domingo, 21 de julio de 2013

Expediente Warren.The Conjuring

The Conjuring es tan buena que parece filmada en los años setenta, guardada en un cajón y rescatada ahora mismo, a tiempo para su estreno.

¡BAM!
Primer disparo, a bocajarro.



James Wan continúa forjando su carrera con una imparable progresión, con un estilo propio que llega a depurar al máximo en esta película, alcanzando el estatus de maestro del terror.

La historia, basada parcialmente en hechos reales, presenta a los Warren (Patrick Wilson, que repite después de pasarlo fatal en Insidious y que volverá en Insidious Chapter 2 a final de año y Vera Farmiga), investigadores paranormales, que se hacen cargo de un extraño caso en la propiedad de la familia Perron.
Quizás nada fuera de lo común y parece que ya la hemos visto mil veces pero Wan se encarga de manejarla a su estilo, incorporando su toque personal.
Es una película de terror, pero eso no quiere decir que caiga en los convencionalismos formales que han ido reduciendo el antaño prestigioso género (la época dorada de los 70), a productos de consumo rápido, carne de dvd, llenos de sustos insípidos, ideas recicladas, chicas gritando, exorcismos improbables y dudosa calidad.
The conjuring esta hecha de otra pasta, es una película muy buena, independientemente de su género, con una ambientación asfixiante y una cámara inquieta, sin recurrir al susto rápido y fácil, sino al juego largo con el espectador, con escenas repletas de tensión y planificadas a la perfección para agarrarte fuerte y evitar que pierdas la atención.



Dead silence e Insidious son parte de los cimientos sobre los que se construye el Expediente Warren y se podrían considerar versiones primerizas de ella, aunque tremendamente meritorias. Hay elementos comunes: muñecos, fantasmas, secretos y el misterioso mundo mas allá de la consciencia humana pero es aquí donde todas las piezas encajan a la perfección, sin que nada chirríe. Hasta el reparto ayuda, apoyado en dos actrices, Vera Farmiga y Lili Taylor, que realizan un trabajo excepcional.

The conjuring es un ejemplo de que el terror y el horror pueden dar buenas películas, ademas de cumplir el objetivo de asustar, pero sin centrar su atención en el susto barato. Es una película perfectamente planificada, construida poco a poco, sin acelerones y que utiliza las bases del género, de las películas de hunted house para refrescarlo (la pelotita de Al final de la escalera, por ejemplo) y añadir nuevos elementos que veremos repetidos hasta la saciedad (esas palmaditas...).

James Wan dice que se retira temporalmente del terror para abarcar nuevos géneros, después del estreno de Insidious Chapter 2 en otoño.
Es ese tipo de cosas que te puedes permitir cuando tocas techo pero vuelve pronto, con tus muñecos y tus terrores.
Imprescindible.

domingo, 7 de julio de 2013

Star Trek: En la oscuridad

En el mercado actual, las secuelas de una película de éxito son necesarias, pensadas y calculadas casi al mismo tiempo que el film inicial. En el caso de la saga Star Trek, las secuelas son casi una plaga, innumerables a lo largo de las diferentes versiones de la serie original de televisión, con unas diferencias de calidad abismales.

J. J. Abrams lo tenía clarísimo, su versión del 2009 debía tener una secuela a sus manos, justo antes de emprender el salto galáctico al enorme reto de Star Wars.
Star Trek: En la oscuridad es una segunda parte, un blockbuster veraniego de una franquicia veterana y revitalizada años antes. Repiten los guionistas: Roberto Orci, Alex Kurtzman y Damon amado/odiado Lindelof, repite el reparto (Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana, Karl Urban, Simon Pegg, John Cho y Anton Yelchin) y repiten las sensaciones de hace unos años. Muy buena película, entretenida, espectacular pero acomodada, perdiendo parte del factor sorpresa que la novedad traía a la entrega anterior.



No hay mucha sorpresa gracias a la extensísima campaña de publicidad y a los dos meses de retraso respecto al estreno americano, la amenaza está representada por un soberbio Benedict Cumberbatch, el Sherlock de la genial serie de la BBC, un terrorista que amenaza a la Federación. Sin entrar en harina ni spoilers, Cumberbatch se luce en los momentos que puede que quizás no sean demasiados pero muy bien dosificados a lo largo del metraje. Y es que este hombre, con una mirada, intimida.
Entre las nuevas incorporaciones al reparto encontramos Alice Eve y el gran Peter Robocop Weir con un papel bastante memorable.

Ninguna pega al aspecto visual, técnicamente impecable, con efectos brillantes y si no tienes problemas con las luces de Abrams (hay un par de escenas en el puente de la Enterprise donde los destellos son insufribles) la disfrutarás de sobra. Mención aparte a la banda sonora de Michael Giacchino, espectacular desde el primer minuto.



La película se mantiene, durante las dos horas de duración, a un nivel muy alto, tanto de calidad como de entretenimiento. Combina a la perfección la espectacularidad de las escenas de acción (el prólogo, como ejemplo perfecto) con partes de diálogo, con un sentido del humor muy de agradecer, sobre todo a cargo de Bones o Scotty.
El eje argumental de la película, ademas de la amenaza Cumberbatch, reside en la dualidad Kirk / Spock, uno demasiado humano y otro muy vulcaniano.
Visceralidad contra matemática racionalidad que deben de buscar un punto de equilibrio común para que todo funcione.

La película lo tiene todo y usa sus armas a la perfección para ser un entretenimiento brillante pero hace inevitable el volver siempre a una entrega anterior de la saga y eso es lo que se echa en falta, si nos ponemos exigentes. Un poco mas de riesgo, añadir un toque de aire fresco y alejarse del canon marcado anteriormente. Es solo una pequeña queja, echar en falta una pizca de sal que hubiese sido la guinda perfecta al renacimiento de la franquicia en la gran pantalla.
Pero no se puede tener todo y lo que hay y tal como está, es francamente brillante.

Clásica y modélica, no os la perdáis.