martes, 12 de julio de 2022

"El rastro del rayo" - Rebecca Roanhorse / Red Key Books

Hay libros que marcan el estilo de una editorial. Aunque ya tengan novelas en el mercado, existe un momento en el que una lectura te hace click en la cabeza y das forma a la esencia del proyecto editorial. Personalmente, me ha pasado con "Reyes de la Tierra Salvaje" en Gamon, Obscura y su "Ring shout" de P. Djèli Clark o "Mi ligue de la ouija" de David Irons y Dimensiones Ocultas.
Pues eso me ha sucedido con "El rastro del rayo" de Rebecca Roanhorse , nuevo título de Red Key Books (previamente publicada en catalán por Mai Més)
Una maravilla de aventuras, fantasía, toques sangrientos e incluso de terror y una fabulosa ambientación en un ¿futuro? cercano lleno de mitología nativa americana.
Nuevos mundos, nuevas ideas, derroche de ritmo y grandes personajes.


El argumento 

La mayor parte del mundo ha quedado sumergido bajo las aguas tras un apocalipsis climático. Sin embargo, la antigua reserva navaja de Dinétha ha renacido. 
Ahora, los dioses y los héroes de las leyendas recorren la tierra, pero también los monstruos.

Maggie Hoskie es una cazadora de monstruos de Dinétah, una asesina dotada de poderes sobrenaturales. Y ella es la última esperanza de un pequeño pueblo que necesita ayuda para encontrar a una niña desaparecida. Pero lo que Maggie descubre sobre el monstruo que hay tras la desaparición de la pequeña es mucho más aterrador que cualquier cosa que pudiera imaginar.

A regañadientes, Maggie recibe la ayuda de Kai Arviso, un curandero poco convencional, y juntos viajarán por la reserva desentrañando pistas de antiguas leyendas, intercambiando favores con embaucadores y luchando contra la brujería oscura en un mundo fallido.

A medida que Maggie descubre la verdad detrás de los asesinatos, tendrá que enfrentarse a su pasado si quiere sobrevivir.

Bienvenidos al Sexto Mundo.

"El rastro del rayo" se desarrolla en un marco muy especial.
El Sexto Mundo nos acerca a una tierra que ha sufrido una catástrofe climática, una crecida irreparable del nivel del agua. Norteamérica está irreconocible, con partes desaparecidas bajo el agua, incalculables pérdidas en vidas humanas, guerras energéticas y la creación de un territorio propio y aislado de los pueblos nativos americanos. Y justo ahí, en una zona casi desértica protegida por un muro muy especial, es donde transcurre la historia.
Los pueblos nativos han decidido reclamar sus territorios y aislarse del mundo en destrucción. Además han reestablecido sus contactos con seres ancestrales, antiguas creencias y vínculos específicos con sus clanes familiares.
Y, en medio de todo el lío, está Maggie Hoskie, nuestra protagonista.
Y menuda protagonista.

Maggie pertenece al pueblo Navajo y es una cazadora de monstruos, poco más se puede añadir. Ataviada con su escopeta,su puñal y cuchillos varios, Maggie cumple encargos para cazar esos monstruos. Porque, si un mundo anegado, casi sin energía, no era suficiente, también hay monstruos. Seres de pesadilla que cazan, desgarran y crean caos, vagamente humanos.

¿Parece mucha información, verdad? Pues Roanhorse se esfuerza en que la vayamos adquiriendo de la mejor manera posible. Y como muestra, no hay nada mejor que el arranque del libro. 
"El rastro del rayo" tiene un inicio envidiable, una firme declaración de intenciones. Maggie recibe, a regañadientes, un encargo para buscar una niña desaparecida en un poblado cercano. El resto, material de aventuras y pesadillas. 

En apenas unas decenas de páginas, Rebecca Roanhorse crea un mundo, una protagonista llena de conflictos, una brillante persecución rebosante de ritmo y una colección de imágenes de pesadilla. Tan western como anime, tan Mad Max como Guardianes de la noche
Y justo ahí, en ese prólogo,antes de comenzar todo el meollo, fue donde caí rendido a la novela.
Y, ¿el resto?



El resto de la novela son casi 300 páginas más con el mismo nivel (o superior). "El rastro del rayo" es una novela que empieza muy arriba pero se las apaña para mantenerse así, con giros, escenas de acción, revelaciones y puntos de descanso lleno de desarrollo de personaje.
Rebecca Roanhorse se desenvuelve de maravilla, no es de extrañar sus premios Hugo, Locus y Nebula. Capítulos ágiles, con las dosis necesarias y justas de información, diálogos certeros, construcción de personajes acertadísima y una planificación general que consigue que la novela nunca pierda interés.

A "El rastro del rayo" le sobra ritmo. Maggie se pasa la novela de un sitio a otro, dando vueltas, descubriendo peligros, avanzando. Hay múltiples escenas de acción que suben muchísimo la intensidad, siempre narradas de forma clara, con una sensación de peligro constante. 
La novela también destaca por sus personajes. Maggie Hoskie es un ejemplo perfecto de protagonista. Resuelta, decidida, independiente pero atenazada por sus pensamientos, sus acciones y el peso de la herencia de sus clanes. 
A pesar de ser una novela "corta" (330 páginas), "El resto del rayo" tiene una más que envidiable galería de personajes alrededor de Maggie. Kai, su forzoso compañero de aventuras, con sus secretos; Grace Goodacre y su prole, atendiendo un bar en medio de la nada; bandas peligrosas como los Perros de la ley... Y algo más: dioses y seres mitológicos.

Rebecca Roanhorse comparte ancestros nativos americanos con afroamericanos. Y de esa mezcla se extrae la necesidad de enriquecer la fantasía y la mitología que rodea a la novela y que tiene un alto peso específico.
Hay dioses, seres no humanos que aterrizan en nuestro mundo bajo el estruendo de un rayo, con sus planes, enfrentamientos y necesidades. Seres que se diferencian de los cincodedos, los meros mortales, pero que no pueden dejar de intervenir. 
Luego está el peso de los clanes familiares. Cada persona con habilidades especiales hace referencia a su condición en base a los nombres de sus clanes. 
Esa es su carta de presentación. 
Maggie, por ejemplo, forma parte de un clan que le confiere velocidad y rapidez en los movimientos y Kai, a otro que le favorece la curación mayor. El uso de los poderes de su clan agota su energía, drena su vitalidad, así que debe usarse con cuidado.

Magia, mitología y monstruos. 

Dinètah está siendo ocupada por monstruos, seres de pesadilla que secuestran y desgarran humanos. No es fácil encontrarlos, darles caza ni matarlos, así que Maggie se ve envuelta en situaciones cada vez más peligrosas, mientras resuelve el misterio de la creación de los monstruos.

Tan interesante como la propia aventura es el subtexto que se perfila tras las páginas. Roanhorse hace un gran esfuerzo por crear y aportar nuevos matices a la mitología fantástica. La incorporación de elementos nativos americanos, dioses, formas de vida y creencias, culturas ancestrales, la relación con la naturaleza...una amplia representación.
Esos monstruos desdibujados, casi sin rostro y pálidos,que secuestran y quitan la voz a jóvenes nativas, es una imagen tan poderosa como clara. 
También queda plasmada la importancia de la tradición, el peso de los clanes, de las primeras impresiones en base a criterios culturales. Ese hecho, por ejemplo, crea un conflicto muy potente en Maggie, y será uno de los puntos fundamentales en la creación del personaje.

Y la carga cultural, el estigma que se aplica sobre ciertas creencias y que pueden convertir un don, como sería una herencia cultural rica, en una maldición, al ser ese legado distinto del imperante.
También queda reflejado, de forma más que explícita, el interés por el conflicto climático y la gestión de recursos.



En definitiva.

Hay veces que una novela te sorprende y "El rastro del rayo" lo ha hecho, de principio a fin.
Una acertada novela de aventuras, oscura y dinámica, con un excelente paso hacia nuevas fuentes de la fantasía, alejada de arquetipos.
Apoyada en una protagonista tan perfectamente imperfecta como Maggie, la galería de personajes humanos y divinos funciona y se integra en la narración, reservando sorpresas y giros.

Rebecca Roanhorse sale victoriosa con una facilidad y aparente sencillez apabullante. Para mi gusto, ejecuta a la perfección cualquier elemento de la novela. Ritmo imbatible, mezcla de fantasía, aventuras y pinceladas de terror, un balance exquisito entre dureza y amabilidad...
Y las ideas y la manera de introducirlas a las mentes del otro lado de la página. Nada de páginas y páginas de descripción de sistemas de magia, dioses y elementos del folclore. Toda la información se va aportando poco a poco; quizás descoloque al inicio tanto nombre nativo, pero genera una situación de siempre querer saber más.
También brilla ese trasfondo social, no de manera tan directa como en "Ring shout" de P. Djèli Clark, pero ahí está (si quieres verlo, claro).
La novela es prácticamente autoconclusiva aunque tiene algunos hilos importantes por los que seguir indagando... Y eso es lo que Roanhorse ha hecho con "Storm of Locust", su continuación, y algunos títulos más en desarrollo.

Red Key Books llevaba unos cuantos títulos de presentación bastante acertados pero con "El rastro del rayo" han dado en el clavo y, para mi, han encajado la pieza que les faltaba. Una buena edición en términos de papel y cubierta con solapas, respetando la excelente cubierta original y con la perfecta traducción de Raúl García Campos.

Un serio candidato a sleeper del año, una lectura ineludible (en especial para éstos agobiantes meses de verano) y ahora, pregunta:

¿Para cuándo la segunda parte?

Para completar: entrevista en La nave invisible.

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