sábado, 3 de marzo de 2012

La invención de Hugo



Hablar de "La invención de Hugo" es hablar del amor al cine.

Basada en la novela ilustrada de Brian Selznick (acepto regalos...) la película nos lleva al París de los años 30, donde Hugo Cabret, huérfano, sobrevive en una estación de tren y cuyo oficio es mantener en hora los relojes de la estación. Heredó de su padre un viejo autómata y repararlo se convertirá en su objetivo.



Técnicamente es un trabajo impecable. Scorsese afina sus armas estéticas y las actualiza, dejando una película envolvente, llena de luz, con una cámara inquieta, capaz de deambular por la estación de tren o sentarse con Hugo a observar París desde lo mas alto. Como muestra está la escena inicial de la película, un deambular vertiginoso por la estación vista a través de los ojos de un niño y sin mediar palabra, sabes perfectamente como es el mundo que rodea a Hugo. También está el controvertido uso del 3D, la he visto en 2D pero quiero pensar que Scorsese usa el gancho del 3D como homenaje a Meliès: mientras uno recortaba fotogramas para asombrar al espectador, él usa la tecnología existente para hacer lo mismo.



Lo que la película transmite mejor son los sentimientos y el amor hacia el cine. Parece mentira que un director como Scorsese que se ha pasado la mayor parte de su carrera deambulando por el wild side de la existencia humana, sea capaz de experimentar un cambio tal que le permita afrontar el rodaje de esta historia sin dejar de ser fiel a sí mismo. Asa Butterfield, el pequeño Hugo, se convierte en la versión infantil del propio director y a través de sus expresivos ojos nos cuenta su amor profeso por el cine.
La película cuenta con la descripción mas potente de lo que puede ser el cine: en cierto momento, los chicos protagonistas quieren contarle una historia a un adulto. La chica, con un léxico erudito, se empieza a perder en divagaciones mientras que Hugo le enseña una imagen, un simple dibujo y eso es suficiente para entenderlo todo.

Quizás se tome su tiempo en su primera parte y sea algo lenta y difusa en ese tramo lo que, junto con su aparente clasicismo, su leve toque infantil y el no guardar ningún misterio en su interior, haga rebajar el interés de algún espectador. Pero si te gusta el cine es una gran película: entrañable, disfrutable, bien hecha, que te ayuda a recordar lo importante que es el séptimo arte, lo que sentiste la primera vez que fuiste al cine, lo bien que se siente uno en su butaca cuando se apagan las luces, las ideas que siembre en la imaginación colectiva (¿se subiría Hugo a las manecillas del reloj si no hubiese visto a Harold Lloyd hacerlo?, ¿habría Hugo si no existiese antes Cinema Paradiso?).

Una película poderosa, atractiva, emotiva, donde Scorsese da un paso mas que engrandece su carrera de absoluto maestro.
Y cuando acabéis de verla, iréis todos a wikipedia a buscar George Meliès, tal y como yo hice.

Lo mejor: Todo: Hugo, Scorsese (buscad el cameo), la banda sonora...

Lo peor: Que no te dejes enganchar, que veas el cine como un mero entretenimiento y no te interese lo mas mínimo.

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