sábado, 8 de marzo de 2014

True detective

Advertencia: Este post está hecho sin tener en cuenta los dos últimos capítulos de la serie.


Como un oso que sale de su letargo invernal para comer bayas, aparearse o masacrar de manera sangrienta a chiflados documentalistas amantes de los plantígrados (algún día hablaremos de eso) reaparezco para dar la chapa con True detective, serie de culto sin haber finalizado su primera temporada.

Producida por HBO, emitida en España por Canal +,  la serie es un drama policíaco, con dos actores reconocidos en los papeles protagonistas como son Woody Harrelson y Matthew McConaughey, además de producir el show.
Tenemos un extraño asesinato, casi ritual en los años 90 y una investigación actual donde se cruzan datos y testimonios.
Siendo sincero la trama no va mas allá de un policíaco estándar como The killing por ejemplo, pero con extras.

El primer plus son las actuaciones: Matt se come el papel,la pantalla y a la madre que lo parió, con su Rusty Cohle filosófico,nihilista,incomprendido y desquiciado.
Woody no se queda atrás con el provinciano Marty Hart, padre de familia, borrachín y algo ligero de cascos,con tendencia al autoengaño y con una Michelle Monaghan como sufridora Señora Hart.
Dos polos opuestos de fuerte carácter y perfil autodestructivo. Dos detectives de diferentes escuelas que se ven intoxicados por el caso que investigan, entrando en contacto con la oscuridad latente en su interior.

El segundo extra nos lo da la localización, esa Louisiana sucia, grasienta, triste, pobre... La Norteamérica profunda que Matt ya nos enseñaba en Mud o Killer Joe, dos joyitas donde el tipo que había protagonizado bodrios infumables despuntaba como actor.
Imprescindible verla en versión original, por supuesto.

La tercera sorpresa es su estilo propio, no voy a ensalzar el plano secuencia del tiroteo pero es una serie llena de pausas, conversaciones imposibles, brillante fotografía y finales que, sin ser cliffhangers apoteósicos, te enganchan a seguir.
La música también ayuda, con una cabecera de Museo.


True detective es una serie que brilla en todo pero no debería llamar la atención más de la cuenta. Una joya de la televisión casi sin quererlo, con referencias al policíaco mas clásico, a Lovecraft, Chambers y el relato rural norteamericano.
Tengo la intuición de que su final va a defraudar pero el resto es tan bueno que compensa aunque no sea una serie para todo el mundo. Salvando las distancias me recuerda a Hannibal, otra enorme serie, con su tono quedo y con dosis de salvajismo y que aparecerá por este blog en algún momento.

Engancha, se mete dentro de tu cabeza y durante una hora estás sudando en Lousiana, entre pantanos, edificios en ruinas, personas ruinosas, Iglesias y combo de Whisky y cerveza bajo luces de neón. Nic Pizzolatto y Cary Fukunaga han creado un monstruo impredecible, de sesuda apariencia pero fácil fondo y tiempos desestructurados y que seguirá en una segunda temporada con otros protagonistas.
Imprescindible.