"Reptil" de Jesús Gordillo , editada por Apache, me ha alcanzado como un rayo. Desde su primera página hasta la última.
La historia de Marto y de Carlos "Reptil" Santos es un cañonazo.
Calle, rock y maldades.
Mucha calle, mucho rock y un buen puñado de maldades.
El argumento.
Un viejo toxicómano cumple condena en la cárcel La Modelo, en pleno centro de Barcelona. Derrotado por una vida que se agota, decide poner en orden sus fantasmas, consciente de ser juez, parte y único albacea de la mejor historia sobrenatural que nunca jamás ha sido contada. Comienza a escribir una serie de cuadernos que hablan de su juventud como batería de Los Conductores de Dallas, y de su paso por la banda de Carlos "Reptil" Santos, un hombre que nunca debió existir y al que llegó a amar y a temer como solo puede hacerse con la droga.
Una historia que cabalga entre el crujir de huesos carcelarios y la inmersión en unos recuerdos de furgoneta.
Con borrones en sus letras y en sus venas, con rock and roll, pólvora y unas increíbles notas imposibles de guitarra eléctrica.
No quiero desvelar ningún giro de la novela.
Nada.
Si os llama la atención, si habéis caído a los pies de su portada, debéis leerla.
Así de sencillo.
"Reptil" arranca su narración en la actualidad, en La Modelo de Barcelona, donde Marto, un viejo batera yonki, decide escribir unos cuadernos, a modo de memorias.
Y ahí, a través de estos escritos, con la voz y los recuerdos de Marto, viajaremos al Madrid de mediados de los 70.
Una época de calle, noche y rock, bajo la sombra del misterioso Carlos "Reptil" Santos.
Y menuda sombra.
"Reptil" Santos, menudo tipo.
Uno de esos extraños figuras, que sobresalen en determinados talentos con un virtuosismo pasmoso y un objetivo en mente: ser una leyenda del rock.
O, casi mejor: ser rock.
Descubrir las historias pasadas de Marto y Reptil, el presente carcelario y caduco del batería y todas las repercusiones es un viaje apasionante. Y, como todos los viajes, merece la pena que sean vuestras mentes lectoras las que recorran esas pistas.
Es la primera novela que leo de Jesús Gordillo y tengo bastante claro que no va a ser la última.
"Reptil" atrapa, ya desde su inicio, por una forma de narrar arrolladora. La mezcla de descripciones precisas y casi palpables, una construcción de personajes impecable y el balance entre las dos líneas temporales.
Pero, si algo destaca, son diálogos: creíbles, callejeros, pura calle.
Y esa credibilidad se transporta al resto de elementos de la novela.
Jesús Gordillo te sacude cuando te tiene que sacudir, te aterra cuando busca esa reacción y hace asomar sonrisas traviesas si se lo propone. Quizás haya conectado directamente con "Reptil", no lo se, pero conmigo ha funcionado a todos los niveles.
Gran parte de la obra transcurre en Madrid a mediados de la década de los 70 y Gordillo te lleva ahí, a ese contexto social, esa situación de cambio, a la efervescencia del rock y a noches de humo.
Juega a su favor la construcción de la historia, a medio camino entre dos tiempos, con una narración en forma de memorias. Un recurso que, salvando las distancias y los tentáculos, recuerda a los que solía utilizar Lovecraft: el protagonista que narra su historia desde un hospital / asilo / psiquiátrico, dando pinceladas de su descenso a la locura.
No es lo mismo; Gordillo actualiza y le da otro envoltorio al recurso, pero funciona igual de bien.
"Reptil" es, también, un reflejo de aspectos de la creatividad, ambición y oscuridad humana. Un fino juego de arte, adicciones, guitarras humeantes, talento innato y esfuerzo.
Y claro, también hay elementos oscuros, una mitología propia y puntuales estallidos de violencia y terror.
¿Habéis visto la portada de Jairo Horror?
Además de un homenaje a las carpetas de los vinilos de la época y de sentarle como un guante a la novela, deja algunas pistas de lo que puede asomar en su interior...
En definitiva.
La vida y obra de Carlos "Reptil" Santos, de mano de los cuadernos de Marto, es una lectura fascinante. Un power trio vibrante, bien ejecutado, con riffs de guitarra llenos de mala leche, una acerada línea de bajo, una batería atronadora y Reptil como frontman, un tipo que ha nacido para triunfar, para dejar huella en la historia y en todos los que le rodean.
Hace tiempo que las historias que más me llegan son las que me resultan auténticas, sea lo que sea que signifique eso.
Y la novela de Jesús Gordillo me ha resultado auténtica.
Muy auténtica.
En voz, estilo y desarrollo.
Un acierto de Jesús Gordillo y de Apache.
Queremos más.
Ya sabéis lo que dicen los Stones: It's only rock 'n' roll...but I like it.
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