En el terror, como en casi todos los aspectos de la vida, las preferencias personales juegan un papel importantísimo.
Vamos, que me puedes poner la mejor muestra de terror psicológico complicadísimo, llenos de juegos brillantes y metáforas a distintos niveles, que probablemente me quede con una historia resultona sobre bichos asesinos, por ejemplo.
Aunque la disfrute e intente valorar con justicia, obvio, todo palidece ante insectos gigantes, masas informes devoradoras de personas... o pequeños pueblos.
Oh, las historias de terror sobre pequeños pueblos y, utilizando el viejo dicho, sus grandes infiernos; esas son de mis favoritas, plagadas de personajes, secretos, vergüenzas y la mayoría de las veces, elementos arcanos que enterrados bajo las casitas adosadas con jardín y vallas blancas.
La Ensenada del Diablo, escrita por Todd Keisling y publicada en castellano por Dilatando Mentes, era una de mis novelas más esperadas, tanto por el argumento (nominación a los Premios Stoker aparte) como por el excelente sabor de boca que me dejó su novela corta La cinta Duncan (Scanlines, en inglés), publicada hace unos meses por La Biblioteca de Carfax.
Y no me ha defraudado, en absoluto.
Poneos vuestra mejor sonrisa para saludar a los vecinos que nos vamos de paseo por las tranquilas calles de Stauford, Kentucky.
Vamos, que me puedes poner la mejor muestra de terror psicológico complicadísimo, llenos de juegos brillantes y metáforas a distintos niveles, que probablemente me quede con una historia resultona sobre bichos asesinos, por ejemplo.
Aunque la disfrute e intente valorar con justicia, obvio, todo palidece ante insectos gigantes, masas informes devoradoras de personas... o pequeños pueblos.
Oh, las historias de terror sobre pequeños pueblos y, utilizando el viejo dicho, sus grandes infiernos; esas son de mis favoritas, plagadas de personajes, secretos, vergüenzas y la mayoría de las veces, elementos arcanos que enterrados bajo las casitas adosadas con jardín y vallas blancas.
La Ensenada del Diablo, escrita por Todd Keisling y publicada en castellano por Dilatando Mentes, era una de mis novelas más esperadas, tanto por el argumento (nominación a los Premios Stoker aparte) como por el excelente sabor de boca que me dejó su novela corta La cinta Duncan (Scanlines, en inglés), publicada hace unos meses por La Biblioteca de Carfax.
Y no me ha defraudado, en absoluto.
Poneos vuestra mejor sonrisa para saludar a los vecinos que nos vamos de paseo por las tranquilas calles de Stauford, Kentucky.