miércoles, 6 de julio de 2022

Tras la pista: 1 - Ruth Galloway

Una de mis pasiones lectoras es encontrarme con una nueva serie que seguir.
Entre tanta lectura densa, compleja, terrorífica, se agradece el reposo de personajes conocidos, paisajes familiares, estilos a los que ya estoy acostumbrado.
Y, a ser posible, con algún crimen de por medio.
Series de novelas que recuerden a la tele que me gusta, ágil, dinámica, con su puntito de necesaria repetición y una galería de personajes interesante. 

La primera serie es uno de mis enganches más recientes: la arqueóloga forense Ruth Galloway, de Elly Griffiths, publicada en castellano por Maeva


Hay tres títulos disponibles en castellano: "Los ecos del pantano" y "El umbral de la mentira", ambos en rústica, digital y en bolsillo y la reciente "Una tumba entre las rocas" (rústica y digital) . Tres títulos en castellano de una serie que va por su volumen número 14 en inglés, asi que tenemos misterio para rato. 

De esos tres títulos he leído los dos primeros. Dos casos iniciales, que bien merecen ser leídos casi de seguido, ya que establecen los cimientos de la serie. 
Además, si entráis al juego de Ruth, Nelson, las marismas y los huesos enterrados, va a ser imposible que soltéis la lectura. 

"Los ecos del pantano" y "El umbral de la mentira" forman un piloto insuperable, una primera temporada visual, entretenida y con personajes carismáticos. 
A excavar. 


Hay pocos pasajes tan atmosféricos como las primeras descripciones de la marisma de Norfolk que hace Elly Griffiths. Niebla, barro, humedad, mareas... y huesos en antiguas zonas de culto. 
La primera novela de la arqueóloga forense Ruth Galloway no puede tener un arranque mejor, de esos que recuerdan a series de la BBC o ITV. Unos huesos infantiles que aparecen en la marisma, niñas desaparecidas y antiguos yacimientos de la Edad del Hierro; una combinación inmejorable para crear el ambiente de crimen necesario. 

Ruth Galloway es una protagonista con la que conectas de inmediato. Inteligente, con un pensamiento y forma de actuar actual (las novelas están escritas en 2010) y algunas impresiones sobre su personalidad e imagen corporal con las que, yo por lo menos, me siento identificado. 
Ruth es requerida para investigar esos huesos y el yacimiento arqueologíco cercano y así, aportar información a la policía. 

Y justo ahí, en la policía, se encuentra otro de los personajes principales: el inspector Harry Nelson. De primeras, Nelson es el típico policía britanico de serie. Uno se lo podría imaginar con su traje oscuro, camisa azul y una gabardina gris al borde mismo de la marisma, sin que el barro quite lustre a sus zapatos. 
Y, casi casi, así resulta ser. 
Serio, refunfuñón, muy profesional, Nelson esconde en su interior a un padre con dos hijas y una mujer tipo. Esa capa va dejando entrever otras, con las que es posible que establezcas algún conflicto. Nelson es conservador, machista y desconfiado estableciendo, en principio, un contrapunto a la luz y modernidad de Ruth. 
Es, repito, en principio, el típico contrapunto de dos personajes muy distintos que deben colaborar para resolver un misterio. 

Elly Griffiths sabe gestionar muy bien a ambos personajes. Con Ruth no tengo ningún tipo de problema, es la perfecta protagonista. El acercamiento a Harry Nelson es más complejo. Al principio resulta cercano, metido en su papel de serio investigador pero, con la lectura, van apareciendo capas menos agradables de su personalidad. Reconozco que en algún punto me alejé de la lectura por su culpa pero Griffiths consigue reconducir la situación. 
Un gran trabajo. 
Griffiths, además, pone de manifiesto facetas de la personalidad de Ruth tan importantes y actuales como la presión social, familiar, corporal (la diferencia de la percepción propia entre Ruth y Nelson es brillante) y lo que debe hacer un mujer cercana a los 40. 

Alrededor de Ruth y Nelson orbitan una serie de sólidos secundarios: Cathbad, el druida new age que respeta las antiguas creencias o Shona, la amiga de Ruth y sus lios personales y amorosos. 
Además de Sílex y Chispa, la inefable compañía felina de Ruth. 

¿El resto de la novela? Un pasapáginas. Uno de esos misterios que se van enredado en giros y giros, con un derroche de ritmo hasta terminar en un final bastante agitado. ¿Previsible? Si, si has leído suficientes libros del estilo pero su baza ganadora no va a la sorpresa final, si no a establecer unos sólidos cimientos. Investigación policial (un mínimo), arqueológica y social, bien hilada, previsible pero no facilona y muy entretenida. 
No es un cozy crime tipo Agatha Raisin, es un poco más oscuro (lo de la página 120 no se hace, Elly Griffiths...) , con bastantes sorpresas, mejor escrito de lo que parece, con buenos diálogos y descripciones potentes. 
300 páginas para leer en un suspiro... Y ponerse con "El umbral de la mentira". 


La segunda entrega de la serie es una continuación casi directa de la anterior. Situada unos meses después del final de "Los ecos del pantano", Ruth va a observar un yacimiento romano en las obras de construcción de viviendas en un antiguo orfanato... cuando aparecen restos humanos sin datar. Ah, y lo más importante: sin cráneo a la vista. 

En el primer título habíamos deambulado por los ritos de la Edad de Hierro y en "El umbral de la mentira" nos iremos a la civilización romana y sus dioses, como Jano, quién da título a la versión original de la novela "The Janus stone". 

¿Es continuísta? 
Claro, por supuesto. 
No esperaba otra cosa. 
El caso a resolver es interesante, con ramificaciones que se van descubriendo con el paso de las páginas, tenemos marco histórico y cultural, bastante tensión en su tramo final... y un nuevo nivel de relaciones entre los personajes principales y secundarios. 
Y, siendo sincero: a eso quería llegar. 
Ruth y Nelson tienen unas dinámicas tan particulares que resulta muy agradable reencontrarse con ellos. Esas relaciones no son estáticas si no que van modificándose, adaptándose al ritmo y necesidades de la historia. 
No penséis en el romance facilón o la tensión sexual no resuelta, eso sería demasiado sencillo. 

"El umbral de la mentira" es tan entretenido como el anterior pero está mejor rematado, repitiendo algunas de las características que parecen que van a convertirse en marca propia de la serie. 
Elly Griffiths pule un poco más su estilo, afinando la mezcla de diálogos, ritmo, crimen y una divulgación histórica nada pedante, mientras sigue añadiendo facetas a un personaje tan completo como Ruth Galloway, relaciones familiares incluidas. 

Los dos primeros títulos de la serie de la arqueóloga forense Ruth Galloway harán las delicias de esas mentes lectoras que buscan unos crímenes interesantes, un entorno fresquito y evocador, personajes con carisma, su pizquita de salseo y unas novelas bien escritas, muy conscientes de su ámbito
Fan absoluto. 

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