Conoces el rollo, ya sabes.
Has calado al autor y dejas de leer para que sea él mismo quién te narre la historia, directamente a tu cabeza.
"Las cuchillas de mi cabeza", antología de 12 relatos que supone el debut de Donnie Goodman,editada por Dimensiones Ocultas Paperback, ha teniendo ese efecto en mí.
Puro entretenimiento de terror, de parte de un autor que derrocha ideas.
Si, eso es un piropo enorme.
El argumento.
Una tostadora que habla, un barco pesquero que desciende hacia los infiernos, muñecos de nieve diabólicos, el debut de un misterioso luchador de Pressing Catch, un sacrificio que necesita un reloj de arena, un cremador paranormal en busca de un amigo…
Donnie Goodman escribió todos estos relatos para que las cuchillas de su cabeza salieran a la superficie y se ha convertido en uno de los autores más brillantes de la nueva generación del terror.
Afilada tormenta de ideas.
12 relatos en 170 páginas.
Una tormenta.
Eso es "Las cuchillas de mi cabeza" y ese es el estilo del debut de Donnie Goodman.
Para lo bueno y para lo malo.
El título de la antología ya da una idea de por dónde van a ir los tiros. "Las cuchillas de mi cabeza", además de dar nombre a la colección y ser el primero de sus relatos, refleja las inquietudes de Goodman. Las ideas que forman esos relatos están ahí, bajo el cuero cabelludo, pinchando el cerebro en su camino de salida.
Hasta que salen, en medio de una explosión de fluidos.
12 historias, como una caja de cuchillas, y al igual que éstas son cortas, afiladas (algunas por los dos lados...) y duras. Si se usan mal pueden dejar un corte profundo pero, bien utilizadas, dan como resultado un rasurado perfecto.
No quiero entrar en detalle con los relatos, casi mejor que los vayáis descubriendo, pero no me resisto a dejar unos apuntes.
Y, antes de todo, una advertencia.
Donnie Goodman conoce tan bien el género y lo que quiere hacer, que incluye una breve reflexión propia al final de cada relato. Es una idea que siempre funciona y que, desafortunadamente, se pierde (Stephen King lo solía hacer). Ahí, Goodman, en apenas unas líneas, condensa aún más ideas que en sus relatos.
Ahora, si.
Vamos allá.
12 cuchillas.
- "Las cuchillas de mi cabeza" es el relato que abre la colección y una muestra perfecta de lo que Donnie Goodman es capaz de hacer.
¿Puede un relato de 10 páginas ser certero, preciso, sangriento y profundo?
Si.
Traumas, bullying, body horror, reflejos siniestros y todo bajo un estilo de puro terror.
Una cuchilla en toda regla.
- "Tercero de primaria" es una historia narrada desde el inconexo punto de vista de un niño. Con un lenguaje muy creíble, es un alegato en contra de prejuicios sobre el terror y lo que es adecuado o no para los jóvenes.
Dato personal : una vez, en mi ciclo de educación secundaria, una profesora me dijo, delante de toda la clase, que tenía letra de psicópata. Era una época en la que (muy ocasionalmente) se metian conmigo por leer cómics y coleccionar cromos de Expediente X. Nunca me importó demasiado, pero afecta, siempre afecta y tampoco eres consciente de cómo te puede influir.
Ese "que os follen" final del alegato de Goodman también se lo dedico a ella.
Con todo mi cariño de psicópata.
- "Observando las estrellas". Terrorífico, comparto la idea final de Goodman. La manera de narrarlo, esa crueldad, la manera de jugar con los sentimientos... El relato, aunque no sea de mis favoritos, funciona.
- "Glu, glu". Rápido y eficaz, de los que arrancan una sonrisa torcida. Pavos, menudos bichos.
- "La magia de la chistera". Uno de los pilares absolutos de la colección. Luego, más adelante, probablemente os diga que Goodman recuerda al R. L. Stine de Pesadillas pero pasado de vueltas.
Éste es el motivo.
Merecería la pena leerse el libro solo por este relato, esa visita a la urbanización de Greenfields y a ese extraño vecino...
- "No siempre es ¿por qué?" Extrañisimo relato, algo experimental, con una idea potente. Una cuchilla quizás con demasiado filo para tan poca longuitud.
- "El desconocido en el cuadrilátero". El relato más largo (unas 30 páginas) funciona como un reloj. Wrestling amateur y un mundo propio que ojalá retome en algún momento. Otra joya.
- "Tostado". Gracioso, extraño y poco más. Un buen intermedio.
- "Teddy". Donnie Goodman, como podéis ver, arroja ideas. Le sobran. En las 13 páginas del relato hay una acumulación tal de buenas ideas, que asusta.
-"Atraco sangriento". Rápido y feroz, otro de los de leer con una sonrisa torcida.
-"Reloj de arena". Forma un excelente dúo con otro de los relatos de la colección, añadiendo más elementos.
- "El viejo rey de la bahía". Y, para terminar, otro cuento excelente. Muy de la EC Comics, otro cóctel lleno de ingredientes. Desde pescadores de cangrejos a peligrosos mafiosos...
Lo importante es el camino.
¿Menudo viaje, eh?
El mundo propio que maneja Goodman es casi inabarcable, ya sean ideas que forman el esqueleto de un relato o (casi más interesante) como infinitos añadidos que adornan y aportan complejidad.
Donnie Goodman maneja el género de terror, conoce muchísimos elementos y sabe encajarlos, hacer que no rechinen, que la cuchilla esté afilada.
El estilo de Goodman también merece un detalle. No se complica, va directo al grano. No esperaba otra cosa, la verdad, y funciona a la perfección en relatos cortos. Esperemos que, cuando lance una novela larga, sea capaz de complementar esa narrativa pero por ahora y ciñendome a "Las cuchillas de mi cabeza", funciona.
Entiendo que a muchas mentes lectoras les pueda saber a poco, quizás esperan algo más elaborado pero, aunque en apariencia se vea sencillo, creo sinceramente que es el estilo que mejor encaja y que forma un todo con la antología.
También puede resultar frustrante el continuo cambio de escenarios, de ideas, casi parece que el autor va quemando mundos sin intentar darles más oportunidades. Yo entiendo que "Las cuchillas de mi cabeza" es una carta de presentación. Eso no quita que Donnie Goodman vuelva a ellos, en versión larga o en la recién anunciada segunda parte.
¿Os acordáis de lo de R. L Stine? Por ahí deambula Goodman en muchos de sus relatos. Directo, a ratos puede parecer juvenil hasta que se desmadra y las cosas explotan, chorrean, se evisceran o se sacrifican a algún ser.
Esas cosas.
Pequeños detalles.
En definitiva.
Hay veces que busco símiles, comparaciones, para adornar las reseñas. "X" es como..., "Y" recuerda a...
Con "Las cuchillas de mi cabeza" esas expresiones llegaban solas.
Como una caja de cuchillas de afeitar, afiladas.
Como si esa caja la metes en un cañón y las disparas.
Como empezar a comer pipas: una historia tras otra sin poder parar.
Como las ideas que brotan solas de tus experiencias personales, de la pasión por el terror en su vertiente más entretenida.
Y, quizás la más efectiva: "Las cuchillas de mi cabeza" es justo lo que promete su portada (obra de Justin T. Coons).
O es tan buena como su portada, como prefiráis.
Donnie Goodman es tan bueno que se atreve hasta con eso, quiere que juzgues su libro por la portada.
Esa mezcla de elementos de la ilustración se transfiere al interior. Goodman maneja cualquier tipo de expresión del terror y las mezcla, desde body horror a seres ancestrales, relatos apocalípticos, moradores de la oscuridad, elementos que parecen sacados de Creepy, Tales from the crypt o cualquier paperback de los que colecciona. Además, añade elementos de cultura popular moderna, actualizándolo, sin quedarse en el mero ejercicio nostálgico. ¿Os acordáis de "Trick 'r treat" de Michael Dougherty? Pues también iría en esa línea, con un fino sentido del humor, aunque bastante más oscura.
La edición en castellano de Dimensiones Ocultas respeta la portada original y cuenta con una buena traducción de Luis M. Cuena. Una inmejorable forma de terminar la primera temporada de la editorial.
Hace tiempo leí una reseña extranjera que decía, en su tramo final, que Goodman podría ser the next big thing in horror.
No seré yo quien lo ponga en duda.
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