Caminos que llevan a lugares extraños; comunes para algunos, mágicos para otros.
Sitios que pueden dejarte indiferente o cambiar por completo tu existencia.
Daria Pietrzak, después de sus relatos y de "El morador" e "Inanición", emprende un nuevo camino, un viaje que da un rodeo a su terror habitual para pisar otros territorios.
Y con un destino final: el pantano de Kanda.
¿No os suena? Si está aquí al lado.
Seguro que, una vez allí, no vais a olvidar su música...
Titulo: "La música del pantano"
Autora: Daria Pietrzak
Editorial: Obscura
Cubierta: David Rendo
Páginas: 200
Tapa blanda con solapas / eBook
Cuando Alex encuentra una misteriosa guía de viajes en la trastienda de la vieja librería en la que trabaja, no se hace a la idea de hasta qué punto su vida va a cambiar. El libro le descubre el pantano de Kanda, un pequeño paraíso oculto al que Alex de inmediato se siente empujado a viajar. Su incursión en el valle de Kanda lo llevará a descubrir los enigmas que ese recóndito paraje esconde y, tras conocer a Jambo y a Khali, dos hermanas que habitan el pantano, experimentará la amistad y el amor como no lo había hecho jamás.
Pero, por maravillosa e idílica que pueda parecer, la vida en el pantano exige un precio que Alex ignora. Por cada regalo que ofrece, las oscuras y caprichosas aguas de la laguna claman un tributo. Pero Alex está más que dispuesto a pagarlo si ello supone no alejarse nunca más del rincón del mundo que ha comenzado a llamar hogar.
La vida, tal y como está planteada, es un rollo. Trabajos aburridos, días repetitivos, existencias anodinas esperando un algo que nos saque del pozo.
Y da igual que te dediques a lo que te gusta, todo cansa.
Alex está de lleno en esa dinámica, aunque trabaja con libros, cosa que le encanta. Su única esperanza es coger sus días de vacaciones y planificar un viaje de desconexión a algún destino poco conocido. Sobre todo cuando acabas de encontrar un misterioso libro sobre un maravilloso lugar: Kanda.
"La música del pantano" arranca justo ahí, relatando los anodinos días de Alex, su decisión de viajar a Kanda y su vuelta a la vida real.
Seguro que habéis ido de vacaciones alguna vez y, al volver a la vida real, sentís una terrible desconexión. Eso es justo lo que siente Alex... pero multiplicado por mil.
Su viaje a Kanda, tan cerca pero tan lejos, le ha marcado profundamente. Al igual que su relación con las personas que ha conocido alli, Jambo y su hermana mayor, Khali. Alex, de su mano, conocerá parte de la cultura propia de Kanda, sus extrañas costumbres y sus peligros, además de ahondar en sus sentimientos.
Quizás, todo esto que os estoy contando, no os resulta más que una sinopsis alargada y vaya, sois muy perspicaces: es justo eso.
Os tenía que poner en contexto, lo siento.
Daria Pietrzak viene del terreno del terror y con "La música del pantano" es ella misma la que comienza un viaje por otra senda, paralela a la anterior: la de la fantasía oscura.
De ahí ese comienzo tan canónico de personaje que encuentra un misterioso libro / viaje / un nuevo mundo; nada mejor que agarrarse a lo conocido justo antes de lanzarse a explorar.
Lo que hace Daria es mover un poco el tablero de juego. La narración no es lineal, iremos yendo y viniendo a través de la experiencia de Alex. Conoceremos dos versiones (pasada y presente) de su viaje, que irán corriendo paralelas durante gran parte de la lectura.
Ese si que es un elemento muy reconocible de la autora y ya lo conoceréis si habéis leído otras novelas suyas.
Otro punto marca de la casa es su estilo.
Daria Pietrzak tiene un estilo muy descriptivo, capaz de narrar y dar cuerpo a cualquier cosa dentro de la novela. En "La música del pantano" la he encontrado un punto más comedida que en "Inanición", por poner un ejemplo. No se si la fantasía le sienta mejor o ha sido más certera a la hora de explorar y contarnos cómo es Kanda. Muchas veces más no significa mejor, y éste es un buen ejemplo.
Casi lo interpreto como un paso hacia delante dentro de su evolución y consigue lo que creo que se propone: dar vida propia a Kanda y al pantano. Los colores del agua, el bosque, los ruidos, el coro de ranas..., descripciones que se repiten pero generan una atmósfera, cayendo en una espiral cada vez más oscura.
"La música del pantano" es, como decía, fantasía. Lugares y personajes especiales, folklore, leyendas y un viaje de (auto)descubrimiento. Hay cierto sentido de la maravilla pero también hay oscuridad. Hay elementos de folk horror, de terror social, de leyendas prohibidas. Daria consigue mezclar ambos mundos sin que el libro sufra con la mezcla, es más, sale enriquecida y también le da a la escritora una nueva faceta dentro de su estilo.
Kanda y su pantano es uno de los personajes principales del libro, claro, pero también hay una serie de personajes humanos en la novela y, quizás, los más importantes sean Alex, Jambo y Khali. Hay algunos más, obvio, pero prefiero que los descubráis con la lectura.
Es fácil conectar con Alex porque todos hemos sido él en algún momento: un tipo aplastado por el día a día y que no encuentra su sitio después de haber probado la maravilla.
Jambo y Khali son dos hermanas de la zona de Kanda y viven ajenas al mundo real. Ellas son la maravilla y parte central del viaje de Alex.
Quizás, por poner alguna pega, los 3 personajes tienen más fondo que forma: conectas con él y ellas pero puede ser que les falte un algo para tener más presencia.
No es nada limitante y, de hecho, pasa en otras novelas de Daria.
También es verdad que Kanda y su pantano devoran a cualquier otro personaje, al igual que pasaba con "Inanición" y San Nicolás.
En lo que acierta y brilla "La música del pantano" es en sus ideas, en sus sentimientos. Una novela evocadora, muy especial, de esas que sabes que están llenas de experiencias y pensamientos propios.
Un trocito de corazón.
La soledad de la vida real, el corsé de las obligaciones, la necesidad de viajar y conocer, el poder de la lectura, el amor y sus sacrificios, lo que debes hacer frente a lo que deseas..., todo eso y mucho más.
Daria Pietrzak, para mí, es una excelente constructora de ambientes y lugares.
Quizás venga de su afición rolera o de su formación lectora, quién sabe.
El pantano de Kanda es uno de esos lugares que van quedar vivos en tu memoria pero el acierto de "La música del pantano" no es sólo ese.
Una fantasía que se va oscureciendo con el paso de las páginas, un canto de amor (oscuro y peligroso) a la literatura, el poder de las vivencias y las experiencias y la amenaza de perderse por terrenos exóticos.
Daria consigue, en apenas 200 páginas (otro acierto), exprimir todo su estilo y abrir una nueva puerta a nuevas influencias.
Ese riesgo merece un aplauso porque, ya sabemos: lo sencillo sería quedarse detrás de la mesa de oficina, pasando informes, haciendo siempre lo mismo.
Abrirse en canal y lanzarse a mundos desconocidos requiere mucho arrojo.
Los caminos raros de la vida, quizás eso sea lo importante.
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