"Bajo un cielo lívido" - Philip Fracassi / Dilatando Mentes

Seguro que habéis tenido esa sensación.

Venga, no disimuleis: sabéis de qué os hablo.

Si, esa sensación. 

¿No sabéis?

Esa sensación de inevitabilidad, de catástrofe inminente. Una especie de picor en la parte de atrás del cerebro.

Eso, justo eso, es lo que produce la lectura de "Bajo un cielo lívido", la última colección de relatos de Philip Fracassi editada por Dilatando Mentes.

Un resquemor que no abandona ni semanas después de terminar la lectura. 

Así de bueno es.

Titulo: "Bajo un cielo lívido"

Autor: Philip Fracassi

Editorial: Dilatando Mentes, 2022

Traductor: José Ángel de Dios

Páginas: 382

Tapa dura. Edición limitada y numerada de 300 ejemplares.

Bajo un cielo lívido recoge ocho historias de terror que te llevarán desde la sala de un hospital psiquiátrico hasta la cumbre de una noria en un malecón junto al océano. Estas historias te enterrarán en los escombros de un terremoto, descorrerán el velo en el viaje de un alma al más allá y convertirán un pequeño pueblo del Medio Oeste en el patio de recreo de dioses transdimensionales.

Combinando el terror de la vieja escuela con el weird contemporáneo, Philip Fracassi llevará al lector a lugares en los que nunca ha estado, y le mostrará paisajes que no olvidará con facilidad. Lo sobrenatural se inmiscuye en una boda; un muelle se convierte en el lugar de una tragedia; un edificio derrumbado es solo el germen de la pesadilla para quienes quedan atrapados entre las ruinas; un científico hace el hallazgo de su vida, solo para descubrir que lo que ha desenterrado tiene consecuencias nefastas no solo para él, sino para toda la humanidad.

Fracassi ya había debutado en Dilatando Mentes con "Contemplad el vacío" (agotado mientras escribo estas líneas) y, a pesar de tener ambas colecciones de relatos, decidí iniciarme en Fracassi con "Bajo un cielo lívido". No soy tan perfeccionista como para tener que comenzar a leer a un autor por orden de escritura o publicación. 

O quizás lo tenía más a mano, quién sabe.

La cuestión es que comencé a leer "Bajo un cielo lívido" sin tener muy claro a lo que me iba a enfrentar. Recomendaciones muy puntuales pero nada extendidas, obra finalista en los Bram Stoker y elegida como mejor colección de relatos para Rue Morgue en 2021. 

Apuntaba maneras, la verdad.

  

La edición de Dilatando Mentes incluye un prólogo de Antonio Torrubia (librero en Gigamesh) recopilando un montón de elogios sobre Fracassi y su obra, pero seguía sin tener una idea clara.

Y dudas, claro que tenía dudas. 

¿Será tan bueno?

¿Será para mi? 

¿Me quedará grande? 

Nunca se sabe y yo soy muy de dudar.

Pero, en este caso, las dudas se van leyendo y creo que tardé un párrafo de "Campo de cultivo", el primer relato, en caer rendido.

Esa es la fuerza de Fracassi.

Hablaban en voz baja sobre la luna de sangre de la noche anterior, sobre ese raro tinte rojo provocado por un eclipse lunar. Compartieron entre ellos los motivos de las extrañas llamadas que habían recibido durante las veinticuatro horas anteriores: perros que se volvían locos y atacaban a sus dueños; ganado que caía muerto tan repentinamente que los granjeros temían un envenenamiento; un homicidio múltiple -el primero en más de veinte años en el condado de Gehenna- que implicaba a una madre que había ahogado a sus tres hijos, uno por uno, en el pequeño estanque que había detrás de su casa.

Ahora, vayamos por partes. 

"Bajo un cielo lívido" es una colección de 8 relatos del autor norteamericano. Ocho historias cortas que deambulan entre el horror y el weird, cargadas de matices, toques personales, afectivos y culturales. 

¿Existe algún hilo conductor? No lo tengo claro, no es nada muy visible, pero apuntaría a la catástrofe. Son relatos cercanos a una catástrofe, de mayor o menos escala, pero siempre aparece un elemento imparable que va a arrasar nuestra escena.

No quiero ahondar mucho en los relatos, creo que cada mente lectora debe encontrar su sitio dentro de esas historias, pero si que me gustaría dejar algunos apuntes sobre ellas.

"Campo de cultivo" es la historia que abre la colección. Una boda en la norteamérica rural, llena de magia, violencia y una tensión creciente. Fue mi primera toma de contacto con Fracassi y me ganó, en un parpadeo, con esa manera de narrar, de dejar detalles sobre el cielo, los cultivos y una precisión maravillosa a la hora de crear personajes. Un terror cotidiano, en su base, y esa sensación que comentaba de catástrofe inminente, con la forma de una tormenta. 

"La noria" es la segunda historia, con gran presencia en la portada de su edición en castellano. Repite el protagonismo de una pareja y un desastre inevitable de fondo, en lo que parece una idílica tarde en un paseo marítimo con atracciones. Un relato tensisimo, con una narración fragmentada en personajes (los masculinos como una fuerza destructiva y controladora) y un final ambiguo y oscuro. 

"El vendedor de helados" es una gominola. Un relato corto, centrado en las leyendas de una población (¡Sabbath!), donde Fracassi da rienda suelta a su versión más juguetona, directa y cercana al weird con sus toppings de horror cósmico.

"Sinfonía" nos acerca a la faceta más onírica del autor. Un relato extraño, una fábula oscura y retorcida.

Gimoteo y, de mala gana, lentamente, giró la cabeza para mirar directamente a la luz eterna. Abrió la boca y los ojos llorosos todo lo que pudo, dando la bienvenida al abismo de la muerte mientras esta le inundaba como un espeso río negro, colmándolo de mundos centelleantes y candentes, que estallaban y se encendían como una sinapsis, como la mente de un dios que le absorbía desde dentro.

"Ateuchus" es uno de mis relatos favoritos. Una impresionante historia sobre un científico y vida extraterrestre, que toma caminos y relaciones insospechadas. Fracassi siempre hace menciones, directas o indirectas, sobre seres o entidades superiores, con una extraña dualidad entre bien y mal, pero en "Ateuchus" se sumerge del todo.

"Identidad" profundiza en la salud mental, con un juego narrativo y de, habéis acertado, identidad. Representa la parte más social, de relaciones, de la colección. 

"Sueños inestables" es otra joya. Otro relato sobre una catástrofe inevitable, un derrumbe en un edificio que deja a una persona atrapada bajo los escombros. Su mente, mientras lucha por sobrevivir, comienza a establecer extrañas conexiones, con forma de recuerdos, sensaciones. Oscuro, opresivo y escrito y planteado de una manera impecable.

"Muerte, mi viejo amigo" es un cierre magnífico. Una pequeña y emotiva historia sobre un chico y su mejor amigo.

8 relatos que reflejan una cantidad de ideas y un buen hacer asombroso. No soy un lector muy avezado en las colecciones de historias pero "Bajo un cielo lívido " tiene esa extraña y poco frecuente habilidad para llenar de contenido y, al mismo tiempo, saber perfectamente en que punto terminar la historia. La mayoría de esos ocho relatos dejan el mismo sabor de boca que leer novelas largas completas. Merece la pena leerlas con calma, tomándose tiempo, saboreando y sacando las conclusiones. 

Fracassi deambula en el limbo entre géneros literarios y tendencias, mezclando elementos de aquí y de allí, para capturar detalladas imágenes dentro de una catástrofe mayor. 

Me cuesta buscarle un pero, quizás, para algunas mentes lectoras, peque de lento o detallista o para otras no explote del todo sus premisas. Yo, sinceramente, no puedo ponerle una pega. 

Ya iluminada de color rojo neón en la bruma ronca del atardecer, la noria se alza como un dios centinela, benevolo. Pero exigiendo sacrificios. El hombre que hay a sus pies llena de carne su cuerpo giratorio de fauces de hierro, enviándolas hacia arriba en un movimiento circular; los estómagos se contraen mientras suben y suben y suben. Desde esta altura, la gente que transita por el paseo maritimo se ve como una hormiga. Los coches de juguete se alinean a lo largo de la tierra. Las gaviotas lejanas son copos negros de ceniza que planean a la deriva sobre el agua...

Pero todavía no. Todavía no...

Buscad una foto, de esas que están llenas de detalles, elementos y personajes. No se, un paseo marítimo durante una fiesta, llena de gente y atracciones. 

Ampliad una parte, un fragmento, con sus parejas paseando, niños jugando, bebés llorando, luces en medio de algún parpadeo, etc. 

Y ahora, meted una catástrofe en el conjunto. Desde una presencia extraña a un derrumbe o un incendio, pasando por lo imposible, la sombra de lo extraño... lo que queráis. 

Ése es el campo de juego de Philip Fracassi en "Bajo un cielo lívido". 

Y ahí, justo en eso, Fracassi es el mejor. 

Un escritor con una narración sólida, llena de matices, maravillosos adjetivos y escenas repletas de terror cotidiano, junto con elementos inevitables y extraños. 

Fracassi se erige como un narrador en un plano superior, una figura que mete a entornos y personajes en un bote de cristal, agita la mezcla y que se apañen. 

"Bajo un cielo lívido" tiene un título tan evocador como acertado: los personajes (y lectores) están (estamos) a merced de elementos que no comprendemos y solo pueden (podemos) mirar hacia arriba a ver si pasa la tormenta. 

La edición de Dilatando Mentes es inmejorable. Una tapa dura, firmada, limitada y numerada, con ilustraciones de Luis Pérez Ochando, prólogo de Antonio Torrubia y un posfacio a cargo de Ochando que deja a la altura del barro cualquier cosa que yo os pueda decir sobre el autor y la obra. 

Más que un posfacio es un viaje por la obra y mente de Fracassi. 

Un lujo. 

La traducción corre a cargo de José Ángel de Dios y se maneja con soltura dentro de la narrativa de Fracassi. 

Nada sencillo.

Fracassi ha entrado por la puerta grande de mi biblioteca. "Contemplad el vacío" ya me está poniendo ojitos desde la pila de pendientes (incluye "Altar", que también tiene una edición especial ilustrada en Dilatando Mentes) y "Boys in the valley", novela larga, llegará en cualquier momento del primer semestre de este 2023. 

Y para el año que viene ya tenemos confirmado "Gothic". 

Fracassi ha llegado para quedarse y arrasar nuestra realidad, llenarla de elementos extraños y que no tengamos más opción que mirar al cielo, a ese lívido espejo, hasta que todo pase.

Si es que pasa, claro.

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