jueves, 15 de mayo de 2025

Breathe In, Bleed Out - Brian McAuley

Resulta difícil escapar de las garras de Brian McAuley cuando eres un fan del cine de terror.
La maldición del Segador (Dimensiones Ocultas, 2024) fue, además de una de mis lecturas favoritas del año pasado, un fenomenal viaje por los entresijos del cine de terror, narrado con un lenguaje y un estilo muy cinematográfico, salpicado por un enorme conocimiento del género.
Ahora, después de las dos entregas de Candy Cainpendientes en castellano, McAuley ataca con un nuevo slasher literario, en la línea de películas como Scream y cualquier acercamiento relativamente moderno al género.
Breathe In, Bleed Out es una novela rápida, ágil, cargada de un finísimo sentido del humor.
Un asesinato digno del mejor killer.




Título: Breathe In, Bleed Out
Autor: Brian McAuley
Editorial: Poisoned Pen Press, 2025
Páginas: 304
Fecha de salida: 2/Septiembre/2025
ARC recibido gracias a NetGalley.

Hannah tiene una existencia complicada, por decirlo de manera suave.
La vida en Los Ángeles no es ninguna maravilla, su puesto como médica residente cuelga de un hilo finísimo y su salud mental no es la mejor. No ayuda, ni mucho menos, lo que sucedió con su prometido, Ben, hace apenas unos meses mientras disfrutaban de unas idílicas vacaciones en la nieve, en plena naturaleza. Nadie tiene claro los motivos que terminaron con la muerte de Ben y con Hannah volviendo sola y ensangrentada a la civilización. 
Los meses pasan, Hannah no mejora así que sus amigos, algunos cercanos y otros con los que hace tiempo que perdió el contacto, deciden intervenir invitándola a un retiro espiritual. El santuario, situado cerca del Joshua Tree, está coordinado por el Gurú Pax, un tipo misterioso que mezcla modernas terapias científicas y pseudocientíficas con las mayores locuras sobrenaturales.
El retiro es muy exclusivo, elitista, sin tecnología y ni más usuarios que Hannah y sus amigos, así que... ¿Quién es el misterioso asesino que acecha, poniendo en peligro las vidas de Hannah y sus amigos?

Hannah es nuestra protagonista, nuestra candidata a final girl y la voz principal que tendremos durante gran parte de la lectura, narrada en primera persona. Ese es uno de los principales puntos de interés de la novela y reafirma ciertos conceptos que ya se percibían en La maldición del Segador. Brian McAuley focaliza su esfuerzo en crear un grupo de personajes creíbles y detallados, siempre dentro de este especie de mundo burbuja que es el slasher. Todas y cada una de las voces que salen en el libro, cada uno de los personajes, tienen cierto desarrollo, dentro de los estándares que impone el género. McAuley, así, cede parte del ritmo de avance de la novela a sus personajes, en vez de a los hechos.
En ese desarrollo de personajes, McAuley va incorporando multitud de temas de actualidad, de enfoques modernos, desde la salud mental a las terapias pseudocientíficas que inundan redes sociales y modas de grandes ciudades, de la importancia de cerrar heridas, superar duelos o afrontar relaciones tóxicas.
 Y es bueno, muy bueno, en la manera en la que aborda esas ideas.
Las va trabajando a distintos niveles, dejando que los personajes hablen, den forma a sus pensamientos; unas veces de forma cruda, directa, apelando a la sensibilidad; otras tirando de un afiladísimo sentido del humor. La cuestión es que la mezcla funciona, cala en ti, como lector o lectora, y te ayuda a dar forma al verdadero núcleo de la historia, a base de diálogos ágiles, rápidos, que consiguen que no dejes de leer.

No os penséis que solo hay conversaciones en Breathe In, Bleed Out. Es un slasher, no os olvidéis, y Brian McAuley va integrando escenas, narradas en tercera persona, que van sumando víctimas. Asesinatos muy cinematográficos, casi en una escalada de intensidad, con una violencia gráfica pero limpia, muy lúdica. Gráficos, viscerales y con cierta relación con la víctima de turno, lo que supone todo un ejercicio de inventiva por parte del autor. 
Luego está el juego, el murder mistery que esconde la identidad y motivación de nuestro asesino. ¿Es un militar frustrado al que le molesta la gente de ciudad y deja de lado su partida al Call of Duty para terminar con nuestros protagonistas? ¿Tiene que ver con alguien del retiro espiritual? ¿O quizás la amenaza venga de parte de una vieja leyenda minera de la zona? O bueno, el clásico: ¿será alguno de los amigos de Hannah? ¿O parte de los demonios del pasado de la pobre Hannah que vuelven para terminar con ella?
Ah, malditos muchachos entrometidos, ¡hay muchísimas opciones!
La resolución está ahí, bien explicada al final de la novela. No va a revolucionar el género con un giro tremendamente sorprendente, pero funciona. 
Hannah supone un excelente añadido a la lista de final girls. No es un personaje que únicamente esté ahí como hilo conductor de la trama, no. Hannah carga con su propio pasado, con los fantasmas que atormentan su salud mental y cuyas pesadillas terminan filtrándose en una realidad que se vuelve cada vez más extraña. 


Pero, si os gustan los slashers esto que os acabo de contar no os va a pillar por sorpresa. Todo buena película del género (ahora mismo me estoy poniendo el traje de Randy Meeks...) arranca con una escena inicial impactante, un desarrollo tranquilo de personajes, situaciones y entornos salpicado por estallidos de violencia, asesinatos y múltiples sospechosos, que van in crescendo hasta un final lleno de revelaciones sorprendentes, giros locos, frenesí de sangre y un desenlace que puede dejar ciertas puertas abiertas. Esto es, más o menos, desde la reformulación del género que hicieron Kevin Williamson y Wes Craven con Scream (1996).
  Breath In, Bleed Out respeta y potencia las bases cinematográficas del slasher trasladándolas a la novela. Un slasher moderno, cargado de actualidad y temática social (la crítica a los gurús de soluciones fáciles, la obsesión por el trabajo y el triunfo, los traumas, la situación social y política de los Estados Unidos de hoy), bajo la habilidad de McAuley a la hora de convertir todo esto en un espectáculo ágil, con buenos diálogos y un gran sentido del humor.
Es Scream, es Destino Final, a ratos parece My Bloody Valentine, pero bajo un estilo moderno, como Sick (2022) o la reciente Heart Eyes (2025). 
Todo películas, como veis, porque es una lectura tremendamente visual; no se esconde en ningún momento, incluso utilizando herramientas más propias del cine que de la literatura. Una combinación imbatible de parte de una mente que conoce a la perfección ambos mundos.

Breathe In, Bleed Out es la demostración más evidente de que el slasher puede funcionar en la literatura. Y no hablo de un acercamiento nostálgico, no: un enfoque actual, moderno y enérgico.
Una lectura ágil, con ritmo e interés, de las que cuesta dejar, que se disfruta aún más si os gusta el cine de terror, McAuley es plenamente consciente de ello: es una novela hecha para fans del terror, que pillen ese sentido del humor tan dirigido en sus diálogos, en sus referencias. Eso no quita que lectores o lectoras casuales no disfruten del libro, claro. Un trabajo en la línea de autores actuales como Grady Hendrix, una versión más ligera de Stephen Graham Jones, la Rachel Harrison de The Return o Adam Cesare. Nuevos slashers, nuevos enfoques.
La novela, por cierto, se cierra con un amplio capítulo (Scream With Me) sobre el amor de Brian McAuley por el slasher,  casi un pequeño ensayo que toca el corazoncito.
Aprovecho para lanzar una ovación cerrada al título de la novela, que me parece una maravilla.
Termino esta novela muy satisfecho, feliz entre tanto lío con gurús de la salud mental, una nueva final girl que añadir a la lista, hábiles asesinatos, leyendas y un más que entretenido juego psicológico. 
Dice Brian McAuley, en los agradecimientos finales, que hay un nuevo killer en las sombras esperando a que termine de contar su historia. 
Y yo, personalmente, esperaré al otro lado de la página, pacientemente, sin prisa, pero sin dejar de mirar los rincones más oscuros de mi habitación.

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