jueves, 24 de julio de 2025

Celsius 2025

El Celsius 2025 iba a ser un festival tranquilo. 
Por lo menos, por mi parte.
Ver a un montón de amigos, charlas, risas, comprar libros, arañar alguna firma y poco más. Pero el destino, siempre juguetón, decidió que no, que no tocaba calma y paz. 
Tocaba hacer cosas; cosas locas.
Y se hicieron. 


El Celsius, por si no lo sabéis, es el festival de literatura de terror, ciencia ficción y fantasía que se celebra en Avilés desde hace 14 años, más o menos. Llevo acudiendo desde el primer año, salvo un par de faltas justificadas, viendo como crece año tras año. 
Un crecimiento exponencial, ascendente, a buen ritmo pero asumible... hasta este año. No tengo dudas de que la presencia de Brandon Sanderson, unida a una cantidad de invitados impresionantes, triplicó (por decir una cifra) la cantidad de asistentes a un festival que, por otra parte, es gratuito y cuya fluidez se basa en la solidaridad de la gente.
A más personas, menos solidaridad, claro, y eso, unido con limitaciones propias del espacio y algún problema de organización, generó colas y llenazos bastante impresionantes.
De todo esto, y mucho más, conversamos en el especial de LibroGusano que tenéis bajo estas líneas.


Bien, a lo que iba. 
El jaleo.
Unos días antes, desde la organización, se me planteó la posibilidad de moderar el encuentro con Jay Kristoff.
Accedí, obvio, y muy contento porque, además, evite desmayarme en el preciso instante en el que leí el mensaje.
Todo un logro.
Auditorio lleno, 650 personas esperando, un autor que te hace las cosas muy fáciles bastantes nervios y una sensación indescriptible. Es un lujo absoluto poder hacer cosas así, basándote en la pasión que tienes por este tipo de literatura; son oportunidades únicas, momentos que atesorar. 
Gracias eternas a quién pensó en mí como moderador de un autor que firma en sesiones de 4 o 5 horas y atrae a un montón de público.
En el vídeo anterior también comento cómo fue la experiencia y, en el que dejo a continuación, podéis ver la presentación completa.



Y hay muchas más cosas que reseñar, entre ellas una entrevista que hicimos a Thomas Olde Heuvelt, gracias al ofrecimiento por Nocturna Editorial.
El Celsius no consiste en ver a los grandes nombres, que también, si no en asistir a un montón de presentaciones de autoras y autores tan geniales como los titanes superventas (Sophie White, J. V. Gachs, Lin Carbajales, Katherine Vega, Iván Ledesma, Esteban Bentancour (¡ya era hora!), Beatriz Alcaná, Lisa Tuttle, Rubén Sánchez Trigos, Pedro Berruezo... y tantos y tantas otras), conocer a un montón de gente, descubrir mil cosas, eternizarte en una terraza mientras ríes con amigos y amigas que ves pocas veces al año, ilusionarte, hacer planes locos, incitar a la revolución desde una terraza, comprar libros, comer y tomar cafés. 
Descubrir que hay esperanza cuando vas con Irma Barullo Pérez a que te firme el legendario Kim Newman y te encuentras con unos jovencitos que están devorando La era de Drácula












Todo eso es el espíritu de un festival así, no el de hacer colas.
Si las hay, perfecto y maravilloso, porque demuestra que hay mercado, que los libros de género tienen vida, que el público lee y se apasiona.
Y, si algún día desaparecen, ahí seguiremos, dando guerra.
Gracias a la organización, gracias a los voluntarios y voluntarias, gracias a las editoriales; hasta el año que viene.

1 comentario:

  1. ¡Enhorabuena por la charla con Kristoff! Fui de las personas que se quedaron fuera inevitablemente,  como también me pasó con todas las apariciones de Kim Newman y Philip Fracassi. Pude asistir, ya fuera y sentada en el suelo a la de Hambly. Y es que si 2020 fueron las Celsius del apocalipsis, 2025 fueron las de las colas interminables (una semana después todavía me duelen las piernas de estar aguantando vela durante horas).

    Las de este año me han resultado raras, precisamente por lo caótico del volumen de asistentes. Pero queda en cambio, ese punto que siempre ha tenido, el de poder encontrar a Hambly y a Kim Newman por la calle y que te firmen (tembleque de manos y nervios fangirleros incluidos), e ir a charlas, apesta vez un poco mas difícil entrar, que no conoces, solo porque llama la atención el libro. Bueno, a las que se pudo. Porque ahí me quedé sin ver la de Ciudad cadaver y Teoría del gran infierno.

    Eso sí, las celsius no serían tales sin echar un rato en el Frida discutiendo de todo. 

    Bueno, y que este año el momento más descacharrante vino a posterioridad, cuando un compañero de trabajo vio mi foto con Barbara Hambly y pensó que era familiar mía XD.

    Ahora, a poner el contador a cero. Solo faltan 350 días para las próximas.

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