miércoles, 9 de octubre de 2024

La liga de los presos - Nana Kwame Adjei-Brenyah / Nocturna

La literatura que pasa por los bits de este blog suele ser de evasión.
No es que me centre en lo frívolo o en lo ligero; ya sabéis que dentro del terror o la fantasía que circulan por aquí hay muchísimas capas, infinitos mundos, aunque a simple vista no lo parezca.

La liga de los presos, de Nana Kwame Adjei-Brenyah, es uno de esos ejemplos que rompen mi dinámica. La reciente novedad, editada por Nocturna, tiene un mensaje social tan directo, presente y potente, que no lo enmascara en ningún momento.
Y ahí, justo ahí, es donde brilla, entre tanta injusticia y tanta violencia.



Título: La liga de los presos / "Chain-gang All-Stars"
Autor: Nana Kwame Adjei-Brenyah
Editorial: Nocturna, 2024
Traducción: Miguel Sanz Jiménez
Páginas: 488
Rústica con solapas

Loretta Thurwar y Hamara Huracán Staxxx son las estrellas de La Liga de los Presos, la piedra angular de un programa lucrativo y tan popular como polémico en la industria penitenciaria privada de Estados Unidos. Es el retorno de los gladiadores, y los prisioneros compiten por un único premio: su libertad.

Los combates se celebran en arenas atestadas de gente y con manifestantes apostados en las puertas. Thurwar y Staxxx, compañeras de equipo y amantes, son las favoritas de los fans. Y si todo va bien, Thurwar será libre en unas pocas contiendas..., una carga tan pesada para ella como su letal martillo. Mientras se prepara para dejar atrás a sus compañeros, Thurwar se plantea cómo podría ganar la liga y, al mismo tiempo, preservar su humanidad. Pero los obstáculos que los verdugos ponen en su camino tendrán consecuencias devastadoras...


Sentaos delante de la tele (ese aparato con el que veis plataformas de streaming...) y poned cualquier canal, a cualquier hora.
¿Qué vais a encontrar?
Pues violencia, generalmente, en cualquiera de sus formas.
Guerras, muertes, destrucción, injusticias y abusos pero también violencia implícita, velada, sibilina. 
Ahora imaginaos que aparece un programa de entretenimiento, casi deportivo, centrado en peleas a muerte de presidiarios.
Si, al más puro estilo gladiadores.
Más violencia, obvio, pero con el beneplácito del sistema, de la sociedad y que, salvo polémicas puntuales, se convierte en un éxito.

Esa es, a grandes rasgos, la premisa de La liga de los presos y le sirve como espejo deformado de ciertos aspectos de nuestra sociedad.
Un espectáculo sangriento y cruel, que se nutre de los presos, personas encarceladas que se apuntan voluntariamente para ir al programa. 
¿Voluntariamente?
Si, más o menos, y es que la recompensa final es la libertad, la Alta libertad, al considerar el sistema que has cumplido tu pena con sangre, tanto propia como ajena.
Estas y estos luchadores se establecen en cadenas, siendo eslabones de las mismas, y tienen una jerarquía interna dependiendo del número de combates victoriosos que lleven.
Victoria o muerte, no hay punto intermedio.
Los combates se realizan entre cadenas, estando prohibidas las luchas entre eslabones de una misma cadena.
Todo grabado y emitido en directo, 24/7, en plataformas de streaming, para disfrute del espectador medio.
Y en esas cadenas, de esos eslabones, Thurwar y Huracán Staxxx son las mejores del circuito y, por tanto, nuestras protagonistas.

Thurwar y Staxxx son las mejores luchadoras, pareja y un fenómeno entre la audiencia. Un hito a punto de terminar; Thurwar está a apenas 3 combates de alcanzar la libertad, mientras que Staxxx está cerca de alcanzar el grado máximo de eslabón, convirtiendo cada combate en un fenómeno.
Ellas tienen posición y han usado sus privilegios para establecer un orden dentro de su cadena, un equilibrio basado en la confianza y el respeto, alejándose de las traiciones anteriores.
Pero todo parece indicar que los amos del programa no tienen tan claro que Thurwar vaya a alcanzar la ansiada libertad...

Este es el mundo, a grandes rasgos, que Nana Kwame Adjei-Brenyah presenta en su libro. Una falsa competición deportiva que enmascara una purga auspiciada por un sistema penitenciario privatizado y corrupto, que trata a cada persona como un número, un mero balance económico.
Y, ¿quiénes van a ser las personas más afectadas?
Pues las que llenan las prisiones: los desfavorecidos de la sociedad, las minorías, las personas racializadas, la gente con problemas
Thurwar y Staxxx son las protagonistas y también, un ejemplo perfecto de lo que vais a encontrar en las paginas de La liga de los presos.
Son dos gladiadoras impecables, estéticas, reivindicativas, fieras y con un código ético y moral pero también tienen un pasado, una carga que las atormenta.
En ningún momento el autor endulza a ningún personaje, hay unos grises enormes pero, bajo el prisma de la injusticia y el sistema corrupto, esos tonos alejados de los valores de bien o mal absoluto, saltan por los aires.

Nana Kwame Adjei-Brenyah utiliza un estilo sencillo, en apariencia, con capítulos cortos que juegan con el orden de los hechos. El mundo que plantea, aunque tiene asideros comunes con nuestra sociedad actual, resulta complejo, con unas reglas internas que se van explicando poco a poco, tanto a través de la narración como utilizando notas al pie de página. 
Sencillo, en apariencia, pero La liga de los presos deja la impresión de ser una novela escrita, planificada y calculada al milímetro. 
Una enorme galería de personajes, bien detallados aunque la mayoría sea carne de cañón, buenos diálogos y una excelente narración de la acción, cruda y violenta, en contrapunto con los momentos más emotivos

La liga de los presos es un grito enfadado en forma de novela y dirige su furia contra el racismo sistémico, la intolerancia, el condicionamiento social, el capitalismo desbocado y la basura que consumimos, contra los poderes que nos controlan, nos esclavizan en un nuevo sistema de explotación. El autor no esconde ninguna metafora, los mensajes están ahí, sangrando, clarísimos entre las paginas pero, por si no está suficientemente claro, añade unas notas con dolorosísimos datos reales sobre el sistema penitenciario y social norteamericano. 
También aprovecha para crear unos personajes diversos, representativos de un montón de realidades e identidades afectivas y sexuales.

Hay muchos referentes en La liga de los presos, además de Gladiadores Americanos. Personalmente me llevó a El Fugitivo de Stephen King o a su versión en película, Perseguido, aunque con varias capas más (aún) de crítica social. Cube, algo de Mad Max, un poco de Los juegos del hambre hasta Espartaco. Esa es la gracia de las nuevas narrativas y estos autores y autoras que no tienen miedo a nada, a recoger influencias y alejarse de los caminos establecidos para incorporar sus propias experiencias.


Violenta, reivindicativa y necesaria.
Esos serían mis tres adjetivos para resumir La liga de los presos en muy pocas palabras.
Una fábula sobre una dimensión exagerada, si, pero nada alejada de la nuestra.

Nana Kwame Adjei-Brenyah construye una novela cargada de ritmo, muy calculada y enfadada, cimentando esa rabia sobre unos pilares sólidos, imposibles de rebatir. Hay una base de datos, de investigación, de experiencias propias (imagino), que el autor baña con una capa de ficción pero está ahí, a la vista, sin esconderse.
La edición de Nocturna cuenta con la traducción de Miguel Sanz Jiménez, muy atento a la hora de traducir los juegos de palabras en los nombres de los y las  luchadores/as, los diferentes niveles de conversación y ese mundo propio que se crea.

Nana Kwame Adjei-Brenyah ya había debutado en castellano con la colección de relatos Black Friday en Libros del Asteroide (2021), libro que recuperaré después de lo mucho que me ha gustado La liga de los presos.
Un libro cargado de intenciones, de lucha, de historias de las personas de abajo.
Historias de esas de las que importan, de verdad.
Afiladas como guadañas.

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