lunes, 17 de febrero de 2025

Strange Pictures (Imágenes extrañas) - Uketsu / Reservoir Books

Fenómenos editoriales hay muchos, muy variados y suelen salir varias veces por temporada, como los coleccionables de quiosco. 
Algunos aguantan el paso del tiempo, de la presión de las etiquetas y expectativas mientras que otros sucumben a las pocas semanas. 
Strange pictures, del extrañísimo autor japonés Uketsu, viene avalada por ser un auténtico fenómeno en Japón, con más de tres millones de lectoras y lectores y un enorme puñado de traducciones internacionales. La gracia de este fenómeno, de esta propuesta, además del excéntrico autor, reside en que la novela se construye a partir de lo que esconde una serie de dibujos.
Quizás, a simple vista, pensáis que no pueden guardar muchos secretos; son dibujos simples, casi infantiles, con muy pocos elementos.
Un aviso: no sois conscientes de las vueltas (y el mal rollo) que pueden dar esos dibujitos y sus connotaciones. 
Y si, también puede ser que estemos ante un fenómeno editorial bien cimentado.




Título: Strange pictures (Imágenes extrañas)
Autor: Uketsu
Editorial: Reservoir Books, 2025
Traducción: Sandra Ruiz Morilla
Páginas: 288
Tapa blanda con solapas.

Una mujer embarazada, un niño, una casa, un paisaje dibujado por la víctima de un asesinato en su agonía final... El descubrimiento de nueve imágenes extrañas, relacionadas con crímenes del pasado, conduce a una única verdad escalofriante. El lector se sentirá como un detective desentrañando página a página el hilo común que las une a todas.

Strange Pictures es la primera novela publicada en español de Uketsu, una enigmática figura surgida de las profundidades de internet y que se ha convertido de la noche a la mañana en uno de los nombres más relevantes del panorama literario japonés. Con sus historias, Uketsu ha transformado para siempre las reglas de los géneros de terror y de misterio.


Coged cualquier dibujo que tengáis por casa. 
Valen de esos que hacen los niños y las niñas, esos típicos de una casa con una chimenea echando humo, con un árbol al lado y un sol que sale detrás de una nube.
Claro, sencillo y directo. No hay mucho más que interpretar... salvo si os ponéis a diseccionar los detalles. Un estudio en profundidad intentando buscar algún tipo de información, con su poquito de oscuridad y mala leche. 
Os podríais fijar en, no se, que la puerta de la casa está cerrada y no tiene pomo. De ahí, con cierta mala intención, podríais deducir, por ejemplo, que la persona que hizo ese dibujo no se ve capaz de entrar en ese hogar y esconde un trauma. O que el sol que brilla tras las nubes tiene una sonrisa retorcida.
Cosas que dan pie a crear una narrativa con las ideas que salen de esas imágenes; bien turbia, bien oscura.
Y así, más o menos, es la forma en la que Uketsu plantea la novela. 

Ejemplo de uno de los dibujos del primer capítulo


 
Cubierta de la versión inglesa de Strange Pictures.


Strange pictures está formada por tres partes y una introducción que terminan conectando en un todo.
La introducción consiste en el análisis, por parte de una psiquiatra, de un dibujo infantil, al estilo de lo que acabo de hacer en el párrafo anterior. Trasladado al funcionamiento de la novela da la impresión de ser una demo, una especie de ejercicio de prueba para lo que viene después.
La primera parte de la novela, ya metidos en el meollo, trata de un par de chavales que se obsesionan con un viejo blog de internet que narra, a modo de diario, las experiencias de un hombre a semanas de ser padre por primera vez. Un blog que termina de manera abrupta, misteriosa, y que deja una serie de extraños dibujos marcados con unos números.
Una primera parte con poca narración, basada en diálogos y que sorprende con una ingeniosa y oscurísima resolución final.
Quedé satisfecho, la verdad, pero ahí me asaltaron las dudas.
¿Sería toda la novela así? Una suerte de librojuego, basada en destripar unos dibujos y una premisa, hasta alcanzar un final satisfactorio a través de unas deducciones loquísimas, y ya.
No es lo que esperaba, la verdad, y todo el tema del fenómeno editorial se me vendría abajo, claro, pero la cosa no iba por ahí.
Menos mal.

La segunda parte, eje de la novela, pone sobre la mesa todo lo que Uketsu y ese juego de los dibujos tienen que aportar al mundo del thriller, más allá de ser un fabuloso reclamo publicitario. La historia, sobre un profesor de arte fallecido en la parte más alta de una montaña, dejando un dibujo del paisaje, y un periodista novato que se obsesiona con el caso, mantiene el pulso hasta el final, alejándose del desarrollo en diálogos de antes, para completar con descripciones, monólogos interiores y la construcción, paso a paso, de la deducción que lleva a la resolución de parte del misterio. 
Aquí, en esta segunda parte, es en la que te das cuenta de que todo está perfectamente hilado, planificado y que forma parte de una misma historia. 
Y ese mismo estilo se mantiene en la última parte que es capaz de cerrar todas las líneas abiertas, dejando otro extraño dibujo más.
280 páginas estupendamente aprovechadas, llenas de dibujos, gráficos y demás juegos visuales que consiguen que estés siempre alerta, motivado, pero sin perder de vista que estás leyendo una novela, no una serie de acertijos visuales.

Uketsu, al teléfono con su terapeuta.


Strange pictures es un thriller bastante oscuro y parte de su personalidad reside en los juegos que Uketsu mantiene con nosotros a través de los dibujos. Las conclusiones que se sacan de mezclar la información del contexto con esos dibujos son la gracia absoluta de la novela, su sentido y el motivo de la diferencia con los miles de thrillers que atiborran las estanterías. Eso no quiere decir que sea un sesudo trabajo de investigación: hay veces que se llega a conclusiones casi como un salto de fe pero no supone ningún problema. Todo funciona, todo encaja, sorprende y hay que dejarse llevar un poquito. 
Y resulta especialmente turbio, sin caer en los terrenos del horror, pero no estamos ante el típico caso de ha sido el mayordomo; resulta increíble la cantidad de giros que se van sumando, alterando el orden de la historia para que todo encaje, haciendo que sea bastante difícil dejar de leer; cada vez más oscuro, más enrevesado.
No inventa nada nuevo pero acumula la cantidad suficiente de virtudes y elementos visuales que se siente como una novedad mayúscula. 


Uketsu debe de ser un tipo, o tipa, muy peculiar. Si no os habéis tropezado con él, o ella, es una figura embutida en unas mallas negras y una máscara blanca que parece hecha durante un episodio especialmente chungo de Art Attack.
Además, baila y canta.
No se sabe quién es, el motivo de hacer lo que hace y cómo lo hace y se ha convertido en un fenómeno literario mundial.
Y, cuando llegas al desenlace de Strange Pictures, puede ser que lo comprendas todo.

Un thriller arriesgado, que parece que juega todas sus bazas en presentar un producto que juega a través de los dibujos para llamar la atención, pero que funciona a la perfección gracias a la narración que construye a partir de ellos.
Va más allá de esa provocación, de esa idea juguetona. 
Una novela de suspense muy oriental, llena de elementos característicos de la ficción de países como Japón o Corea del Sur. Podría ser que, debido a la presencia de esos dibujos, pensaseis en un thriller como Figuras ocultas de Jason Rekulak pero está muchísimo más cerca de, por ejemplo, Confesiones de Kanae Minato o, si nos pasamos al cine, a la obra del surcoreano Park Chan-Wook con sus venganzas cargadas de giros loco y mala leche, especialmente su trilogía de la venganza (Sympathy for Mr Vengeance (2002), OldBoy (2003) y Sympathy for Lady Vengeance (2004)).
No llega a esos límites pero los temas que maneja la novela no se quedan atrás: sorprendentes, turbios y tan originales como violentos.

Cubierta de la versión inglesa de Strange Houses.


¿Es Strange Pictures un fenómeno editorial?
No lo se, la verdad; los números y el boca a boca deberán sentenciar, pero yo me lo he pasado muy bien. No es una novela que se me haya deshinchado por el hype ni entiendo que sea un cascarón vacío que simplemente intenta provocar con el atractivo de los dibujos. Es un thriller muy bien construido, añadiendo los estratos necesarios en momentos oportunos para que la historia se vaya desenvolviendo y unas resoluciones que funcionan, sorprenden y remueven. 
Te hará dudar, volver unas páginas atrás para ver si todo encaja o estar mirando unos buenos minutos unos simples dibujos en los que no puede haber tanta información; ni por cantidad ni por lo horrible de la misma.

Strange Houses, siguiente obra de Uketsu, ya tiene fecha en castellano para julio de este mismo año y tengo seguro que me lanzaré a sus locuras.

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