Portada de la edición actual |
El fugitivo es
una de las novelas que King escribió bajo el pseudónimo de Richard Bachman en
plena efervescencia creativa a finales de los setenta y principios de los
ochenta. Como indica el propio King en un breve escrito al principio de la
edición, este libro se gestó en una semana, casi en un arrebato de furia. Y ése es, sin duda, su rasgo característico.
El fugitivo nos
lleva al año 2025, un futuro cercano (ahora, en 1982 cuando fue publicada
quedaba más lejano) donde las clases sociales están separadas por una enorme
barrera, la contaminación de las grandes ciudades es altísima y la librevisión es el elemento de control de
masas favorito de las corporaciones. Gente desesperada y una sociedad
desensibilizada, controlada por el sexo y los crueles concursos televisivos.
Ben Richards, nuestro protagonista, decide inscribirse en
uno de esos concursos para ganar algunos nuevos dólares que le permitan comprar
medicinas para su pequeña y enferma hija. Richards es un héroe 100% King: asocial, inteligente de una manera
instintiva y contrario a cualquier dogma social. Después de un proceso de
selección, resulta elegido para El fugitivo, programa estrella del prime time;
una caza humana donde recibirá 100 dólares por cada hora que consiga escapar de
los cazadores que le perseguirán por toda Norteamérica, sin descanso y bajo la
atenta mirada de una sociedad que le odia y teme.
King / Bachman; Bachman / King. |
Los libros de Bachman son pura rabia literaria, normal que King lo publicase con pseudónimo.
Son novelas (Rabia, La larga marcha,
Carretera maldita y El fugitivo,
luego se le añadieron Maleficio, Posesión
y Blaze) crudas, críticas y escritas en un tono entre la violencia y la desesperación
ante ciertas situaciones sociales. Richards es un hombre de ideas fijas,
ideales y frases cortantes y contundentes, un antihéroe en toda regla. Funciona
en base al que tiene poco que perder y algo que ganar, aunque tenga al mundo
entero detrás suyo. La cruda combinación entre Bachman y el carácter de
Richards transforman la novela en una pulsión, una lectura adictiva,
estructurada en cortos capítulos que conforman una cuenta atrás. La novela es
corta pero intensa, con un inicio espectacular. La llegada de Richards a la
central de concursos y su ingreso en el sistema transmite toda la rabia,
presión y desconcierto además de sumirnos en un mundo que nos recuerda a
nuestra sociedad actual, aunque no lo queramos reconocer. El resto de la novela
funciona y cumple, ayudada por su corta duración, pero no llega a mantener la
intensidad del inicio, salvo la tensión de la fuga. El personaje de Richards,
centro de la narración, también agradece que la novela sea corta, ya que hay
ocasiones que adolece de ser demasiado plano,
cuadriculado.
El fugitivo
recibió una adaptación al cine en 1987 protagonizada por Arnold Schwarzenegger
y titulada Perseguido en nuestro
país. Pura carne de vhs, de tarde en un videoclub. La película rescata de la
novela poco más que la idea y el título pero resulta inevitable leerla y no
pensar en cine. En John Carpenter, por ejemplo. Y es que además de Christine, los dos genios del terror (en
ámbitos diferentes de la cultura) deberían haber coincidido más veces. El
potencial de El Fugitivo, como novela
o como adaptación, es esa visión cercana y horrible del futuro, que entra en
conexión con, por ejemplo, la visión de Carpenter con Snake Plissken en Nueva
York y Los Ángeles.
Una sociedad dividida entre ricos y pobres, con sus nuevos
dólares y sus viejos billetes casi sin valor, controladas por corporaciones que
manejan todos los entresijos y un violento control policial. Sobre todas esas
circunstancias se encuentra la librevisión,
piedra angular del control de la sociedad, emitiendo noticias manipuladas y
concursos a todas horas, donde los pobres se humillar por un puñado de dólares
hasta su propia muerte ya sea caminando en cintas a pesar de tener problemas
cardiacos o nadando entre cocodrilos. Pan
y circo. Asombra lo actual que puede llegar a ser una novela que pasa de
los treinta años, con el salto tecnológico que ha vivido nuestra sociedad y que
se disfraza con la forma de novela pulp de serie b. Además de algún spoiler de
su final que voy a omitir y que nos lleva a pensar irremediablemente sobre un
dramático hecho histórico no tan lejano, King/Bachman
retrata con realismo una sociedad a un paso de la nuestra, un reflejo en un
espejo sucio. La gente vale poco menos que nada, hay sobrepoblación,
suciedad, contaminación provocada y ocultada por las grandes empresas que sólo
se preocupan por los suyos, dejando al resto a merced de mutaciones, cánceres y
demás enfermedades. Un mundo donde los ideales se marchitan, pisoteados.
Richards representa al hombre puro, con cuatro ideas bien asentadas en su
cabeza y una testarudez capaz de hacer temblar la estructura predominante. Un
troglodita con principios, la enésima representación del antihéroe norteamericano,
el resultado de destruir el american way
of life y ver qué sucede con sus cenizas.
Como curiosidad cabe decir que los poderes de King van más
allá de una mera visión cercana a un futuro posible y da detalles concretos
como la batalla ocurrida en Seattle. En el libro se hace referencia a una
protesta ciudadana que terminó en una masacre por la intervención policial. En
nuestra realidad, en 1999, se convocó una protesta masiva contra la
Organización Mundial de Comercio (OMC, nombre muy de corporación malvada) que
terminó con toque de queda y actuación policial con gases lacrimógenos. Casi
calcada a la ficción que King (o quizás serían los extraños y oscuros poderes
de Bachman…) relata en la novela, aunque fuese de pasada.
En definitiva, El
Fugitivo es una novela que nos presenta un futuro gris y para ello utiliza
una narración rápida, cargada de mala
leche, con el estilo genuino de Bachman, el reverso (aún más) tenebroso y
visceral de King. Una novela que no debe contemplarse como una obra central en
la enorme bibliografía del autor sino como algo menor, una especie de serie b,
tanto en forma como en fondo. Pero la cuestión es que funciona, gracias a una
idea y un arranque muy bueno y una parte final cargada de toda la rabia que
debería generarnos el pensar en las ideas que plantea. Un Stephen King de 2ª
categoría pero un Bachman de 1ª división.
Gracias por la copia del ejemplar a Penguin Random House y a su proyecto Edición Anticipada.
Hola :) esta es una de las de King que tengo pendientes, pero de las que me da algo de pereza leer por saberme la historia. Entre mis favoritas del autor están It, Misery, Carrie, La larga marcha, La tienda y Cazador de Sueños o Saco de huesos, entre otras. Un abrazo^^
ResponderEliminarYo también soy Kingófilo! El Fugitivo ya la había leído hace un montón de años pero siempre está bien el ir rescatando lecturas y la excusa de Edición Anticipada me vino de perlas.
EliminarCoincido con varias de tus favoritas y también añadiría La Cúpula, Salem's Lot, La torre oscura o El umbral de la noche... Es lo que tiene ser "lector constante"!
Gracias por el comentario!