sábado, 18 de febrero de 2012

La mujer de negro




La Hammer fue una productora inglesa de cine de terror que se hizo famosa en los años 60 y 70 por sus películas. Bueno, por las películas y por Christopher Lee contra Peter Cushing en cualquier versión de "Drácula". Siempre dispuestos a hacernos pasar un ratito de suspense, un poco de sangre y mas entrados en épocas modernas, alguna bella y semidesnuda dama escapando del pérfido monstruo de turno.
Si sois lo suficientemente viejos para acordaros del programa "Alucine" en La 2, os acordaréis de alguna, seguro o en su defecto, de Christopher Lee con los ojos rojos...
La cuestión es que la productora quebró y cerró durante varios tristes años hasta que a alguien se le encendió la bombilla y decidió reabrirla bajo las mismas condiciones artísticas de antaño: películas de terror o suspense, de poco presupuesto y de disfrute rápido.
El primer producto salió bastante mal ya que fue "La víctima perfecta", que llegó al año pasado con Hillary Swank y que tiene es francamente mala, en todos los sentidos.
Un desastre.

La segunda película que nos llega de la renacida Hammer es esta mujer de negro, con Daniel Radcliffe intentando dejar atrás a Potter.
La película nos traslada a la antigua Inglaterra donde un joven abogado debe resolver el papeleo pendiente para que una vieja mansión se pueda vender pero las apacibles gentes del pueblecito colindante no están por la labor de ayudar ya que algo siniestro ronda por la casa.



Esta película si que recupera el espíritu Hammer con su propuesta algo gótica, su estética Edgar Allan Poe y sus sustos, algo baratos pero no en calidad sino en precio. Gran parte del metraje se gasta en crear ambiente que aunque sí que podría haber estado mejor (hay pocos planos de la mansión, siempre están en las mismas habitaciones...), funciona y consigue un tramo, en la mitad de la película, donde todo funciona muy bien, sin sobresaltos gratuitos, tan de moda últimamente. Posteriormente todo se actualiza mucho y salen los típicos sustos de gritos aturdidores, caras deformadas y demás, démosle las gracias al cine oriental y sus "rings" por tan horrible y aburrida herencia.

La película funciona bastante bien, se agradece la ausencia de 3D, no hay muchos recursos pero se usan bien y el argumento no flojea tanto como puede parecer, aunque está muy sobado y hay alguna laguna, nada importante.
También en conexión con ese cine de terror de los setenta, con la herencia Hammer, se encuentra la última escena del film que (sin spoilers, tranquilos) intenta romper la barrera entre el espectador y la película, algo parecido a lo visto en Insidious el año pasado pero mucho mas pulp y Hammeriano (o todo lo que se pueda en una escena de cinco segundos).

No todo van a ser aplausos, hay elementos muy criticables y entre ellos, Daniel Radcliffe que no resulta nada creíble ni resulta ser una fuerza escénica que lleve la película sobre sus hombros: es aburrido, plano, triste y no resulta creíble verle parecer un adulto con un hijo... si hasta la ropa la queda rara.
Está bien que quiera escapar de Potter lo mas rápido que se pueda pero así no.

En definitiva, un clásica película de terror, con su buena ración de saltitos en la butaca, muy entretenida y recuperando parte de la esencia Hammer, que nunca debió dejarnos huérfanos.

Lo mejor: La ambientación, este tufillo a serie B, la parte central de la película en la mansión.

Lo peor: Daniel Radcliffe, algunos elementos inconexos, su previsibilidad. No mas sustos con caras pálidas y deformes, gracias.




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