jueves, 26 de mayo de 2022

Reseña de "Hechicero" - Carlos Sisí / Minotauro

Hay que hablar de "Hechicero".
Ese es el pensamiento que quedó en mi mente en el momento en que cerré el libro. 
Hay que hablar de La parábola de Ellör, de la fantasía, del Equilibrio y de un paso más en el rico Universo Sisí.

"Hechicero" es uno de esos libros a recomendar con los ojos cerrados, sin saber si a la otra parte le gusta la fantasía, los rayos de colores, la épica o el propio autor.
Así de bueno es. 


El argumento. 

Se dice que fue Briamor Candess quien, ayudado por otros cuatro hechiceros, construyó la altiva e impresionante torre ciudadela destinada a albergar a toda la comunidad de hechiceros que hasta entonces existían repartidos por el mundo, y que se llamó La Luz del Oeste. Durante muchísimo tiempo fue un lugar al que el mundo miraba con ojos admirados y asustados, pues era hipocentro de un poder desatado.

Mas el poder está siempre en los ojos de aquellos que codician, y La Luz del Oeste no iba a ser una excepción. Hechicero cuenta la parábola de Ellör Litos Ceoril, uno de los Cinco Fundadores, desde los primeros días de gloria hasta que se vio obligado a vivir en el exilio, oculto y apartado, y... lo que pasó después.

Hechicero rebosa magia y recoge el testimonio del auge y caída de la Luz del Oeste tal y como ocurrió.

Rayos y centellas. 


"Hechicero" es una novela en la que se puede meter el hocico sin necesidad de haber leído antes "Nigromante", el primer paso de Carlos Sisí en su mundo de fantasía.
Esa característica, que puede parecer una mera anécdota tiene, para mi, una importancia capital
Sisí es, ante todo y sobre todo, un contador de historias. 
Un narrador. 
El trasunto moderno de un cuentacuentos, un hechicero que conoce el ritmo oculto de las sílabas, un buhonero que cruza mundos, busca historias en ellos y las plasma en papel. 
Por eso, en los tiempos actuales en los que una trilogía ya suena a poco y lo que interesa es estirar las historias, ramificarlas y plagar de pequeños detalles enormes novelas río, este recurso casi Pratchettiano de hacer novelas unitarias, tan cerradas como abiertas, me parece una heroicidad. 

¿Le estoy dando jabón a Sisí? 
Puede ser. 
Pero la cosa no queda ahí.
"Hechicero" se impregna de esa característica y da forma a toda la novela. Es una novela cerrada, construida para ser disfrutada por si misma, con algún guiño y que, a su vez, podrá verse reflejada en otras futuras historias (que las habrá...). 

¿Quieres mantenerte joven? Ea. Ahí van mis consejos, por si los quieres y te sirven, ¡y que te aprovechen, que de eso me alegraré yo por descontado! Muévete todo el día de aquí para allá y de allá para acá, come mucho y a menudo, duerme bien, preocúpate de tus cosas y aléjate de la gente, si no quieres que sus venenos contaminen tu mente. De conocidos ten los dedos de una mano y de amigos el que llamas corazón. ¡Ya está, hemos terminado, buena mañana y muchas gracias!

Así que "Hechicero" es una novela unitaria, dentro de un mundo mayor, y Sisí es un contador de historias. 
¿Y la historia? Pues la historia comienza como deben de comenzar estas cosas: con un trago de fuerte licor en una taberna de pueblo. 

Inco Waren es un gigantón pelirrojo que vive aislado en el territorio de Peleas, una pequeña zona rural. No tiene mucho trato con casi nadie y apenas va a la civilización a por suministros y un poco de licor casero. Los más viejos del lugar caen en la cuenta de lo bien que envejece el pelirrojo, lleva décadas por ahí y sigue igual... Algo raro pasa. 
La duda pasa a certeza y la certeza, a rumor. Y los chismorreos tienen alas, no patas, vuelan rápidos por los territorios hasta oídos deseosos de escuchar cosas sobre Inco...

Pero "Hechicero" también es la historia de Ella, una joven que vive en el bosque, sobreviviendo con lo que le sirve la naturaleza. Y claro, cuando escucha el rumor sobre el gigante inmortal de Peleas, necesita ir a conocerlo para aprender sus secretos. 




En ese punto concreto de la historia, Sisí ejecuta su primer hechizo. La historia se fragmenta ante nuestros ojos y, mientras Inco y Ella comienzan su camino, volvemos la vista atrás, a la construcción de la Luz del Oeste, una prodigiosa torre destinada a albergar a los mejores hechiceros y ser un centro de sabiduría capaz de iluminar las mentes y la vida de todos los habitantes del mundo. 
Pero la luz de esa torre se extinguió hace tiempo... 

Tenemos una narración en dos tiempos: el aprendizaje de Ella con Inco y la creación y caída de la Luz del Oeste. Ambas historias se van entremezclando, bien separadas y definidas, con unas conclusiones que coinciden en el tramo final de la lectura.
Y de ahí, saltamos a otro punto importante: el ritmo y el tono. 

El ritmo de la magia y las voces fantásticas. 


"Hechicero" tiene 350 páginas que cuentan lo de 700.
Ni más ni menos. Y eso no es debido a una acumulación enorme de datos, información y demás, es un truco de ritmo. 
La novela tiene un ritmo de acontecimientos envidiable y una más que meritoria claridad de ideas. 
Siempre hay progreso, la historia va avanzando (o retrocediendo, ya sabéis...) y la unión final de ambas líneas temporales genera un último tercio de lectura espectacular. 

Pero el ritmo no lo es todo y un buen hechicero como Carlos Sisí sabe como rodearlo de dos elementos tan importantes como una excelente galería de personajes y una peculiar manera de narrar. 

Pero te has relacionado poco con el hombre, por lo que veo, y el hombre... el hombre es codicioso, está consumido por el miedo, tiene miras tan estrechas que en ellas apenas cabe su propio estómago; es deshonroso y te privará de lo poco para aumentar su mucho, si le das oportunidad.

El lenguaje, menudo truco de magia. La musicalidad de las sílabas, la evocación de sentimientos o ideas con apenas 3 o 4 palabras... Pura magia. 
Sisí ejecuta el truco acercando su mundo de fantasía a las raíces más clásicas, con una forma de expresarse diferente al resto de sus novelas y que le da un aire muy particular. Dejo a vuestra elección pensar si es una forma antigua, culta o elevada de expresarse; yo creo que funciona a la perfección y le sienta como un guante. Lo que se puede definir como una novela muy bien escrita, vamos.

Mención aparte para los nombres de los personajes. Resuenan en mi cabeza de forma poderosa: al principio llaman la atención por su extrañeza pero, a la segunda vez que los lees, no puedes pensar en otro tipo de nombre. Ellör, Valas Thon, Vanegrio Llamaviva ... nombrar a una persona o cosa le confiere cierto poder y, en este caso, ese vínculo se hace muy especial. 

Y entre el lenguaje y los nombres llegamos a la galería de personajes. Aquí Sisí echa el resto creando una serie de personajes de los que dejan huella. Una colección rica, variada y muy representativa, incluso aquellos que solo tienen un pequeño paso por las páginas de "Hechicero". 

Lenguaje, nombres y personajes confluyen haciendo que el mundo de la novela se sienta vivo, bien fundamentado y que sea, que funcione a través de las páginas. 

"Hechicero" es fantasía clásica, si queréis, con todos los elementos característicos pero, para alcanzar un equilibrio, hace falta oscuridad. Y en el libro también hay pasajes e ideas oscuras, laberintos intrincados que encierran grandes peligros. 

Portales a otros mundos. 


Si ya habéis leído a Sisí sabréis que llena sus libros de ideas, pensamientos y equilibrio. "Hechicero" tampoco se libra de ello y hay varias perlas de sabiduría escondidas entre sus páginas, en forma de diálogos, expresiones, hechos, etc. 


Y portales, portales a otros mundos, mundos que estructuran la mente e ideas del autor. 
Es difícil hacer un detalle de todas las ideas e influencias que parecen aparecer por las páginas de "Hechicero" pero es una tarea que me encanta. 
Desde las raíces tolkenianas del mundo (innegable) hasta mundos de Dungeons & Dragons, Moorcock, Salvatore... una amplia representación de fantasía, digamos, clásica. 

Pero Sisí es una esponja, una mente capaz de coger elementos de aquí y de allí, agitarlos y añadir piezas a lo largo de la novela. Como meter un montón de piezas de Lego en un saco, agitarlas y construir algo nuevo con mil ladrillitos diferentes. 
Así, yo percibo (y puedo estar terriblemente equivocado), elementos de Minecraft, de Portal, de "Logan" y "Sin Perdón", de la Patrulla X clásica, de Star Wars (siempre de Star Wars), "¡El ejército de las tinieblas!" o de esas aventuras conversacionales que Sisí programaba de joven para antiguos equipos informáticos... Mundos y mundos que confluyen en uno sólo, con sus propias normas y sentido. 

Y pensó: "Ha llegado el hechicero". Y luego pensó aún peor: "Ha llegado el hombre", y mirando la hierba muerta, si acaso era hierba, que Vanegrio había quemado, añadió: "Y la muerte es su jinete". 
Era un momento de triunfo, sí, pero era, como siempre, cuestión de perspectiva. De triunfo para quién. 

Esta es la reseña de un fan, como podéis ver. Puede ser que pierda credibilidad, eso os lo dejo a vuestro criterio, pero también me da base para intuir ciertas cosas que parecen esconderse detrás de las palabras de "Hechicero". 
"Alone at the top", editada por Obscura, es la otra (maravillosa) novedad de Sisí en este 2022 y, bajo su estructura de thriller, se percibían una serie de ideas sobre el proceso de escritura y creación. 
"Hechicero", en la línea del actual estado creativo de Sisí, también parece esconder esas ideas. El poder de las palabras, la diferencia entre hechiceros y alquimistas, la originalidad, la envidia, el ostracismo, la necesidad de alcanzar el equilibrio, la importancia de la positividad, etc. 

Además, y como fan fatal absoluto, percibo ideas que enlazan "Hechicero" con otras obras como "Varsovia", "Nocte", "Alma" e incluso, "Rojo".
Su propia Torre Oscura, queridos lectores constantes. Teorías loquísimas de las de comentar con unas Coca Colas bien fresquitas. 

En definitiva.

No se si Carlos Sisí esperaba encontrar el equilibrio con unas historias tan ceñidas a un género y un estilo tan marcado, pero lo ha conseguido. 
Ritmo, aventura, fantasía de verdad, de la de magos lanzando rayos, báculos de poder inconmensurable y animales sabios y una forma de narrar tan acertada como innegociable. Pero también oscuridad, destrucción, luces que se apagan y sabiduría corrompida. 
La constatación de que "Nigromante" no fue un acierto aislado y de que esta serie merece muchos más títulos en un futuro. 

Mención aparte para la edición de Minotauro que, al igual que con "Nigromante", publica una edición en tapa dura con cubierta e ilustraciones interiores flipantes a cargo de Tomas Hijo. 

"Hechicero" es pura magia, un equilibrio perfecto entre fantasía clásica y oscura, plagada de buenas ideas y mensajes claros.
Una puerta abierta de par en par a otros mundos. 
Di "amigo" y entra, sin miedo: al otro lado solo os esperan maravillas. 


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