suerte de Eva y Adán, con una narración muy particular para ahondar en
la condición humana relativa a la vida en pareja. Junto con la primera, la que
menos me ha gustado.
Ola de frío es el broche de oro de la colección de terrores. La
Navidad era lo único que le faltaba a Shearman por arruinarnos y lo consigue con éste relato. Otra vez volvemos a leer
sobre las dificultades de la vida familiar, el cuidado de los hijos y un Papa
Noel que se aparece en Nochebuena con un contrato que firmar a cambio de una
bicicleta.
Homo homini lupus es una colección de terrores, de fobias y temores
actuales que no se queda en la mera aparición de un monstruo o una situación
terrorífica, va un paso más allá e introduce el terror en nuestros
comportamientos cotidianos, donde se vuelve especialmente efectivo. El
estilo de Shearman es un arma afilada que nos corta y despedaza, dejándonos
indefensos ante lo grotesco envuelto de pura normalidad. Atreveos a quitar el
envoltorio, a pegarle un vistazo al hombre que es el lobo que acecha al hombre. Fata Libelli hace un trabajo excepcional trayéndonos lecturas como
ésta, perfectamente traducidas y a un precio más que ajustado. No será la
última vez que lea algo suyo, seguro.
Aquí tenéis el enlace por si os apetece para haceros con el libro. Obligatorio.
Hola :) le tengo muchas ganas, como a todo lo de Fata libelli digamos. Este año me enamoraron con Tim Pratt y su Hic Sunt Dracones; y este le tengo muchas ganas, fijo que conociendo al autor el Celsius me entra el ansia de compra. Un abrazo^^
ResponderEliminarDesde tu reseña tengo el de Pratt en la recámara. La verdad que esta editorial es imprescindible, me gusta todo lo que sacan, aunque solo sea digital. Después del Celsius te lo pillas seguro ;)
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