lunes, 10 de julio de 2023

Mis 6 lecturas favoritas del primer semestre 2023

Ya hemos dejado atrás la primera mitad del 2023 y es un momento excelente para hacer un top de mis mejores lecturas de lo que llevamos del año.
¡Tops, tops, tops!
Tan necesarios y llamativos como complicados.
Está siendo un buen año de lecturas, no me puedo quejar, y no me resulta sencillo acotar la lista a 6 libros de entre los 34 que ya he leído.
Pero son mis normas y yo mismo me pongo palos en las ruedas, la verdad.
Otra norma: un libro por editorial.
Así que, sin más enredo: ¡adelante!


Un apunte más: parte de estos libros se comentan en el último LibroGusano, junto con mis queridos monstruitos Capote e Irma. Un directo desmadrado, con invitados, juegos locos para comprobar nuestros escasos conocimientos y algún que otro libro.






"Acércate" - Sara Gran / La Biblioteca de Carfax


Vaya semestre de La Biblioteca de Carfax que llevo: "Perdición" de Jack Ketchum, "Tenemos que hacer algo" de Max Booth III, "El único indio bueno" de Stephen Graham Jones y "Crímenes reales" de Samantha Kolesnik
Muy difícil elegir, la verdad, pero me decanto por "Acércate", de Sara Gran.

"Acércate" es una novela de posesiones, narrada en primera persona, que rompe con todo lo visto anteriormente en el género.
Una novela escrita hace, ojo, dos décadas y que resulta dolorosamente actual y fresca.
Una mezcla de influencias demoniacas, salud mental, el papel de la mujer en la sociedad y la manera de asumir el abrazo de nuestra parte más oscura a las orillas de un lago carmesí.
Muy inquietante y sin la presencia de ningún elemento religioso, Sara Gran construye la novela desde una aparente sencillez que apabulla.
 
Traducción de María Pérez de San Román y cubierta magistral de Rafael Martín y prólogo de Mariana Enríquez. 
Imprescindible.


"El rito circular" - Iván Ledesma / Dolmen


Hay libros que ganan con la distancia. A ver, entendedme: "El rito circular" ya me había gustado en su día, solo hay que leer la reseña, pero con el paso del tiempo me parece mejor.
Más sólida, más aterradora.

Iván Ledesma construye una novela de terror cercana, ágil y muy entretenida, con un mundo propio rebosante de carácter e ideas, extendiendo sus tentáculos a algunas de sus obras.
La Colmena y sus torres como escenario de una novela de terror coral, con algunas escenas espeluznantes y ese toque urbano, de realidad, tan necesario.
Especialmente recomendada para las noches veraniegas (en las que pienso merendarme "Negorith: sueños y pesadillas", Celsius mediante).


 
"The storyteller: Historias de vida y música" - Dave Grohl / Cúpula 

Eh, eh, eh: un momento.
¡Si esto no es terror!
Bueno, uno no solo se alimenta de horrores, que lo sepáis. Tampoco es que sea omnívoro literario pero, muy de vez en cuando, cambio mi dieta.
Lo que nunca suelo consumir son biografías, quizás porque no tengo demasiados ídolos, no me interesa profundizar en las vidas y milagros de las personas o quizás piense, muy en el fondo, que están hechas para edulcorar sus figuras y sus acciones.
Pero, quizás, Dave Grohl sea una de esas personas a las que admiro (a pesar de haber cancelado la única ocasión en la que tenía entradas para verles).

"The storyteller" es una especie de biografía de Dave Grohl, exNirvana y líder de los Foo Fighters y me gusta porque sientes en todo momento que es él quién te lo cuenta. Hay un ligero orden y estructura pero son historias, divididas en capítulos temáticos, que abarca hasta hace un par de años.
Y si, habla un poco de Kurt Cobain pero no llega a la última tragedia de Taylor Hawkins.

Dave Grohl recorre sus recuerdos, sus sensaciones, su madurez, desde un punto de vista y con una sencillez apabullante. Claro que hay partes de loarse en exceso, otras tienen un poso muy norteamericano y de ensalzar el éxito y la familia y otras pasa de puntillas sobre hechos desagradables, hay de todo.
Pero es él, es su voz, su tono gracioso pero reflexivo, un apasionado del rock con una forma de afrontar la vida y las desgracias con la que me siento identificado.

No me pilló la época de Nirvana pero Foo Fighters es un grupo que siempre ha estado en mi vida. Desde "The colour and the shape", que saqué de la biblioteca pública siendo un adolescente, "In your honor" ya más crecidito o "Wasting light" y "Sonic Highways" que me acompañaron en épocas muy, muy duras. Siempre ahí, hasta el conmovedor "But here we are", su último gran disco con el que es imposible no echar una lagrimilla. 

Porque se me sigue olvidando que soy mayor. El corazón y la mente me siguen gastando una mala pasada, engañándome con la falsa ilusión de la juventud al saludar al mundo todos los días con los ojos idealistas y traviesos de un niño rebelde que busca constantemente la aventura y la magia. Sigo encontrando la felicidad en las cosas más básicas y sencillas. Y mientras voy haciéndome con más arrugas y cicatrices, las sigo luciendo con cierto orgullo, porque son como un rastro de migas de pan que voy esparciendo por el camino y sé que algún día las voy a necesitar para volver al punto de partida.

Comparto su visión de la vida como un superviviente pero sin perder la ilusión por todas las cosas sencillas que nos rodean, por las maravillosas casualidades y su manera de afrontar el envejecimiento. 
No me obsesiona pero si que me veo achaques, canas, daños y cosas que debería hacer por mi edad: centrarme, deberíamos tener hijos, adelgazar y ponerme en forma, beber menos café, cambiar los tejanos, las camisetas y las zapatillas por camisas de El Ganso, Scalpers o cualquier cosa con banderitas, pantalones de tela y zapatos... esas cosas. 
Ya tengo asumido que yo no soy así, no quiero ser así y no voy a ser así pero hay que armarse de valor para ser consciente de ello, enarbolar tu bandera friki (como dice el propio Grohl) y evitar que las presiones y la subjetividad hagan mella en tu forma de ser.
Ojo, que si tú eres así, no te sientas aludido; tu rollo no es el mío, simplemente.

En una de sus historias, Grohl describe el momento en el que entró en una habitación en la que estaban dos viejas glorias del rock. Uno estaba artificialmente joven, impecable, dientes brillantes, bronceado y elegante; otro estaba como debía de estar, con sus pintas de siempre, su barriga, su camiseta negra y todas sus cicatrices a la vista. En ese instante, Dave Grohl supo a quién se quería parecer de mayor.
Me pasó lo mismo al leer el libro: ya se como quién quiero ser de mayor.



"Pesadillas en el éxtasis" - Brendan Vidito / Dimensiones Ocultas


Como decía, me pongo palos en las ruedas, siempre lo hago. Pongo una norma de elegir solo un título de cada editorial y luego me entran sudores fríos.
La temporada de Dimensiones Ocultas ha sido tan ecléctica como interesante, que es justo lo que busco en sus títulos. "Horror Star" de Enrique Cordobés o "Cockblocker" de David Irons se han quedado fuera por décimas y no ha sido una decisión fácil.
"Pesadillas en el éxtasis", de Brendan Vidito, es uno de esos libros que nunca habríamos leído en castellano de no ser por la locura de editoriales así. Un libro bastante más complejo de lo que parece, detrás de su juguetona máscara de sexo, fluidos y elementos sorprendentes. 
13 relatos, traducidos por Roberto Editor Oscuro Carrasco, que convierten a Vidito en una de las voces más originales y personales del panorama actual.
Atreveos, sed valientes.


"Los chicos del valle" - Philip Fracassi / Dilatando Mentes


Hace unas semanas que lo terminé, hice la reseña y no me olvido de él. Lo tengo fresquisimo, tan fresco como la nieve que rodea el orfanato en el que transcurren los hechos del libro.

"Los chicos del valle" es uno de los libros de género de la temporada, sin duda. Además es uno de esos libros que puedes recomendar a cualquier mente lectora, siempre y cuando quiera pasar un mal (buen) rato.
Visual, dinámica, aterradora, con una segunda mitad magistral y un ambiente de buena película. Philip Fracassi se lanza a la novela larga con una maestría y una sencillez envidiable. 
Un acierto de Dilatando Mentes, con traducción de José Ángel de Dios y cubierta de José Antonio Ávila.

"El elixir negro" - Elizabeth Engstrom / Martínez Roca

Mood reader.
Ojito al palabro que he descubierto hace poco y que me define. Soy un lector que no planifica sus lecturas: cuando termino un libro elijo el siguiente dependiendo de lo que me apetezca en ese momento.
Y me funciona, no os lo voy a negar. Aunque, a veces, enlace unos cuantos libros que me decepcionan un poco y me da bajona. Y dejo de leer, me da pereza. 
Eso me pasó hace unos meses y, en un giro inesperado de los acontecimientos, llegó "El elixir negro" y me salvó.

La novela de Elizabeth Engstrom me fascinó, hasta tal punto que no he hecho reseña porque no sé cómo afrontarla. Eso me suele pasar con los libros que me gustan muchísimo, me atasco. 
La novela nos lleva con Angelina, una joven que cree que es una vampira, y que se lanza a las carreteras y pueblos de Estados Unidos en busca de su lugar en el mundo, mientras alguien le pisa los talones.
Capitulos cortos, con un tramo final narrado por algunas de las personas con las que Angelina se va encontrando, y con una maestría impresionante de Engstrom a la hora de ir añadiendo elementos.

"El elixir negro" ("Black Ambrosia" en el original) nunca se detiene a buscar el origen del vampirismo de su protagonista pero pone el foco en ella, en su visión de un mundo ajeno a su naturaleza, a los suburbios, a la supervivencia, tanto como mujer como por ser algo antinatural. 
Combina pausa con ritmo, partes más normales con otras muy turbias (el origen del bastón que sale en la cubierta de la edición de Valancourt...) y una parte final bastante loca, "El elixir negro" es una joya tan imperfecta como maravillosa
Elizabeth Engstrom ya me había sorprendido con su "Cuando la oscuridad nos ama" en La Biblioteca de Carfax y me parece increíble que esta novela esté tan olvidada.

Dice Grady Hendrix, al incluirla en su "Paperbacks from hell", que es una novela que pone el foco en la voz de los monstruos. 
No puedo estar más de acuerdo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siéntete libre de comentar, charlar y replicar sobre el tema que prefieras pero siempre con respeto. ¡Gracias!