Comienzo esta reseña a lo
Pulp Fiction de Tarantino, con unas definiciones.
Si nos vamos a la RAE y buscamos la palabra bizarro, nos encontramos con una acepción que indica que, tradicionalmente, ha tenido el significado de 'valiente, esforzado, lúcido, airoso'. Recientemente, y por influencias inglesas y francesas, ha adquirido el uso de 'raro, extravagante o fuera de lo común'.
Si vamos a la web de
Orciny Press, leemos un
decálogo sobre el bizarro como género literario, entre el que destaco que es el
género de lo extraño, a veces es surrealista, a veces vanguardista, a veces ridículo, a veces sangriento, a veces al borde de la pornografía y casi siempre una ida de olla.El bizarro no solo se esfuerza en ser extraño sino también fascinante, que haga pensar y sobre todo que sea divertido de leer.
Si juntamos ambas definiciones no parece que estén tan distanciadas.
Hay extrañeza pero tambien valentía y lucidez.
Es un campo extraño, capaz de manejar grandes conceptos, tener momentos grotescos y bañar cualquier escena con una capa de dulzura casi infantil.
Puñetazos de arco iris, piruletas de chinchetas.
Estos son los mundos de Carlton Mellick III.