Y no estoy hablando de un par de granos caprichosos, de esos que aparecen (grimosos, palpitantes) en los extremos de la frente justo el día que tienes algo importante que hacer.
Me refiero a los duros, coriaceos, con jirones de piel roja cubriendo las puntas.
De los demoníacos.
También te das cuenta que la gente te comenta sus deseos más ocultos, sus verdades enterradas.
Un ejemplo perfecto de novela que se propulsa más allá de un inicio chocante, curioso, gracioso incluso, para construir una historia de terror.
De la sonrisa al abismo, como la vida misma.
La publicación de la obra de Joe Hill en el mercado español es un poco caótica.
"El traje del muerto" (¡imprescindible!) y "Fantasmas", su primera colección de relatos, llegaron a las librerías, seguidas por las primeras versiones de "Cuernos" y de ese titán del género que es "NOS4A2"; todas ellas de la mano de Suma de Letras (Ediciones B, Penguin o lo que sea ahora...).
Y, tal como llegaron, se fueron.
Ni segundas ediciones ni nada; quizás "El traje del muerto" tuvo alguna vida extra con ediciones junto a una banda sonora y de bolsillo.
Cuando se generalizó el secreto hereditario de Joe Hill, junto con las excelentes recomendaciones, era bastante difícil hacerse con ejemplares de sus novelas en nuestro país.
Y sin hablar de sus nuevos trabajos como "Fuego", del que no teníamos ningún tipo de noticia.
A excepción de su trabajo al guión de "Locke & Key", una de esas grandes obras del cómic reciente.
De sus otras incursiones en el cómic, con su propio sello de series limitadas, hablaré en un futuro cercano... (Stay tuned!)
Entonces, llegó Nocturna.
La editorial se lanzó a publicar "Fuego" (en una hermosa tapa dura), al que siguieron "Tiempo extraño", "A tumba abierta" y las reediciones de "NOS4A2", junto con la que hoy nos ocupa, "Cuernos".
Esos gestos de recuperación no suelen ser muy comunes, así que: gracias, Nocturna.
Ya se que ahondar en el contexto editorial y temporal queda un poco pedante en el arranque de una reseña pero va a tener su importancia.
Prometido.
Ahora, al meollo.
El argumento.
"Qué harías si un día te despertaras convertido en el diablo?
La vida de Ig Perrish es un infierno desde que su novia Merrin fuera asesinada un año atrás, en un episodio que tendió sobre él un manto de sospechas que nunca pudo sacudirse.
Una mañana, tras una fuerte borrachera, amanece con unos cuernos creciéndole en la frente. Pronto descubre que ejercen un extraño efecto en los demás: les hacen revelarle sus secretos más oscuros. Así, Ig se entera de que todo el pueblo, incluso sus padres, cree que fue él quien mató a Merrin.
Y poco a poco, pasado el desconcierto inicial, Ig aprenderá a sacar partido de ser el mismísimo diablo...
Una extravagante, original e imaginativa novela donde todo es, aparentemente, inexplicable."
"Cuernos" es una novela engañosa, taimada, casi como un trato con el demonio, cosa que queda clara con su inicio. El primer capítulo ya nos deja la premisa principal: Ig Perrish se despierta resacoso y con cuernos.
Y claro, desde ese punto nos movemos entre el desconcierto y la risa. Recuerdo que lo mismo me sucedió con "El traje del muerto" y sus primeros capítulos, hasta que te atropella el terror.
En "Cuernos" sucede algo parecido. Una vez sacudido el estupor inicial, nos encontramos con un protagonista de vida complicada, unos cuernos que no quiere y unas habilidades que tampoco necesita. Nadie necesita conocer los pensamientos sin filtro de aquellos que le rodean.
Y lo que era risa y fascinación por convertirse en un demonio en la tierra, se transforma en algo oscuro, turbio y desolador.
Joe Hill plantea "Cuernos" a través de un triángulo: Ig, Merrin y Lee. Ig y Merrin tenían una relación desde siempre, idílica y modélica... hasta que Merrin aparece brutalmente asesinada. Las miradas se vuelven hacia Ig, acusado formalmente del asesinato pero sin pruebas concluyentes en su contra, aunque la opinión pública ya haya emitido un veredicto.
Lee es el tercer componente del grupo, amigo de ambos pero siempre enredado en líos y comportamientos extraños.
Esa situación, sus consecuencias y datos del pasado se presentan a lo largo del primer tercio del libro. Joe Hill construye esa relación a tres bandas, con un montón de elementos, mentiras y verdades accesorias, al mismo tiempo que Ig reconoce el alcance de su nueva naturaleza.
Quizás podríamos hablar de que coexisten tres libros dentro de "Cuernos": el de Ig, el de Merrin y el de Lee. Complementarios, complejos y con distintos niveles de oscuridad.
Gran parte de la trama queda desvelada en apenas 150 páginas pero el resto, el fondo del caldo, lo que de verdad aporta contenido a la novela, se construye con las diferentes visiones y maneras de pensar y actuar de cada personaje. Ahí es donde Hill y "Cuernos" se crecen, y también es lo que permite que el interés se conserve hasta el final, con una implicación emocional bastante alta.
¿Es "Cuernos" una historia de terror?
No sé, habría que definir terror y para algunos esta novela no sea de terror.
Para mí lo es, claro. Hay partes que me incomodan, otras me enfadan, muchas me inquietan y otras activan en ni cerebro una respuesta de peligro constante. No es un miedo de monstruos, sangre y tripas, es un miedo que crece del amor, del rechazo social, de las confrontaciones, de la familia, de tus propias experiencias y vivencias.
No voy a descubrir nada indicando que Joe Hill es un excelente escritor. Sabe jugar con nuestras mentes lectoras, vende muy bien sus premisas, maneja la cultura popular, es consciente de sus referentes, etc.
En "Cuernos" juega a la perfección con la construcción de los personajes y las relaciones entre ambos, sus partes luminosas y otras muy oscuras.
Hill teje "Cuernos" con una manta de oscuridad, a veces absoluta y otras dejando pasar pequeños haces de luz.
No todo es tan positivo, claro. Quizás peque de ser repetitiva o tener una duración algo excesiva.
Volvemos casi al principio, ¿recordáis?
"Cuernos" se publicó por primera vez en castellano en 2010, justo con su salida en inglés. Recuerdo haber leído la novela en su lanzamiento: me gustó, claro, pero no creo que ahondase tanto en su oscuridad.
Ahora, con la relectura, soy 12 años más viejo y acumulo un buen saco de experiencias más. Quizás como todo el mundo o quizás alguna más de la cuenta, por motivos personales.
Y creo que ahora, más viejo, ajado y quizás menos inocente y con una pizca de oscuridad, "Cuernos" me llega de una manera distinta.
Me duele un poco más, me enfada un mucho más.
"Cuernos" es un libro con una vigencia inquebrantable y otro buen repaso de lo que significa la maldad humana.
Las desventuras de Ig Perrish comienzan casi como un chiste, una premisa de historia corta o un capítulo de, no se, The Twilight Zone o Tales from the crypt, pero termina siendo un mapa de la maldad y los miedos humanos, de nuestras inconfesables inquietudes.
Una novela a ritmo de thriller, con posos de drama y una oscuridad y visceralidad que lo envuelve todo, centrandola en un terror psicológico y profundo.
Amor y desamor, odio, poder, envidia, rechazo, aislamiento... un decálogo de pecados capitales (sin intervención de religión o credo) escrito de una manera que llega a lo más profundo, te remueve y hace que tus cuernos crezcan un poco más.
Quizás todos necesitaríamos un par de cuernos, bien visibles, no lo tengo claro.
Si "Cuernos" te ha gustado o llamado la atención, puedes echarle un vistazo a su adaptación al cine de la mano de Alexandre Aja y Daniel Radcliffe como protagonista o leer "A tumba abierta", si quieres seguir de la mano de Joe Hill.
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