Nací en la década de los ochenta pero soy hijo cultural de los noventa; o, más bien, un hijo bastardo de ambas épocas.
Podríamos discutir si la influencia de la cultura popular de la década de los ochenta ha fagocitado parte de las novelas, series y películas de los últimos años, haciendo uso de una nostalgia, en muchos casos, no muy bien utilizada.
Pero los 90 están ahí, recogiendo parte de esa influencia y añadiendo un buen montón de elementos, aunque no termina de tener la presencia necesaria.
Y ahora ha llegado su momento.
Podríamos discutir si la influencia de la cultura popular de la década de los ochenta ha fagocitado parte de las novelas, series y películas de los últimos años, haciendo uso de una nostalgia, en muchos casos, no muy bien utilizada.
Pero los 90 están ahí, recogiendo parte de esa influencia y añadiendo un buen montón de elementos, aunque no termina de tener la presencia necesaria.
Y ahora ha llegado su momento.
"Frost Bite" es el debut de Angela Sylvaine en novela larga, un entretenimiento de horror, humor y aventuras, que utiliza los tópicos del género con una gran inteligencia.
Ah, y cuidado con los perritos de las praderas: no son tan majos como parecen...
Título: "Frost Bite"
Autora: Angela Sylvaine
Editorial: Dark Matter Ink
Portada: Eric Hibbeler / Diseño: Rob Carroll
Autora: Angela Sylvaine
Editorial: Dark Matter Ink
Portada: Eric Hibbeler / Diseño: Rob Carroll
¿Recordáis los 90?
Pues... la ciudad de Demise, en Dakota del Norte, no, y están en 1997.
La culpa la tiene un gusano alien que se pegó un viajecito en cometa, se estrelló en el parque de caravanas de la ciudad, y ahora está infectando a animales gracias a una mordedura que induce pérdidas de memoria.
¡Y justo antes de Navidad!
Pues... la ciudad de Demise, en Dakota del Norte, no, y están en 1997.
La culpa la tiene un gusano alien que se pegó un viajecito en cometa, se estrelló en el parque de caravanas de la ciudad, y ahora está infectando a animales gracias a una mordedura que induce pérdidas de memoria.
¡Y justo antes de Navidad!
Realene, a sus 19 años, y Nate, su mejor amigo, tienen la responsabilidad de detener el brote y derrotar a esos gusanos antes de que toda la ciudad pierda la cabeza. Y los únicos obstáculos en su camino son sus pasados turbulentos, un culto del día del juicio final y un ejército de perritos de las praderas infectados.
"Frost Bite" no puede tener una mejor presentación. En los agradecimientos finales, Angela Sylvaine da las gracias al portadista (Eric Hibbeler) y al equipo de Dark Matter, asegurando que es uno de esos trabajos que venden libros.
Aunque eso de comprar libros por la portada puede resultar algo tramposo, en este caso funciona.
"Frost Bite" entra por los ojos, con una cubierta llena de elementos fascinantes, los colores y ese toque a póster de película de hace 3 décadas. Aunque lo más importante es lo que se descubre al terminar la lectura: todos los elementos importantes de la novela están en esa portada. Y no son pocos.
Aunque eso de comprar libros por la portada puede resultar algo tramposo, en este caso funciona.
"Frost Bite" entra por los ojos, con una cubierta llena de elementos fascinantes, los colores y ese toque a póster de película de hace 3 décadas. Aunque lo más importante es lo que se descubre al terminar la lectura: todos los elementos importantes de la novela están en esa portada. Y no son pocos.
1997.
Demise, Dakota del Norte.
Invierno.
Hielo, nieve, frío, perritos de las praderas en hibernación y un aburrido día a día. Realene, Rea, es el mejor ejemplo. A sus 19 años ha tenido que dejar aparcados sus sueños de estudiar Medicina para cuidar de su madre con Alzheimer mientras trabaja en la gasolinera del pueblo. Sus únicas vías de escape son comer gominolas, escuchar auténticos temazos en la radio, alquilar películas en el Blockbuster... y Nate.
Nate es su mejor amigo y tampoco pasa por su mejor momento. Su padre es un maltratador y le ha echado de casa, su madre vive bajo la sombra del abuso y Nate lucha contra un pasado de errores y drogas.
Y, entonces, cae un meteoro, justo en el parque de caravanas en el que vive Rea.
¿El resto?
El resto es pura aventura de horror y comedia, como las cosas buenas de la vida.
Demise, Dakota del Norte.
Invierno.
Hielo, nieve, frío, perritos de las praderas en hibernación y un aburrido día a día. Realene, Rea, es el mejor ejemplo. A sus 19 años ha tenido que dejar aparcados sus sueños de estudiar Medicina para cuidar de su madre con Alzheimer mientras trabaja en la gasolinera del pueblo. Sus únicas vías de escape son comer gominolas, escuchar auténticos temazos en la radio, alquilar películas en el Blockbuster... y Nate.
Nate es su mejor amigo y tampoco pasa por su mejor momento. Su padre es un maltratador y le ha echado de casa, su madre vive bajo la sombra del abuso y Nate lucha contra un pasado de errores y drogas.
Y, entonces, cae un meteoro, justo en el parque de caravanas en el que vive Rea.
¿El resto?
El resto es pura aventura de horror y comedia, como las cosas buenas de la vida.
Los primeros capítulos de "Frost Bite" son directos y certeros. Una ambientación magnífica, un montón de elementos interesantes y unos protagonistas atractivos. Da la sensación de estar frente a una serie de televisión o el referente más inmediato y que más voy a repetir aquí: una de esas películas de los 80/90 de acción, horror, comedia y aventuras. Voy a ponerme un poco old way: "de las que ya no se hacen".
Un inicio de novela muy bueno, dosificando los diferentes elementos que luego van a ir cobrando protagonismo y haciendo de Demise un lugar vivo, creíble.
Un inicio de novela muy bueno, dosificando los diferentes elementos que luego van a ir cobrando protagonismo y haciendo de Demise un lugar vivo, creíble.
La conexión fue inmediata, claro: Angela Sylvaine construye su relato sobre lugares comunes, sitios que yo ya debería de conocer, de diferentes libros, películas y series.
En esos dos o tres primeros capítulos ya tenemos el impacto del cuerpo celeste, una extraña masa que se introduce en la tierra, la llegada del ejército de una base cercana, comportamientos extraños de los perritos de las praderas, toda la situación personal y familiar de Rea y un vistazo general de Demise. Todo está en marcha pero lo que queda por llegar es aún mejor.
Hay ocasiones que una buena premisa y un buen inicio de novela, no se traduce en un ejercicio de ritmo y progresión al mismo nivel. O a la inversa.
"Frost Bite" hace saltar por los aires cualquier idea preconcebida en cuanto a ritmo y desarrollo. Si que presenta muy temprano gran parte de sus elementos pero tiene una secuencia de acontecimientos envidiable. Siempre hay algo en movimiento y, cuando alguna escena parece atascarse, Sylvaine divide a sus protagonistas para que tomen rumbos distintos y así evitar el atasco.
La novela, en ese sentido, parece un tiburón: siempre en movimiento, siempre lanzando bocados llenos de buenas ideas. Persecuciones, escenas de acción, de terror, diálogos llenos de humor..., "Frost Bite" puede presumir de tener un nivel tan alto como constante.
Hasta su final, claro, y hay que advertir un detalle: "Frost Bite" está concebido como primer libro dentro de una serie, serie que tiene un segundo volumen confirmado para la primavera de 2025. Eso significa que tiene un final abierto pero, ojo, no tan abierto como parece. Tiene ese final de película buena de serie b; un epílogo que deja puertas y ventanas abiertas para nueva ideas y amenazas.
Hay ocasiones que una buena premisa y un buen inicio de novela, no se traduce en un ejercicio de ritmo y progresión al mismo nivel. O a la inversa.
"Frost Bite" hace saltar por los aires cualquier idea preconcebida en cuanto a ritmo y desarrollo. Si que presenta muy temprano gran parte de sus elementos pero tiene una secuencia de acontecimientos envidiable. Siempre hay algo en movimiento y, cuando alguna escena parece atascarse, Sylvaine divide a sus protagonistas para que tomen rumbos distintos y así evitar el atasco.
La novela, en ese sentido, parece un tiburón: siempre en movimiento, siempre lanzando bocados llenos de buenas ideas. Persecuciones, escenas de acción, de terror, diálogos llenos de humor..., "Frost Bite" puede presumir de tener un nivel tan alto como constante.
Hasta su final, claro, y hay que advertir un detalle: "Frost Bite" está concebido como primer libro dentro de una serie, serie que tiene un segundo volumen confirmado para la primavera de 2025. Eso significa que tiene un final abierto pero, ojo, no tan abierto como parece. Tiene ese final de película buena de serie b; un epílogo que deja puertas y ventanas abiertas para nueva ideas y amenazas.
Si "Frost Bite" fuese una película (creedme: lo leeréis como tal) duraría 90 minutos, unos magníficos 90 minutos llenos de persecuciones, giros argumentales, humor, sus momentos tranquilos para fortalecer a los personajes, sangre y movidas aliens. Fuera nostalgia mal entendida, fuera intereses amorosos innecesarios y bienvenido sea el Kevin Bacon de "Temblores".
Angela Sylvaine puede presumir de haber creado a dos personajes protagonistas que funcionan a la perfección. De los que más me hayan gustado últimamente. La protagonista es Realene, una joven atada a Demise por la responsabilidad de cuidar a su madre, enferma, y con un padre fallecido hace mucho. Su sidekick es Nate, su amigo de toda la vida, con esa existencia tan complicada que os comentaba antes.
Bien, son amigos. Colegas. La autora no introduce ningún posible elemento romántico entre ambos y eso se agradece. Se agradece muchísimo. Rea, además, es abiertamente bisexual, de una forma absolutamente natural, no forzada, hecho que incluye algunas de las escenas más divertidas (y sangrientas) del libro al hacer frente a su primer crush de instituto.
Eso nos lleva a otro punto: el uso consciente y puntual de la nostalgia.
"Frost Bite" está ambientado en los 90, con su estética, sus influencias y elementos culturales, pero no se deja llevar por la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sylvaine reconduce esa nostalgia hacia un elemento práctico, cultural y estético pero modernizando muchísimos aspectos. Y esos protagonistas no tan normativos, son uno de esos ejemplos.
La ubicación de la novela es otro de sus puntos potentes. Demise es ese pueblo helado de Dakota del Norte que parece no tener salida. La gente nace ahí, se queda ahí y se muere ahí. Muy pocos afortunados pueden presumir de poder salir. La temática social de la novela se hace fuerte en Demise, en su perenne depresión, en la imposibilidad de tener créditos para estudiantes y formarse fuera, en el hecho de no tener ayuda para cuidar a nuestros mayores enfermos... y en la religión.
Angela Sylvaine no pierde la oportunidad de unir el fenómeno de la caída de un meteorito con los extremismos religiosos que ven ahí una señal del fin de los tiempos. En la conservadora y religiosa comunidad de Demise, al igual que en los pueblos de Norteamérica y en otros muchos a lo largo del planeta, la religión juega un papel fundamental, capaz de influir en la opinión publica, llegando a cometerse auténticas barbaridades.
Bien, son amigos. Colegas. La autora no introduce ningún posible elemento romántico entre ambos y eso se agradece. Se agradece muchísimo. Rea, además, es abiertamente bisexual, de una forma absolutamente natural, no forzada, hecho que incluye algunas de las escenas más divertidas (y sangrientas) del libro al hacer frente a su primer crush de instituto.
Eso nos lleva a otro punto: el uso consciente y puntual de la nostalgia.
"Frost Bite" está ambientado en los 90, con su estética, sus influencias y elementos culturales, pero no se deja llevar por la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sylvaine reconduce esa nostalgia hacia un elemento práctico, cultural y estético pero modernizando muchísimos aspectos. Y esos protagonistas no tan normativos, son uno de esos ejemplos.
La ubicación de la novela es otro de sus puntos potentes. Demise es ese pueblo helado de Dakota del Norte que parece no tener salida. La gente nace ahí, se queda ahí y se muere ahí. Muy pocos afortunados pueden presumir de poder salir. La temática social de la novela se hace fuerte en Demise, en su perenne depresión, en la imposibilidad de tener créditos para estudiantes y formarse fuera, en el hecho de no tener ayuda para cuidar a nuestros mayores enfermos... y en la religión.
Angela Sylvaine no pierde la oportunidad de unir el fenómeno de la caída de un meteorito con los extremismos religiosos que ven ahí una señal del fin de los tiempos. En la conservadora y religiosa comunidad de Demise, al igual que en los pueblos de Norteamérica y en otros muchos a lo largo del planeta, la religión juega un papel fundamental, capaz de influir en la opinión publica, llegando a cometerse auténticas barbaridades.
Mención aparte a los personajes que pueblan y pasan por Demise, añadiendo una capa más de interés y realismo. Desde las señoras que juegan al Bingo, pasando por militares, vecinos o compañeros de instituto. O Shelley, la periodista que viene a cubrir la extraña caída de un meteorito, toda una Gale Weathers de manual.
También hay otro detalle importante como es la propia enfermedad que se transmite por la mordedura de los perritos de las praderas. La gente comienza a olvidar, a presentar un creciente grado de violencia. Podemos ver elementos de la situación social actual o de tristes enfermedades.
Echad otro vistazo a la maravillosa portada, por favor.
¿Qué veis?
Mil cosas, imagino. Esa joya está llena de interesantes estímulos. Pero, en el fondo, lo que hay es un destilado de cultura popular, de películas, series, novelas y cómics. Es imposible bucear en todas las referencias de "Frost Bite"; hay algunas a la vista, citadas incluso en el texto, y otras quedan sólo al alcance de Angela Sylvaine. De "Temblores" (maravillosa escena en el cine de Demise, por cierto) a "La Cosa", de "Dawn of the dead" a "The stuff" o "The crazies", pasando por un "Jumanji" alien de fauna local. Unas referencias enormes, completadas por las citadas en la novela ("Daria", por ejemplo, o los programas clásicos de televisión que ve la madre de Rea).
Y música, muchísima música de los 90 que conforman una banda sonora estupenda, recogida, con acierto, en un extra al final del libro.
Echad otro vistazo a la maravillosa portada, por favor.
¿Qué veis?
Mil cosas, imagino. Esa joya está llena de interesantes estímulos. Pero, en el fondo, lo que hay es un destilado de cultura popular, de películas, series, novelas y cómics. Es imposible bucear en todas las referencias de "Frost Bite"; hay algunas a la vista, citadas incluso en el texto, y otras quedan sólo al alcance de Angela Sylvaine. De "Temblores" (maravillosa escena en el cine de Demise, por cierto) a "La Cosa", de "Dawn of the dead" a "The stuff" o "The crazies", pasando por un "Jumanji" alien de fauna local. Unas referencias enormes, completadas por las citadas en la novela ("Daria", por ejemplo, o los programas clásicos de televisión que ve la madre de Rea).
Y música, muchísima música de los 90 que conforman una banda sonora estupenda, recogida, con acierto, en un extra al final del libro.
Todo este jaleo de aliens, cultos religiosos, pueblos pequeños, problemas sociales, referencias culturales, humor y acción, no tendría sentido si Angela Sylvaine no fuese capaz de plasmarlo en el papel.
Spoiler: lo consigue.
Vibrantes persecuciones, una maravillosa construcción de personajes, ritmo y más ritmo, diálogos llenos de humor y esa sensación de no detenerse nunca. Todo en menos de 300 ágiles páginas, sin altibajos.
Un detalle más: hay una transición exquisita entre aspectos más dramáticos (las relaciones de Rea y Nate con su madre y padres), del terror más real con ese culto religioso que se hace fuerte entre los vecinos de Demise al horror más lúdico y divertido, con perritos de las praderas MUY enfadados.
Hello
I've waited here for you
Everlong
Así empieza "Everlong" de Foo Fighters, uno de mis temas favoritos y pieza central de la banda sonora de "Frost Bite".
Y esa es la sensación que tuve al leer la novela: llevaba muchísimo tiempo esperando una novela así.
No es una cosa aislada; hace unas semanas devoré "Video Night" de Adam Cesare y la sensación es similar. (¿Queréis saber más: aquí tenéis un LibroGusano sobre el tema)
Un argumento de la mejor serie b, un pueblo aislado, la década de los 90, animales desbocados, el ejército, una secta y un ritmo capaz de soportar todas esas locuras. Pero esto no sería nada reseñable si Angela Sylvaine no fuese capaz de reventar todos los tópicos del género, actualizandolos, comenzando por una protagonista maravillosa. Realene es inteligente, atrevida, con humor, sentimientos y una identidad no normativa que sorprende por la naturalidad y sencillez con la que se plantea la situación en el texto.
Si "Frost Bite" fuese una película (creedme: lo leeréis como tal) duraría 90 minutos, unos magníficos 90 minutos llenos de persecuciones, giros argumentales, humor, sus momentos tranquilos para fortalecer a los personajes, sangre y movidas aliens. Fuera nostalgia mal entendida, fuera intereses amorosos innecesarios y bienvenido sea el Kevin Bacon de "Temblores".
Un ritmo demoledor, una tensión constante, acción y humor, "Frost Bite" es el inicio soñado para una serie de novelas. Como decía, la novela tiene un final "en pausa": podría quedarse ahí con uno de esos finales maravillosos de película de "serie b" pero tiene ideas y caminos para seguir.
"Frost Bite" marca la irrupción de Angela Sylvaine como una de las autoras a tener en cuenta en el futuro. Una de esas autoras capaces de hacer sencillo lo complicado, con una novela deliciosamente generacional, con todos los ingredientes y habilidades para ser un éxito.
Por lo pronto, su novela corta "Chopping spree" nos llegará en castellano, de la mano de Dimensiones Ocultas, durante 2024.
¿Veremos "Frost Bite" en castellano?
Pues no lo se, la verdad. En su contra juega el ser una futura serie pero yo apostaría por ello.
Yo ya estoy contando los días hasta la primavera de 2025; los perritos de las praderas son testigos.
Y esos pequeños mamíferos también saben otra cosa: "Frost Bite" es una de mis lecturas favoritas del año.
Serie b / Humor y terror / Años 90 / Referencias pop / Animales / Protagonista no normativa / Sectas / Aliens / Pueblos aislados
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