Reseñas

jueves, 17 de octubre de 2024

La caída de Foulsham - Edward Carey / Blackie Books

Justo un año después de la publicación del primer libro, Los secretos de Heap House, volvemos a los terrenos de la peculiar familia Iremonger y su mundo.
Ese primer volumen se convirtió en una de mis mejores lecturas del año pasado, una joya con un estilo e inventiva imbatible.
Y tenía bastantes ganas de volver a ese Londres victoriano ficticio, lleno de cosas, de cúmulos de basura, de secretos.
La caída de Foulsham es una segunda entrega de manual, de esas que explotan las virtudes de la entrega anterior y expanden el mundo creado.
Agarrad vuestra cosa favorita, sujetadla fuerte y tened cuidado por las estrechas callejuelas de Filching... digoooo, Foulsham.


Título: La caída de Foulsham / Trilogía Iremonger 2
Autor: Edward Carey
Editorial: Blackie Books, 2024
Traducción: Lucía Barahona
Páginas: 313
Tapa dura con sobrecubierta. Ilustrado.
Gracias a la editorial por el envío del ejemplar.

La mansión de Heap House y todas sus mentiras quedaron atrás. Ahora Clod, el escuchador, y la sirvienta Lucy Pennant han sucumbido a la maldición
familiar, y se han convertido en indefensos objetos. Clod se dirige a Foulsham, la infecta ciudad al otro lado del muro, en forma de moneda de oro, una a la que muchos quieren echar el guante. Lucy, ahora un insignificante botón, espera a que alguien repare en ella rodeada de inmundicia en los Cúmulos. Si al menos pudiesen mantenerse unidos. Si al menos encontrasen ayuda, y pudiesen enfrentarse a quienes desean acabar con ellos.
Como todos los lugares malditos, Foulsham ha creado muchos monstruos. Algunos ni siquiera recuerdan quiénes fueron. Pero allá donde no hay justicia
ni esperanza, donde unos pocos deciden el futuro de los inocentes, los monstruos pueden ser los mejores aliados.

Resulta difícil hablar y reseñar un libro que es una segunda parte. Hay que tener cuidado para no destripar nada pero también dejar algunas indicaciones sobre si la serie sigue por el buen camino o si ha tropezado.
Así que voy a partir esta reseña en dos trozos: un primer vistazo sin destripes y una segunda mitad en la que entraré un poco en detalle.
Al lío.


La caída de Foulsham es la segunda parte de la Trilogía Iremonger, que arrancaba con Los secretos de Heap House, y quedaría un tercer libro, Lungdon, de próxima aparición.
Y, ¿qué podemos encontrar?
A grandes rasgos os vais a asomar a un mundo de fantasía en un Londres victoriano (siglo XIX) ficticio
Los Iremonger son una poderosa familia que viven en Heap House, una enorme mansión que se alza sobre los cúmulos de basura, de cosas, que rodean Londres. En el mundo de los Iremonger las cosas, los objetos, son importantes y cada personaje tiene un vínculo especial con su cosa de nacimiento, ya sea un paraguas o un pomo de una puerta.
Clod Iremonger, nuestro protagonista, es un joven miembro de la familia y veremos todo el mundo a través de sus ojos. Clod, además, guarda un secreto relacionado con las cosas, una habilidad especial que lo va a meter en más de un problema.

Un mundo de fantasía, con un primer libro ubicado casi por completo en una mansión imposible y el segundo en un barrio de la periferia de Londres, toques góticos, extraños, niños ojerosos con pantalones cortos, cosas y muchos misterios. Si a esto sumamos la estética de las ilustraciones del propio Carey que acompañan la edición, nos vamos directamente a algo en la órbita del Tim Burton de hace unas décadas.
No es así del todo, para nada, pero os podéis hacer una idea.

El primer libro es una joya llena de ideas, que da forma a un mundo tan atractivo como peligroso, tan entretenido como oscuro
Y tiene un final de esos que te hacen querer seguir leyendo de inmediato.
La caída de Foulsham retoma justo en el mismo punto donde termina el anterior y desde ahí, construye una trama nueva pero complementaria. 
El mundo Iremonger se amplía, se expande, detallando la zona de Foulsham, a medio camino entre Heap House y Londres. Un barrio obrero entre dos muros, inundado por los humos de la fábrica de la Casa de la Hoja de Laurel y controlado por los Iremonger. 
Esta segunda novela es todo lo que le pido a un nuevo paso dentro de una trilogía: más de todo, con la misma calidad, sin repetirse, sin irse a lo sencillo.

Ahora, el quid de la cuestión: ¿merece la pena lanzarse a leer los 2 libros?
Si. 
Así de rotundo.
La única duda es si vais a entrar en el mundo de Edward Carey, en su juego con la fantasía y en su peculiar narrativa y estética. Dos novelas narrando una historia que en ningún momento se detiene, sin cesar de sorprender, de deslumbrar. 
Un ejemplo de creador desbordante, con un catálogo de ideas que van desde la crítica al consumismo y capitalismo a cuestiones sociales y mediambientales, sin dejar de lado la narrativa de fantasía con capítulos cortos y una fascinante galería de personajes.
Siempre estamos buscando obras, novelas que recomendar, que queremos que se conviertan en best sellers sin perder de vista la calidad literaria. La Trilogía Iremonger, a falta de su última entrega, es el ejemplo perfecto.

Si ya habéis leído el primer volumen, ya sabéis a qué os enfrentáis y cómo quedaron las cosas al final del libro.
Leves destripes a partir de este momento.


Clod y Lucy han salido de Heap House en forma de cosas y terminan de Foulsham, anteriormente conocido como Filching. Sus caminos se han separado, después de tanto trasiego por los pasillos de la mansión, y terminan en manos diferentes.
Foulsham es un entorno completamente diferente a Heap House, un barrio obrero, oprimido bajo el yugo de los Iremonger, la presión de unos cúmulos crecientes contenidos por un muro y otro que los separa de los lujos de Londres. Así está Foulsham y sus gentes: entre dos muros.
Por si fuera poco, un misterioso asesino conocido como El Sastre acecha en los callejones...

La caída de Foulsham eleva al cuadrado lo leído en el primer libro. Pierde el factor sorpresa, claro, ya tenemos en la cabeza el mundo de las cosas, los cúmulos y todo el imaginario de Carey, pero lo suple con aún más inventiva, mensajes más certeros y una necesidad incesante de avanzar, de no detenerse nunca, de plantarnos nuevas ideas en la cabeza, como todo lo que rodea a la fábrica de la Casa de la Hoja de Laurel. Tiene una gran carga social (la lucha de la clase media, las fábricas, el papel de la infancia...) sin dejar atrás momentos más distendidos.
Y hay un cambio relacionado con el paso de niño a adulto, centrado en Clod que también se relaciona con el cambio de escenario. Pasamos de un entorno más cerrado, familiar, como era Heap House, al hostil mundo exterior, a lo que hay más allá de la familia, de la infancia.
Más de todo: más oscura, más dinámica, más cosas y más Carey. 
Edward Carey es un autor inclasificable, un torbellino de pura creatividad, en unos tiempos en lo que eso comienza a escasear.

Mención aparte para el mimo que Blackie Books ha puesto en la edición. Un producto cuidadísimo, a semejanza del anterior, con traducción (entre juegos de palabras, nombres imposibles y avalancha de cosas) de Lucía Barahona.

A falta de un último paso, la Trilogía Iremonger se revela como una de esas obras a recomendar a cualquier tipo de público. Unos libros, dos hasta el momento, tan atractivos como imprescindibles.
Dos cosas a tener cerca, en vuestras librerías... aunque no os debéis fiar de las cosas, ya sabéis.
Nos vemos en Lungdon.

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