Cápsulas: "Encrucijada" - Laurel Hightower / Dilatando Mentes

"Susurros en la oscuridad", novela debut de Laurel Hightower, fue el libro que me impulsó a resucitar este blog.
Y por aquí sigo, desde entonces.
Temas personales aparte, "Susurros en la oscuridad" me pareció un excelente debut, lleno de buenas ideas, detalles y desarrollo, así que su autora pasó a ocupar un lugar importante en mi lista de prioridades.

"Encrucijada", la nueva novela corta de Laurel Hightower, editada por Dilatando Mentes, consolida a la escritora norteamericana como una de mis autoras actuales favoritas, con una historia oscura, casi dolorosa. Tan corta como afilada.

Título: "Encrucijada" / "Crossroads"
Autora: Laurel Hightower
Editorial: Dilatando Mentes, 2023
Traducción: José Ángel de Dios
Portada: Raúl Ruiz
Páginas: 172
Tapa blanda con solapas.

¿Hasta dónde llegarías para traer de vuelta a alguien a quien amas?

El mundo de Chris se desmorona cuando Trey, su hijo, fallece en un trágico accidente de coche. Los muros del dolor y la agonía se ciernen sobre su vida hasta que, un día, un corte fortuito en su dedo, lo cambia todo.

Una gota de sangre cae de la mano de Chris sobre el suelo en el que está erigido el monumento conmemorativo en memoria de su hijo junto a la carretera y, más tarde, esa misma noche, Chris cree recibir la visita del fantasma de su hijo.
Pero, ¿es realmente su hijo o se trata de algo más, algo maligno?

Chris se ve envuelta en un peligroso juego con fuerzas que escapan a su control en un intento por volver a ver con vida a su hijo.

Comentaba, en la reseña anterior ("Acércate" de Sara Gran), que hay ciertas novelas que me han gustado muchísimo pero que no soy capaz de construir una reseña larga sobre ellas. Quizás sea porque me atasco o porque no quiero revelar nada sobre el argumento y desarrollo, pero tampoco quiero obviarlas.
"Encrucijada" es uno de esos casos.
Una novela corta, que podéis leer casi de una sentada, aunque no ha sido mi caso. El argumento editorial ya da ideas sobre el desarrollo del libro: una madre en pleno duelo por el fallecimiento de su hijo en un accidente de tráfico, un corte fortuito y una serie de visiones.
Laurel Hightower no da demasiadas vueltas y pone todos los elementos en juego desde un inicio. Chris es esa madre en duelo, una mujer que acude al punto del accidente de su hijo fallecido para sentirse acompañada por él.
Y así, en la primera página, tenemos una gota de sangre, fortuita, que cae donde no debería de caer. Chris va a comenzar a recibir visitas inesperadas a ciertas horas de la madrugada, una extraña figura con el aspecto de su hijo Trey.

La conexión es inmediata. Laurel Hightower consigue que conectes con Chris y su desesperación a la primera, sin necesitar demasiado desarrollo. Los sentimientos están muy claros, dispuestos en cada página, en cada frase o en cada una de las reacciones de Chris. También se van a introducir ciertos elementos sobre el entorno y la vida de nuestra protagonista, que van ayudar a construir una imagen completa de su existencia.
Y eso es importante porque, en cierto punto de la lectura, la cosa se descontrola y quizás no estéis de acuerdo con las acciones de Chris. Esa es la cuestión sobre la que gira toda la novela: ¿hasta dónde podríais llegar por la esperanza de volver a ver a un ser querido?

"Encrucijada" es una novela aterradora, no tanto por escenas terribles (que las hay), seres oscuros (que también) o fenómenos extraños (¡bingo!) si no por la mezcla entre drama y salud mental. Me imagino que es una novela que se recibe de forma diferente si tienes descendencia, aunque no es mi caso, pero el mensaje no pierde efectividad. Quizás sea aún más aterradora, sobre todo si eres madre. Una madre con un duelo largo, que tiene que ver como el resto del mundo sigue girando, mientras Chris está inmóvil, reviviendo el drama una y otra vez, hasta que esa pizca de esperanza sobrenatural surge. Y toma todas las decisiones que debe tomar para intentar mantener esa esperanza con vida. Advertencia: acercaos a "Encrucijada" en un buen momento vital, es de esas historias que os pueden meter en un pozo.

La autora construye una novela corta, enseñando muchas de sus cartas en un momento temprano de la lectura, pero "Encrucijada" no se resiente en ningún momento. Siempre mantiene el interés, la historia va tomando caminos sorprendentes y la oscuridad va impregnando cada página, cada capítulo. Tiene un ritmo magnífico, aunque puede detenerse o repetir alguna situación más de la cuenta, pero supera la mayoría de los obstáculos que tenía "Susurros en la oscuridad", por ejemplo. Vale que era una novela larga, con una mayor extensión, pero la sensación global que deja "Encrucijada" es muy superior.
Todo esto carecería de sentido si "Encrucijada" no tuviese un final a la altura. Es el típico tipo de historia que necesita ese final para acentuar su potencia.
Spoiler: lo tiene; un final que me acompañará en mis pesadillas durante bastante tiempo.

Portada de la edición original.

Laurel Hightower introduce en "Encrucijada" varios elementos sobrenaturales. Desde las presencias extrañas en los cruces de caminos (que se lo digan a Robert Johnson...) hasta rituales de sangre, pasando por los visitantes de dormitorio, las extrañas visiones a horas intempestivas o las energías de los cementerios o lugares de duelo. Todo muy alegre, como podéis comprobar.

"Encrucijada" me ha gustado mucho, ya lo estáis viendo, pero tengo que hacer un ligero apunte sobre la edición en castellano. La traducción no me ha parecido de las mejores de la editorial, con fallos, reiteraciones y expresiones que podrían haberse evitado.

"Encrucijada" demuestra que Laurel Hightower, además de ser una de las mejores voces actuales del terror, sabe adaptarse a formatos cortos (tiene pendiente en castellano "Below", otra novela corta, y "Every woman knows this", una colección de relatos, a las que se sumará en breves "Silent key", una novela larga), presumiendo de ritmo, narrativa e ideas. Ideas salidas tanto del mundo real como del de las pesadillas, con terrores que aparecen a altas horas de la madrugada pero que siguen ahí a plena luz del día.
Un cruce de caminos entre el terror y el drama, entre el miedo y los sentimientos, entre la pérdida más absoluta y el gesto más desinteresado posible para ayudar a un ser querido.