Una columna de esclavos negros camina por un oscuro bosque, acompañados por dos jinetes que alumbran el camino con.faroles de aceite. La imagen parece antigua y la delirante música setentera no ayuda a mitigar esa sensación.
Poco después, los esclavistas y los esclavos se encuentran con otro extraño pasajero, de acento raro, extravagantes ropajes y un carromato aún más estrafalario, coronado por una réplica enorme de un diente, haciendo equilibrios imposibles sobre un muelle.
Unos pocos minutos con intercambios de frases después, hay varios cadáveres de especies diferentes en el suelo.
Bienvenidos al western blackxplotation de Tarantino.
Decir que Quentin Tarantino ha sido el director de cine más influyente de los últimos 20 años no es decir mucho ni ninguna novedad. Las bases de su estilo son la fortaleza de sus diálogos, el respeto por los clásicos, la violencia (muchas veces mas implícita que explícita) y, diciéndolo elegantemente, sus homenajes, la plasmación de sus obsesiones y gustos en sus películas.
Django desencadenado devuelve al Tarantino mas salvaje y puro, violento, con tensas escenas llenas de diálogo y secuencias que se convierten en clásicos.
La historia no deja de ser un refrito del Django de los sesenta, donde un primerizo Franco Nero interpretaba a un extraño pistolero atrapado entre el Ku Klux Klan y los revolucionarios mexicanos, en la búsqueda de venganza por su esposa, arrastrando un misterioso ataúd. Los principales elementos de Django desencadenado ya estaban presentes ahí: venganza y esclavismo, racismo y balas. En 2007, el director japonés Takashi Miike ya hizo un remake de la historia (Sukiyaki western Django), donde incluso Tarantino aparecía en un papel.
QT cambia la historia levemente para acercarla a la cultura americana: Django es en esta ocasión un esclavo negro, separado de su mujer y que se encuentra con el Doctor Schultz (Christoph Waltz) que le servirá como detonante para su búsqueda y venganza. Éste es el trasfondo del western típico que se esconde detrás de la película pero el guión de Tarantino no se construye sobre una base tan tópica y común, detrás hay toda una estructura dedicada a desmenuzar la esclavitud y la libertad de los negros, a su manera, claro está.
Si que se distinguen dos partes en la película: una primera, donde se concentra la historia entre los personajes de Waltz y Foxx y otra con la irrupción en escena de Leonardo DiCaprio.
La primera parte quizás sea algo más ligera pero resulta muy atractiva e ideal como inicio de película. Nos sitúa, sienta las bases de lo que se quiere contar y relaciona a los protagonistas, además de darles un objetivo a cumplir: rescatar a la mujer de Django. Es casi una buddie movie, con algunas escenas brillantes ,como la grandísima parte de las máscaras del KKK, que parece sacada de un capítulo de Padre de familia o el arranque, potente pero sin llegar al grado de excelencia de Malditos Bastardos.
Casi parece una película en si misma y deja algunas ideas sembradas: ¿Son los negros esclavos porque no saben ser otra forma? ¿Aprende Django a ser libre a través de Schultz? (impagable la escena cuando Schultz le relata a Django el cuento alemán, como un profesor a su alumno, reflejado en una pared prehistórica).
La segunda mitad arranca en pleno Mississippi, con Django y su compinche urdiendo su venganza. Ahí entra Di Caprio y la película se vuelve aún más Tarantino. Largas secuencias llenas de diálogo, quizás menos inspirados que otras veces, en los mismos escenarios que se convierten en una olla a presión, tensión que se libera al final, con una masacre llena de chorros de sangre que manchan la pantalla, casi rozando la parodia con música hip hop.
Django también se enfrenta a su lado oscuro, su némesis, negro de piel, blanco de corazón, representado por un Samuel L. Jackson enorme, un Tio Tom del reverso oscuro, que hace y deshace a su antojo en Candyland. sirviéndose de las debilidades de Candy (DiCaprio), afrancesado terrateniente de extraña relación con su hermana.
Violencia descarnada, puro blackxplotation, con Django vengando su honor y el de su querida Broomhilda Von Shaft (espera, ¿he dicho Shaft?), un explosivo cameo del propio Tarantino y caballos que bailan frente a la llamas.
La imagen mas potente de la película quizás se vea al final, donde un pobre y paleto esclavo negro, que no sabe ser de otra manera, ve al hombre negro del futuro, al que puede ser dentro de un tiempo si aprende como, montando a pelo un caballo, con una escopeta en la otra mano. Libre y fuerte, furioso y vengativo.
Estilísticamente, Tarantino se apropia del imaginario propio del bastardo western europeo. Grano, luz, planos rápido y delirantes enfoques a las caras. QT sigue en su estilo, haciendo suyo lo que le gusta, sobrepasando la mera copia, el homenaje mas sincero que se puede hacer (DiCaprio blande un martillo con furia como en Oldboy, película que Tarantino defendió hasta la bronca el año que formó parte del jurado de Cannes... ¿coincidencia?).
También tenemos elementos extraños, quizás mas en sintonía con Pulp Fiction: ¿por que James Remar (ya sabéis, el papa de Dexter Morgan) hace dos papeles distintos? ¿Quién es la misteriosa mujer enmascarada (sabemos que es Zoe Bell, doble de Uma Thurman en Kill Bill y protagonista en Death proof) y que fotografía observa?
Hay cameos como Jonah Hill, Robert Carradine, Franco Nero autohomenajeándose o Tom Savini, todo un lujo para mentes subculturales.
Quizás mas cerca de Kill Bill Vol. 2 que de un Malditos bastardos o Pulp Fiction, Django desencadenado es otra meritoria obra dentro de la carrera de Tarantino, otro peldaño en su escalera maestra de obsesiones. Otra clase maestra, levemente lastrada por un exceso de duración, pero que no empaña el tremendo peliculón que es.
No malgastéis balas, cobardes, siempre podéis llevar dos armas...
Me gusta, me gusta, me gusta... ya tengo ganas de volver a verla.
ResponderEliminarTu si que sabes, bribón.
EliminarUna decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!
ResponderEliminarQuerido Manipulador (no me he podido resistir al chiste fácil), respeto tu comentario aunque no lo comparta. La primera parte de la película me parece un ejemplo perfecto del Tarantino narrador de historias que tanto echas en falta.
EliminarQuizás no posea los diálogos de "Pulp fiction" pero se aleja del mero ejercicio estilístico como fue "Death proof", por ejemplo.
Si que estamos de acuerdo en la potencia de Tarantino como "contador" de historias.
Gracias por tu comentario, un saludo a ti también.