Parece mentira que ya estemos aquí, en el final del camino, más de mil páginas después.
Pero todo llega, incluso el final.
"Lluvia" utiliza sus poco más de 250 páginas para intentar cerrar el arco de todos los personajes y situaciones de Perdido, Alabama.
¿Conseguirá dar un digno final, al nivel de las entregas anteriores?
Dentro cabecera, una última vez.
Series finale, vamos allá.
Advertencia: no encontraréis destripes sobre "Lluvia" pero si algunos sobre el resto de entregas.
Título: "Blackwater 6 - Lluvia".
Autor: Michael McDowell
Editorial: Blackie Books, 2024
Traducción: Carles Andreu
Portada: Pedro Oyarbide
Páginas: 266
Tapa blanda.
Gracias a la editorial por el ejemplar para reseña. Más información en el siguiente enlace.
Resulta imposible, con una historia tan fluvial como es Blackwater, esquivar el símil de afrontar el último capítulo como si fuese un río que desemboca en el mar.
Un afluente que, después de bajar, dar mil vueltas, quedarse medio seco o aumentar su caudal hasta casi desbordarse, llega a sumar su agua a una masa mayor, diluyéndose.
Y eso, en definitiva, no es más que el final de una historia.
"Lluvia" termina gran parte de las historias de los personajes de la familia Caskey pero otras, atendiendo al perfil de gran novela que es Blackwater, seguirán con vida más allá de la última página.
La sexta y última entrega no da descanso: se acumulan muertes, cambios y sucesos con muy poco margen entre uno y otro.
Ahora, una advertencia.
Ya indicaba en la reseña de "La fortuna" que no me parecía que fuese a haber unas revelaciones impactantes en el capítulo final.
No soy adivino, ni mucho menos, pero creo que el manejo del componente fantástico/sobrenatural de la serie no va por ahí. Es más sutil, fluido, cercano a elementos del folklore o creencias populares.
Y claro, si hubiese algo muy relevante que contar, McDowell ya tuvo 1.250 páginas para darle cancha.
No hay sorpresas de ese tipo en "Lluvia", no hay más explicaciones ni más vueltas de tuerca.
Lo que hay son muchas conversaciones y todas magníficas.
Tristemente maravillosas.
Despedidas de personajes que hemos visto cambiar entre las páginas en sus cincuenta años de existencia y que casi parecen conscientes de su adiós.
También, como decía, hay muertes. Algunas bastante escabrosas, en pasajes que dan bastante miedo, volviendo a la atmósfera de "La casa".
Michael McDowell vuelve a demostrar su maestría a la hora de dar voz a personajes, de crear escenas inolvidables o de detallar elementos sociales con apenas unos gestos. Y ese dominio del tiempo narrativo, sabiendo cómo y cuándo saltar de año, acelerando la acción.
"Lluvia" es el final que, personalmente, esperaba y deseaba. Acorde con el resto de entregas y un cierre de lujo para una gran novela de la literatura popular. Una gran saga familiar, con tantos personajes, saltos de tiempo, vueltas y fantasmas en sus armarios no puede terminar de otra manera que casi conectando con su inicio, con una mirada perdida que atraviesa una ventana mientras unos personajes navegan por un río.
Un adiós melancólico y algo triste, como todas las despedidas.
Leer Blackwater ha sido toda una experiencia. Quizás no haya nada novedoso en su estructura o su desarrollo, pero me ha reconciliado con parte de la literatura, alejándose de intelectualidad barata y vacía, construyendo una historia que mezcla drama, folletín y terror, a parte iguales, sin vergüenza ni justificiones extrañas.
Devuelve prestigio, además, a una figura algo desconocida para el gran público como es Michael McDowell, un escritor de oficio, en un entorno editorial tan dado a la novedad que quema en las manos y arde pocas semanas después, casi sin dejar cenizas, sin dejar recuerdo.
No es el caso.
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