jueves, 27 de abril de 2023

"El club de los portaféretros" - Paul Tremblay / Nocturna

Paul Tremblay irrumpió en la escena de la literatura de terror como un tornado. 
"Una cabeza llena de fantasmas" ganó premios, convenció a crítica y público y elevó a Tremblay al estatus de figura importante en el terror moderno. 
Su carrera, quizás, no alcance el nivel de esa primera vez pero es un autor constante y con un estilo personal muy sólido.
Nocturna, después de saltarse alguna novela previa ("Survivor song") y un libro de relatos ("Growing things"), sigue trayéndonos la obra de Tremblay en castellano con "El club de los portaféretros"
Una advertencia: esto es café para los muy cafeteros, la novela es Tremblay al máximo. 
Y eso significa una cosa: ambigüedad.
Al lío.


Paul Tremblay fue, por cierto, el eje de la nueva entrega del Libro Gusano Youtubero al que Jorge Capote me invita regularmente. Repasamos pormenorizadamente la obra del autor estadounidense, la adaptación al cine de "La cabaña del fin del mundo" y llegamos hasta "El club de los portaféretros". Incluso Capote hizo deberes de más y se lanzó a leer "Survivor song". 
Maldito empollón.






Titulo: "El club de los portaféretros" 
Autor: Paul Tremblay
Editorial: Nocturna, 2023
Traductor: Manuel de los Reyes
Páginas: 392
Tapa blanda con solapas.

En la década de 1980, Art Barbara no era lo que se dice popular. Era un estudiante solitario que escuchaba hair metal, tenía que dormir con un monstruoso aparato ortopédico por su escoliosis y había iniciado un club extraescolar de voluntarios en funerales poco concurridos. Por eso fue una sorpresa cuando una chica se apuntó al Club de los Portaféretros y le dijo que era una idea genial. ¡Si hasta se llevó su Polaroid para hacer fotos de los cadáveres!

Vale, esa parte sí había sido un poco rara.

Como también lo era su obsesivo interés por una famosa tradición de Nueva Inglaterra que implicaba desenterrar a los muertos. Y había otras cosas extrañas que sucedían siempre que ella estaba cerca, algunas bastante inquietantes... Pero eran amigos, así que no pasaba nada, ¿verdad?

Décadas más tarde, Art intenta darle sentido a sus recuerdos escribiendo El Club de los Portaféretros. Sin embargo, lo que parecía la forma ideal de reconciliarse con su pasado tendrá consecuencias insospechadas cuando su vieja amiga lea el manuscrito.


¿Amará alguno de nosotros la música, o cualquier otra cosa, con tanta pasión como cuándo éramos jóvenes?


No va a ser una reseña larga; no por contenido, que la novela tiene bastante de lo que hablar, si no por proteger el contenido de la misma.
"El club de los portaféretros" marca su tono desde la primera página
Literal.
Una página con una foto de fondo, una carpeta con folios y varios tachones: "El club de los portaféretros", una novela o una biografía, escrita por Paul Tremblay o... Art Barbara.
Estamos frente a una especie de memorias de un tal Art Barbara, en un periodo de tiempo que abarca desde su adolescencia, en la década de los 80, hasta la mediana edad. 

Art es nuestro narrador y él va detallando su versión de los hechos, de su vida, bajo su propia observación. El punto de inicio es la creación, por parte del propio Art, de un club escolar, uno dedicado a acompañar en los velatorios a aquellas personas sin familia o recursos; el club de los portaféretros, como bien dice el título. 
Art es un chico revirado, como él mismo indica: tiene problemas lumbares, es alto y desgarbado y tampoco es que sea el chico más popular del instituto. 
Y ahí, en ese club, establece una relación con Mary, una chica muy especial. Relación que va a complicarse con el paso de los años y una extraña relación que hace Art entre su Mary y otra chica llamada exactamente igual, envuelta en un misterioso caso, durante el siglo pasado.

Detalle de la primera página del libro.

Y hasta aquí deberíais saber. Cualquier otro detalle adicional afectaría a vuestra experiencia y a vuestras expectativas. Os lo digo con conocimiento de causa: a mi me pasó.
¿Estamos ante el libro más Tremblay de todos los Tremblays? 
Sin duda. 

"El club de los portaféretros" es, como decía, un novela narrada en primera persona o unas memorias escritas por Art Barbara. Tremblay desaparece del mapa, modifica su estilo para resultar más creíble como un narrador sin experiencia: torpe, a ratos, otras veces recargado en exceso. 
También se incluye una segunda voz, detalle que aporta una capa extra a la novela. Lo que estamos leyendo es, en realidad, un manuscrito, una obra corregida por una segunda persona que ha dejado sus anotaciones, sus apuntes, en los márgenes de las páginas.

Ahí entramos en otra dimensión Tremblayana: ¿es Art un narrador fiable? ¿Tiene razón esa otra voz que contradice lo escrito? ¿Es Art Barbara un reflejo del propio Tremblay?
100% Paul Tremblay: la ambigüedad que trasciende la página, el libro y su contenido. Es tan ambigua que ya no sabes ni quién la ha escrito.

La segunda voz de la novela.


Voy a ser sincero: hay tramos muy densos en la novela. Me costaba conectar con la historia, no le veía salida más allá de su inicio y su originalidad. El tramo final mejoró mi percepción pero no es una novela a recomendar a la ligera. 
Café para los muy cafeteros, Tremblay para los muy Tremblayanos.
Si que tiene varios puntos de interés centrados, sobre todo, en la relación entre memoria, el paso del tiempo, la edad adulta, sobre si nuestros recuerdos son reales.
Un aspecto que creo fundamental y quiero que esto se interprete sin maldad alguna. 
"El club de los portaféretros" ataca a los corazones de los lectores de mediana edad, masculinos (en principio y sin que sea un punto negativo), heridos por el paso del tiempo, las expectativas no cumplidas, el punk que se va en la vida adulta. 



Y ahora, un tema importante: vanpiros esiten. No os voy a reventar la novela si digo que hay un tema vampírico, que resulta el eje central de la parte más sobrenatural de la novela. Es una idea que surge en su primera parte y que luego, quizás, quede en un segundo plano hasta el final. No esperéis colmillos ni nada parecido: Tremblay (o Art) lo mueven a un plano más existencial.


No creo que sea que el único que lee reseñas buscando una recomendación y una descripción del ambiente general de la novela. 
Pues ha llegado el momento de hacerlo con "El club de los portaféretros" y no es tarea fácil. 

Me resulta muy difícil recomendarla a una mente lectora general que no haya tenido contacto previo con el autor y lo mismo para aquellas a las que Tremblay no les haya convencido con alguna obra anterior. 
Si "La cabaña del fin del mundo" o "Desaparición en la Roca del Diablo" no ha sido de vuestro gusto, este club no es para vosotros. 
Excluyo "Una cabeza llena de fantasmas" porque creo que es su mejor trabajo hasta el momento, además de un novelón bastante impresionante.
No puedo recomendarla a la ligera, requiere de un compromiso lector que no es fácil ni satisfactorio de asumir. Tiene elementos que funcionan mejor, como su inicio y final, las dos voces narrativas, el punk y el rock pero pueden verse sepultados por el resto.
Y, ya sabéis, es Tremblay: ambigüedad y un final que sigue sin esclarecer la verdad.

La edición de Nocturna mantiene la calidad acostumbrada siendo, además, una tarea difícil al tener que respetar las anotaciones manuscritas del márgen. Cuenta con la excelente traducción de Manuel de los Reyes, habitual de Paul Tremblay y de otros autores de género.

"El club de los portaféretros" es un juego a varias bandas, lleno de capas de elementos superpuestos, como una proyección de diapositivas llenas de tachones. No lo puedo recomendar a la ligera salvo que seáis muy fans de Tremblay y reconozco que estuve a punto de dejar la lectura.  
Ambigua, irregular, con un ritmo denso, pero llena de melancolía y con un final que, sin ser ninguna maravilla y llegando muy tarde, me dejó satisfecho.  
Quizás sea porque atacó mi corazoncito de cuarentón arrollado por la vida, quién sabe.


Vampiros / Punk / Coming of age / Falso narrador / Doble lectura 

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