"Cockblocker" - David Irons / Dimensiones Ocultas

Vuelve David Irons.
Y eso es una excelente noticia.
Creedme.
Irons es el autor de "Mi ligue de la ouija", uno de los bestsellers de Dimensiones Ocultas y una de esas novelas de género que se convierten en joyas para aquellas mentes a las que nos gusta el terror más macarra, lleno de referencias a las películas de los 80 y 90 y un peculiar sentido del humor y del exceso.

"Cockblocker", la nueva travesura de David Irons, es un frenético slasher queer que toma forma dentro de tu cabeza con la estética de "Salvados por la campana", la serie de televisión de los 90. 
¿Conseguirá Irons sorprender de nuevo?

Título: "Cockblocker"
Autor: David Irons
Editorial: Dimensiones Ocultas
Traductor: Roberto Carrasco
Cubierta: Suspiria 
Páginas: 305
Tapa blanda con solapas

Kelly Kennedy tiene la vida perfecta: es la animadora del equipo del instituto Silver Lake, solo saca dieces y sabe a ciencia cierta que Danny, el capitán del equipo de fútbol, está a punto de pedirle que sea su novia… Pero las cosas no siempre salen como una quiere… ¡En realidad, Danny está enamorado de Freddie Hernández!
¿Un romance gay en un instituto?
¿Qué es esto, Heartstopper?
¡Kelly no lo permitirá!
Si para conseguir que su vida sea perfecta tiene que convertir este romance LGTBQ+ en un slasher, pues que así sea.

¿Tenéis "Heartstopper" en mente?
Si, ya sabéis, esa novela gráfica de Alice Oseman que se convirtió en una serie de Netflix, sobre un romance gay en un instituto, con personajes adorables y que pone el foco en temas muy sensibles desde una perspectiva amable.
¿Lo tenéis visualizado?
Bien. 
Perfecto.
Ahora destruid ese concepto, esos personajes llenos de luz y amabilidad, y metedlos en medio de una película de John Waters, cargada de estética noventera, con una protagonista loca perdida.

Kelly Kennedy, nuestra protagonista, vive en un mundo perfecto. Ella es perfecta, es la animadora más destacada del instituto Silver Lake, buena estudiante, sus amigas son un pelín menos perfecta que ella (cosa que está muy bien) y sabe que Danny, capitán del equipo de fútbol americano, está coladito por ella. 
Kelly es feliz... la mayor parte del tiempo.
También hay nubarrones: guarda un turbio pasado familiar, Danny pasa mucho tiempo con el pesado de Freddie Hernández, la NBC no responde a sus quejas sobre la nueva temporada de "Salvados por la campana" y, a veces, el público de la sitcom que es su vida no responde a sus chistes con sonoras carcajadas. 
No todo es perfecto y eso no puede ser.
Cuando Kelly descubre que Danny y Freddie son pareja algo hace click dentro de su mente y decide que debe actuar para que todo sea perfecto... aunque tenga que llevarse a medio mundo por delante.

"Cockblocker" rezuma ritmo, ya desde sus primeras páginas.
Un primer capítulo maravilloso, que pone los cimientos del resto de la novela, de su tono, temática y límites. El resto de la novela es un relámpago furioso, un pasapáginas de primer nivel, de esos de empezar a leer y no parar hasta terminar.
La novela de David Irons es un slasher y eso aporta un carácter particular a su desarrollo.
Primer aviso: para disfrutarla al 100% tienes que entrar al juego. No es que necesites haber visto todos los slashers de los 90 (creo que eso sólo lo ha hecho David Irons...) pero requiere que te sumerjas en ese mundo algo superficial de locura máxima.
Sucedía algo parecido con "Mi ligue de la ouija", por si la habéis disfrutado.

El desarrollo es rápido y no hay espacio para el aburrimiento. Veremos la vida a través de la lente distorsionada de Kelly Kennedy, mientras esa fachada de perfección se va cayendo y Kelly toma las decisiones que necesita para mantener su ilusión. Ella es el alma y centro de la novela; "Cockblocker" es uno de esos ejemplos en los que un personaje devora un libro.
Y ojo, que no es un personaje amable: Kelly Kennedy es una chifli de la vida, manipuladora, controladora y al borde del colapso.

Reparto original de "Salvados por la campana".
¿Dónde está Kelly? En el centro, obvio.

Kelly está obsesionada con muchas cosas pero "Salvados por la campana" es su top.
"Salvados por la campana" ("Saved by the bell"), por si no la conoceis, fue una serie juvenil emitida en los 90 sobre un idílico grupo de amigos en un no menos perfecto instituto. La Kelly Kennedy de "Cockblocker" sería el equivalente a Kelly Kapowski (Tiffani Amber Thiessen), la perfecta protagonista, y Danny sería Zach Morris (Mark-Paul Grosselaar), el perfecto protagonista, capaz de romper la cuarta pared y hablar con los espectadores.
Entre el grupo de personajes de la serie, encontramos a A.C. Slater (Mario Lopez) que en "Cockblocker" sería Freddie.

Según nuestra Kelly va perdiendo su endeble pie en la realidad, más se cree que está dentro de una sitcom como "Salvados por la campana". Confunde realidad con ficción, rompe la cuarta pared para interactuar con el público en vivo y casi, casi, para hacerlo con nosotros, las mentes al otro lado de la página. Acompañándola están su grupo de amigas, personajes de esos que funcionan siempre, como pasaba con las chicas de "Mi ligue de la ouija", y que van a sufrir la perfecta ira de Kelly, por supuesto.

"Cockblocker" es puro ritmo y su base es la de un slasher. Después de ese primer capítulo que os comentaba, la historia se va a ir desentrañando poco a poco, presentando los personajes y sus relaciones, mientras Kelly comienza el descenso a la locura absoluta, que nos llevará a un final bien sangriento. David Irons construye la novela con su estilo inconfundible: un retorcido sentido del humor, una visión cinematográfica, mucha cultura pop y diálogos afilados.

Como decía, la novela se lee sola. Directa, sin la extensión, las vueltas o esas historias conectadas que formaban "Mi ligue de la ouija". "Cockblocker" tiene un camino más dirigido y eso la hace más fresca y divertida. Es un slasher y, como tal, tiene un arranque más lento, con la presentación de personajes que van a ser futuras víctimas de Kelly, pero la montaña rusa ya no de detiene, desde su mitad hasta el final. 

Foto rescatada del diario de Kelly Kennedy. 

David Irons es un experto en cultura pop, cine en vhs y películas de terror. "Cockblocker" está tan salpicado de guiños que creo que es imposible pillarlos todos. Tenemos detalles de John Waters (ese primer capítulo cargado de una estética tan particular...), de slashers más genéricos como "Scream", guiños a Chucky y a las sagas de "Muñeco diabólico" o "Viernes 13". Mención aparte su relación con "Pesadilla en Elm Street 2" o "Campamento sangriento", con las que comparte, además de ese encanto de serie b, una lectura sobre el Queer Horror que convierte a "Cockblocker" en una novela poco vista, sobre todo en castellano.

Segundo aviso: David Irons escribe en inglés, Roberto Carrasco traduce al castellano. Si ya habéis leído "Mi ligue de la ouija" os hacéis una idea de por dónde van los tiros. Una traducción que aporta, de acuerdo con el autor, un toque único a la lectura, con un montón de expresiones noventeras que os van a arrancar más de una carcajada. "Qué pasa, Tomasa", "Chifli" o "Satanasa" se os van a pegar como sangre reseca. Un ejemplo de localización y adaptación de un texto, dentro de una novela que permite esas locuras.   

Kelly Kennedy quiere que todo sea perfecto y cuando no lo consigue, se vuelve mortalmente loca. Una chifli de la vida. Con "Cockblocker" no tendría ese problema porque "Cockblocker" es una novela (casi) perfecta. Siempre y cuando sepas lo que estás leyendo, claro.

"Cockblocker" es el slasher de Queer Horror definitivo, una divertidísima locura salvaje, llena de humor, diálogos chispeantes y cultura pop. Una novela rápida y dinámica, ágil y sangrienta, capaz de arrancarte más de una carcajada, tanto con sus situaciones como con su violencia a lo largo de sus 300 páginas.
Y eso no es sencillo.

Tienes que entrar al juego, claro. Tienes que ser consciente de que te estás enfrentando a un slasher gay, en el que Kelly va a intentar impedir que Danny y Freddie sigan con su amor quizás no tan perfecto, dentro del mundo propio de David Irons. Un mundo en el que "Salvados por la campana" es lo más, el mundo se ve a través de una tele de tubo y el vhs es el formato del futuro. 
Ojalá triunfe el amor, es lo único que nos queda.