Iron man 3 debe suponer el pistoletazo de salida a la Fase 2 del plan estratégico de Marvel Studios, un camino que nos llevará a la futura Vengadores 2, previo paso por Thor: The dark world, Capitan América 2, The Ant man o Guardians of the galaxy.
Después de verla, mas que un inicio de un nuevo bloque de aventuras, esta tercera parte de las aventuras de Tony Stark resulta un punto y seguido, un epílogo sobre lo sucedido en Nueva York y parte de las consecuencias para el personaje.
En vez de ser continuistas y conseguir que Joe Favreau terminase la trilogía, Marvel Studios asumió el riego de ceder el testigo a Shane Black, tanto en la dirección como en el guión. Si habéis visto el anterior trabajo de Black, Kiss kiss bang bang, ya os podréis hacer una idea de lo que espera en Iron man 3.
Si no la habéis visto, sois personas grises y tristes.
Poned remedio a eso.
La premisa es simple: el mundo esta en peligro por la amenaza del Mandarín (Ben Kingsley), un terrorista sin mas, mientras que entra en escena una peligrosa sustancia que aporta increíbles poderes a sus usuarios, controlada por Aldrich Killian (Guy Pearce)
En medio de todo, al pobre de Tony le dan ataques de ansiedad cada vez que se ve lejos de sus armaduras o cuando alguien le pregunta cómo consiguió escapar de aquel agujero de gusano.
Siguiendo el camino pautado por Iron man 2 y lo que se espera de una película de superhéroes Marvel/Disney, Iron man 3 debería funcionar como una orgía de destrucción sustentada por los arquetipos del género, con los toques de humor típicos de la franquicia.
Que nadie se lleve las manos a la cabeza: esos elementos siguen ahí.
Hay acción, quizás demasiado localizada en determinadas escenas, hay humor (blanco y para toda la familia) y atención, hay un niño, pero Black sabe mover las fichas necesarias para que todo nos suene y darle un toque diferente; consigue desligar a Tony Stark de Iron Man, al hombre de la armadura, sin que ninguna de las dos facetas se resientan demasiado.
Se nota en toda la película un deje Bond, incluso en el enemigo a batir por Stark, aspecto que, por cierto, incluye un inesperado giro que me convenció sin lugar a dudas, quizás por lo inesperado o por pecar de inocente, pero me pilló con la guardia baja y lo aplaudo por ello.
Don Cheadle vuelve a ser Rhodes, enfundado en Iron patriot, siendo mas buddy de Downey Jr que nunca, casi una especie de Riggs & Murtaugh en la parte final de la película.
Robert Downey Jr vuelve a sus tics de Tony Stark, completamente unido al personaje aunque sin brillar del todo en las partes mas ansiosas del personaje. Porque si, amigos, Tony tiene debilidades en forma de ataques de ansiedad, asemejándose al comic clásico El demonio en la botella pero sustituyendo el alcoholismo por el estrés post traumático.
Otro cómic utilizado en el guión es Extremis, base de toda la trama malvada del film, bien adaptada e hilada, lo suficientemente interesante y bondiana para que Guy Pierce y Ben Kingsley hagan de las suyas.
La película quizás brille mas en determinados aspectos del guión que en sus partes de acción, pese a que resulten lo suficientemente impactantes para llamar la atención. Black consigue sus mejores notas como guionista que como action director pero cumple con lo que se le exige a un blockbuster de estas características. Me he fijado en ciertas producciones similares en que hay determinadas escenas que parecen rematadas a toda prisa, sin tener el acabado que precisa una película así... echémosle la culpa a la crisis.
Hay niño repelente, muy Justin Bieber, pero no ofende demasiado y podríamos encontrarnos muy pronto con unos Young avengers así que no lo despedazaremos mucho.
Pese a lo que se ha dicho en los medios, Iron man 3 no es una continuación de Los vengadores y en ningún momento tiende un puente a la fase 2 marvelita, ni siquiera en su (graciosa pero intrascendente) escena post créditos. Si que parece que Los vengadores y su perfecta imbricación del resto de películas Marvel han pasado factura a esta película y, por mucho que nos pese, es una película única y exclusivamente de Iron Man, no hay guest stars aparte de Iron patriot.
En definitiva, Iron man 3 tiene varias bazas para defraudar al fan mas talibán pero en ningún momento resulta ser un mal entretenimiento ni peca de repetitiva. Se atreve con aspectos e ideas poco frecuentes, alejándose del camino seguro, con sus toques Bond, sus chascarrillos, su tensa relación con Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), su discreta publicidad de Audi y sus buenos momentos de acción (la explosiva escena final resulta muy digna aunque mareante) con unos correctos efectos digitales.
Se coloca en segunda posición dentro del particular (mío y del personaje) podio Iron Man, muy cerca de la primera entrega (el afecto y la sorpresa todavía pesan) pero bastante alejada de la entretenida (pero previsible) inercia de la segunda entrega.
Una digna entrega del hombre de hierro, una entretenida película de superhéroes.
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