martes, 15 de noviembre de 2022

"El americano" - Jeffrey Thomas / Dilatando Mentes

No resulta fácil lanzarse a elegir un nuevo libro para zambullirse en él. Nuestras pilas de pendientes crecen sin control, saturadas de novedades, recomendaciones, libros de moda, alguna que otra relectura o "ese libro que deberías de haber leído".
Complicado.
Hay ciertas editoriales que no ayudan (menos mal). Dilatando Mentes es una de mis editoriales de cabecera, de las que siempre estoy pendiente. Suelen darme, como lector, casi todo lo que me gusta, con unas ediciones cuidadas. Tienen un ritmo de publicación bastante alto (unos 2 títulos al mes) y quizás algunas novelas pasan desapercibidas. 
Eso es una pena, sobre todo con ejemplos como la reciente "El americano" de Jeffrey Thomas. Un excelente thriller, sobre las secuelas de la guerra de Vietnam y la oscuridad humana. Dura, vibrante, opresiva
Tengo la impresión que "El americano" es uno de esos ejemplos de novela que puede pasar desapercibida, quizás como la muy recomendable "Susurros en la oscuridad" de Laurel Hightower, siendo ambas dos excelentes novelas de suspense con toques sobrenaturales.
Espero equivocarme.


El argumento.

Richard Trenor quedó desfigurado durante la Guerra de Vietnam, una tragedia que le otorgó a cambio un macabro don. Ahora, años después, debe regresar al país que cambió su existencia para ayudar a la persona a la que le debe la vida a resolver el misterio de la desaparición de sus dos hijas. En su búsqueda, cruzará sus pasos con dos compatriotas estadounidenses: uno, un asesino despiadado y sin escrúpulos; el otro, un ser demente y depravado sediento de sangre que es la encarnación del mal.

Un oscuro thriller sobrenatural en el que lo inquietante, los espíritus, los poderes psíquicos, la sangre, y la parte más despiadada del ser humano, se dan la mano.


"El americano" es un thriller que marca su personalidad desde el primer capítulo. Y no tiene un carácter amable, aunque no esperaba otra cosa, sinceramente. El arranque de la novela te zambulle en un mundo oscuro, en los bajos fondos del Vietnam más sórdido. Un choque absoluto para iniciar la lectura. Confieso que ese primer capítulo casi pudo conmigo. No os voy a decir nada más de lo necesario, obvio, pero es oscuro e impredecible sumando, además, el típico desconcierto a la hora de empezar un libro.
Después del impacto inicial y con algunas bases ya establecidas, el resto de "El americano" discurre por caminos cercanos al thriller, con sus picos de intensidad, sus revelaciones y un tramo final magnífico.

"El americano" está arraigada en un escenario, el Vietnam de 2010, con algún paseo puntual por la Norteamérica de la época y un par de capítulos centrados en la guerra de Vietnam, o en la guerra de Norteamérica, depende de la visión. 
Jeffrey Thomas tiene una relación particular con Vietnam (¿queréis conocerla? ¡Leed el postfacio!) y ese hecho queda plasmado y marca otra faceta de la novela. Vietnam se destapa como una zona para supervivientes, con su relación con el resto del mundo limitado por su papel en aquella guerra y, como muchas zonas orientales, un extraño patio de juegos prohibidos para los occidentales que deciden dar rienda suelta a sus inhibiciones sin atender a posibles repercusiones (más allá de los que pueda arreglar un buen puñado de dólares...).
En ese Vietnam, nocturno, de hoteles con recepcionistas que miran hacia otro lado, policía eficiente pero corrupta, chicas y chicos de compañía, es donde se unen los caminos de tres americanos.

Richard Trenor es nuestro protagonista. Superviviente de la guerra de los 70, una rata de túnel que logró escapar del conflicto con un ojo menos, un rostro con cicatrices y una herida en la cabeza. Y escapó gracias a Quan, un vietnamita que colaboraba con el ejército norteamericano. Trenor es un tipo honrado, un superviviente marcado de por vida, física y mentalmente.
En el Vietnam de 2010 también está él, El Americano, un refugiado vietnamita crecido y criado en los USA, que usa su país de origen para negocios ilícitos, oscuros. Un tipo peligroso, un asesino, un conseguidor.
Y el tercero es una incógnita. Un ser malvado, depravado y cruel, capaz de las acciones más abyectas. Un hecho, despiadado, prohibo y violento, unirá los caminos de esos tres personajes; un viaje con billete de ida a la profunda oscuridad del ser humano.

Jeffrey Thomas es un narrador de primera, no hay duda. "El americano" se siente viva, palpitante, de la primera página a la última. Un thriller también se define por su ritmo y no he percibido altibajos en la narración; quizás me atrapó la lectura, sus incógnitas y ese oscuridad que se percibe por debajo. Thomas nos sumerge en Vietnam, algunas de sus costumbres y elementos culturales. 
También es meritorio su trabajo con los personajes, esas diferencias entre occidentales y orientales, reflejadas en los diálogos y las formas de expresarse. Ahí entran las distintas voces que usa Thomas. Los tres personajes principales, esos tres americanos, están perfectamente caracterizados a través de su forma de hablar, de expresarse. Un cambio de estilo que va permeando tu mente con la lectura, creando ambientes y sensaciones con cada uno de los tres personajes. 
"El americano" se construye a través de capítulos organizados en secciones más pequeñas, que favorecen muchísimo la lectura. Se percibe que es una novela pensada y construida poco a poco, a lo largo de bastante tiempo.

Thriller sobrenatural. Una etiqueta más pero muy precisa para definir a "El americano". La investigación de Trenor en Vietnam desemboca en una carrera contra el tiempo mientras que los otros dos americanos urden sus planes. El elemento sobrenatural viene dado por una extraño don que sufre Trenor, muy útil a la hora de percibir el mal. No es nada demasiado exagerado, es un ingrediente más de la mezcla, pero no se siente obligado; encaja a la perfección con el espíritu de la novela. Un elemento muy visual y funcional; un acierto.
"El americano" habla sobre la oscuridad: la externa, la que impregna y moldea los lugares donde vivimos y la interna, la dosis que cargamos y que debemos controlar. 
Esa maldad, en un lugar como Vietnam, con sus antecedentes históricos y su forma de (sobre)vivir, chorrea por las paredes de los bajos fondos, de los barrios marginales, sobre la gente capaz de hacer cualquier cosa por existir. 
Los tres americanos que protagonizan la historia son tres ejemplos perfectos de cómo encauzar esa oscuridad. Trenor es el personaje que más llegaremos a conocer, un tipo honesto, con heridas externas pero con profundas cicatrices en su psique, pero un comportamiento leal, bueno. El americano, ese conseguidor, porta un tipo de maldad centrada en el desprecio por los demás, egoísmo y beneficio propio, de esos que se creen por encima de los demás. Pero el tercer elemento personifica el Mal, absoluto, con mayúsculas.

La novela también posee una cierta ambientación bélica. No es que la guerra sea uno de los elementos centrales, ni se regodea ni vanagloria los conflictos (cosa que agradezco), y resulta muy importante en la personalidad de la lectura. Con esa mezcla de oscuridad y ambiente bélico resulta imposible no pensar en "Yo soy el río" de T. E. Grau, también en el catálogo de Dilatando Mentes. La novela de Grau me fascinó y no dejaba de pensar en ella mientras leía "El americano". Cuando terminé la novela, me lancé sobre el postfacio que incluye la edición de Dilatando Mentes, a cargo del propio Jeffrey Thomas y el propio Thomas incluye "Yo soy el río" como una novela casi hermana. Ese nexo no viene tanto por el elemento bélico (que también) sino por ese descenso a los pozos más oscuros de las mentes con heridas, con traumas.


En definitiva.

"El americano" es un excelente thriller sobrenatural, con una narración perfecta, un ritmo envidiable y un giro final que añade una vida extra a la lectura. Un tratado sobre la maldad humana, sobre cómo la percibimos y la forma en la que modifica nuestro comportamiento, nuestras vidas, nuestra realidad. Con algunos tramos duros y crudos, asesinatos bastante explícitos pero sin sobrepasar ningún límite, la novela destaca por su ambientación en Vietnam sin caer en tópicos bélicos, con una visión bastante neutra de los hechos ocurridos en la década de los setenta del siglo pasado. Thomas añade unos finísimos elementos sobrenaturales, en concordancia con las visiones culturales occidentales y vietnamitas, que aportan un plus.
Una de esas novelas que me atrapan desde el principio y que espero que no pase desapercibida, si os gustan éste tipo de historias (que tampoco abundan, la verdad).

Si os ha llamado la atención "El americano", os recomiendo otro excelente thriller sobrenatural de Dilatando Mentes: "Susurros en la oscuridad" de Laurel Hightower. También, la ya mencionada "Yo soy el río" de T.E. Grau.
Muchas gracias a la editorial por el envío del ejemplar.

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