Con "Grupo de apoyo para final girls" entro de lleno en el tercer round de los terroríficos mundos de Grady Hendrix de este año, junto con "Club de lectura para matar vampiros" y "El exorcismo de mi mejor amiga". Después de tiernas adolescentes ochenteras poseídas y de las inolvidables mujeres sureñas enfrentadas a un vampiro en su barrio, la vista de Hendrix se vuelve hacia otro de los tótems del cine de terror: las final girls, las mujeres que sobreviven al ataque del killer de turno.
Una novela muy dinámica, a ritmo de thriller, llena de detalles que demuestran el conocimiento extremo sobre el género del bueno de Grady y que harán las delicias de las mentes aficionadas al slasher.
Una nueva vuelta de tuerca del autor a ciertos tópicos del terror, llenos de esa mezcla de humor, tensión y ternura (si, ternura) al que ya nos tiene acostumbrados.
El argumento
En las películas de miedo, las Final Girls son las que han quedado con vida cuando empiezan a pasar los títulos de créditos. Han sobrevivido a la peor noche de su vida, sí, pero… ¿qué sucede luego?
Lynnette Tarkington es una Final Girl, una de esas que sobrevivió a una masacre. Durante más de una década, ha estado reuniéndose con otras cinco Final Girls y con su terapeuta en un grupo de apoyo secreto para mujeres que han sobrevivido a situaciones increíbles, trabajando todas ellas para recuperar su vida.
Entonces, un día, una de ellas parece que llegue tarde a la reunión… hasta que los peores miedos de las demás se hacen realidad: al parecer, alguien conoce la existencia del grupo y está decidido a asesinar a todas sus integrantes, una a una.
La cuestión con las Final Girls es que da igual lo bajas que sean las probabilidades que tienen de sobrevivir, lo oscura que sea la noche o lo afilado que esté el cuchillo, porque nunca, nunca, se rinden.
Las final girls siempre sobreviven: esa es una de las leyes básicas del cine de terror, en general, y del slasher, en particular. Da igual lo sangriento de la situación, lo lejos que esté la ayuda, el tamaño de machetes, hachas o cuchillos o cualquier característica sobrenatural que tenga el enemigo de turno. Siempre sobreviven; una película por lo menos, las secuelas ya son otro tema.
Grady Hendrix nos lleva a ese mundo slasher lleno de reglas y nos presenta a un grupo de final girls, años después de haber sobrevivido a sus respectivos infiernos, que han construido un grupo de apoyo secreto, tutelado por una psiquiatra, en el que tratan de liberarse de sus traumas.
El enfoque de final girls después de un montón de años es original pero no novedoso. Todas suelen volver, solo hay que echar un vistazo a la cartelera actual del cine para encontrarse con "Halloween ends" y la Laurie Strode de Jamie Lee Curtis, 44 años después de la película original. Todas han pasado por situaciones así, desde Heather Langenkamp en Pesadilla en Elm Street o Neve Campbell en Scream.
Esa es otra de sus fortalezas: su ansia de sobrevivir trasciende la pantalla, los guiones y los cuchillos para hacerse tan famosas como los killers que les atormentan.
Grady Hendrix conoce todas esas situaciones, reglas, fundamentos y hace lo que mejor sabe: retorcer la mitología y las bases mismas de ese aspecto en concreto del género de terror para revitalizarlo.
Que lo vuelve a hacer, vamos.
Hendrix abre la ventana del slasher para dejar que entre aire fresco y se lleve cierto tufillo a cerrado, y lo consigue con la misma mano izquierda de siempre, encontrando el ansiado equilibrio entre reforma y clasicismo.
"Grupo de apoyo para final girls" tiene ritmo y alma de thriller, de suspense. Una breve y algo confusa introducción, capítulos rápidos (con unos títulos excepcionales) y cortos, muchísima información adicional en forma de recortes de prensa, entrevistas y añadidos y un discurrir frenético, casi una persecución de principio a fin. Ahí ya está el primer giro de Hendrix al género.
Los slasher suelen tener una introducción impactante, un discurrir algo pesado, lento, y un sangriento final, giro imposible en sus últimos minutos incluido.
En la novela hay un dinamismo constante, atropellado incluso, que hace que las páginas se devoren. Una carrera alocada, frenética.
Y, claro, así uno devora la novela en un par de tardes.
Eso no vale, Grady, aquí el killer eres tú.
Tienes razón, ninguna persona debería definirse por lo peor que le ha sucedido en la vida. Por desgracia, lo que nos ha pasado a nosotras tiene la mala costumbre de volver de vez en cuando e intentar matarnos de nuevo. Así que, después de un tiempo, empiezas a darte cuenta de que tu vida no es aquello que sucede entre un monstruo y el siguiente; tu vida son los monstruos.
Los personajes son otros de los puntos fuertes de Grady Hendrix y aquí también funcionan, quizás no al nivel de mis queridas mujeres lectoras sureñas, pero el autor sabe dotar a estas final girls de una marcada personalidad. El grupo de protagonistas se complementan a la perfección, con sus particularidades: desde aquellas que no quieren dejar atrás los traumas sufridos a las que lo aceptan y quieren sacar un beneficio.
Sea como sea, todas ellas son personajes marcados, heridos, con cicatrices a la vista y ocultas.
Lynette es nuestra protagonista, una final girl al uso, obsesionada con el pasado, preocupada por el presente. Vive aislada, siempre con mil planes de huída previstos y un alto componente de paranoia. Pero, como suele pasar, tenía razón y debe poner todos los sentidos al límite para descubrir quién las está cazando y cercando.
Lynette es nuestra voz principal y, al entrar en su cabeza, puede ser que dudemos de sus percepciones, de sus decisiones. Es una protagonista excelente, rozando los niveles de una narradora no fiable. También puede llegar a desesperar, ya os digo. Es lo malo de estar siempre en alerta.
Una de las marcas de la casa de Hendrix es la incorporación de nuevos enfoques a temas clásicos del terror. Hablando de slashers no tiene más que fijar su mirada en la violencia. Ya se que nos gusta y que somos muy fans, pero la base del slasher es la violencia contra mujeres jóvenes (bueno, y adultas, de mediana edad, etc). Llegamos a sonreír, a aplaudir, a celebrar masacres, encumbrando a nuestros killers favoritos y a alguna meritoria final girl como recompensa a su supervivencia. Hendrix aprovecha esta idea para cambiarnos la vista.
Nada excesivamente moralista; si habéis leído a Grady Hendrix ya sabéis cómo va a ser, pero si que te pone ciertas ideas en la cabeza que, a lo mejor, habías pasado por alto. Y esa idea entra en sintonía con algunas vertientes actuales del género, de reflejar ese fanatismo en el público, en tí, en mí y en el tipo que llena cualquier red social de mensajes tóxicos.
También hay que destacar el mundo que va creando, lleno de asesinos, de situaciones, que se van encajando según pasan las páginas. Un buen puñado de killers, con sus raíces en nuestros asesinos de película favoritos y que, en alguna ocasión merecerían más desarrollo si no fuese porque así el autor traicionaría su propio objetivo. El asesino no es tan importante, las importantes son las final girls.
En resumen
"Grupo de apoyo para final girls" es otro triunfo de Grady Hendrix. Un thriller rapidísimo, intenso, frenético. No es una novela de terror al uso pero sí que tiene ciertas escenas cruentas, como buen slasher. También tenemos representados todos los puntos fuertes del autor: diálogos, ideas, personajes y un profundo conocimiento de las raíces del terror.
Quizás, y como algo personal, la tengo un paso por detrás de "Club de lectura para matar vampiros" y un poco por delante de "El exorcismo de mi mejor amiga", en un podio imaginario de lecturas de Hendrix.
La edición de Minotauro respeta el formato de los anteriores libros y los excelentes recortes entre capítulos. La traducción es algo extraña: hay frases que no terminan de funcionar y algunas decisiones (¡las slashers!) complicadas. Ligero tirón de orejas.
Grady Hendrix se ha convertido en un fenómeno y en su propia final girl: no hay novela que pueda con él. Sobrevive a cualquier killer idea que se le ocurra.
Una novela muy recomendable, irresistible para las mentes seguidoras del autor y lleno de guiños para aquellas personas que disfrutamos con un buen slasher.
Disfrutemos.
Si habéis disfrutado de "Grupo de apoyo para final girls" u os ha llamado la atención, os recomiendo "Las supervivientes" de Riley Sager o la película "The final girls" (2015).
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