Todo eso, en principio, es lo que significa la llegada de Los diablos a librerías. Un nuevo arranque de saga para Abercrombie, sin nada que ver con el Círculo del mundo, y con un tono alejado de sus obras anteriores.
El bueno de Joe es uno de mis autores favoritos de la actualidad y me lancé a la lectura con muchas ganas y con la idea en la cabeza que esto no tenía nada que ver con lo anterior.
Mente fresca, abierta a nuevas propuestas y ganas de pasármelo bien.
800 páginas después tengo bastante claro que el libro va a ser un gran éxito (ya lo está siendo) pero no me ha terminado de convencer.
En absoluto.
Y por varios motivos, la verdad.
Título: Los diablos / The devils
Autor: Joe Abercrombie
Editorial: Runas
Traducción: Manu Viciano
Páginas: 808
Tapa dura con sobrecubierta.
Las gestas más gloriosas a veces requieren de actos impíos. El hermano Díaz tiene una cita en la Ciudad Santa, donde cree que lo recompensarán con una cómoda posición en la Iglesia. Pero resulta que su nuevo rebaño está compuesto por asesinos contumaces, horrorosos practicantes de lo arcano y auténticos monstruos. En esta nueva misión, todos tendrán que tomar las medidas más sangrientas si quieren alcanzar sus justos fines. Los elfos acechan en nuestras fronteras, ávidos de nuestra carne, mientras príncipes egoístas solo se preocupan por su posición y bienestar. Dado el épico e infernal viaje ante él, al hermano Díaz no le viene nada mal tener a los diablos de su lado.
Trama rápida y simple.
Una Europa similar a la de las Cruzadas, una papisa en Roma y otro imperio con sede en Troya.
La misión consiste en llevar a la legítima y desaparecida emperatriz de Troya desde Roma a su trono, buscando unificar fuerzas e iglesias.
Una misión compleja y peligrosa, encargada por la Iglesia a un grupo de personajes prescindibles, entre nigromantes, mujeres lobo vikingas, barones vampiro, cruzados inmortal y elfas, bajo la supervisión de un religioso recién llegado a este jaleo.
¿El resto?
Batallas, persecuciones, ritmo, mucho chiste, alguna revelación, épica pocha al estilo grimdark y un mundo de fantasía con raíces en nuestra historia.
Todo está a la vista, todo funciona y la acción se mantiene desde la página 1 hasta la 800.
El mundo que se construye tiene partes más fantásticas que los anteriores del autor pero también se sitúa cerca de nuestra realidad. Abundan los toques históricos reales pero hay una eterna amenaza de una invasión élfica que ocurre cada cierto tiempo. Hay una especie de religión católica, centrada en una figura femenina y con otros símbolos (esto me recordó un poco a la rueda de las novelas de vampiros de Jay Kristoff), pero también hay nigromantes y vampiros.
Te habla de lugares reales (y muy cercanos...) pero también hay reinos inventados.
Un equilibrio casi más centrado en lo tangible, en lo reconocible, que en crear un mundo nuevo.
Pero lo más importante de Los diablos es su plantel de personajes. Jakob, Alex, Baltasar, Baptiste, Vigga, Solete, Rickard y el Hermano Díaz son el auténtico motor del libro. Un cruzado inmortal, cínico y curtido en mil derrotas, una joven elegida para un destino crucial, un nigromante lleno de poder y ego, una pícara aventurera, una mujer loba nórdica, una tímida elfa, un vampiro y un religioso que no sabe dónde se ha metido.
Sus conversaciones, sus dinámicas, su humor y su arrojo ante su papel de seres prescindibles y marginados marcan la novela.
Son su espíritu, su piel y hueso, su mente y corazón.
Unos engendros encerrados y utilizados para las misiones más peligrosas de la Iglesia y que, si sobreviven, deben volver a ese cautiverio. Abercrombie los va mezclando, en diferentes grupos o todos a la vez, para que desgranen su forma de ser y su trasfondo, utilizando el viejo truco de separar a los personajes para forzar esas conversaciones e intercambios de puntos de vista.
También hay acción y mucha aventura porque Los diablos es la típica novela que no se detiene un segundo. Una huida continua, con algún altibajo, pero que siempre tiene un ritmo altísimo.
Todo lo que cuento es bueno, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no me ha convencido, a pesar de sus virtudes?
Podríais pensar que soy de ese tipo de persona que quiere leer siempre lo mismo de un autor o autora.
Vamos, que me esperaba otra vuelta al Círculo del mundo.
Pues no.
Me enfrenté a Los diablos con cierto hype, es verdad, pero tenía una idea muy clara de que iba a ser una novela alejada de sus obras anteriores. El propio Abercrombie llevaba mucho tiempo avisando, con razón.
Entré de inmediato en la propuesta, más ligera, fresca, inmediata, pero acabé estancado. Lo achaco a varios factores, siendo el más importante, quizás, que Los diablos es una versión más light de todo lo que me gusta de Abercrombie.
Su violencia es muy inocua, la complejidad del mundo es más asequible, ese cinismo tan característico es más dócil, etc. Todos los elementos están muy suavizados; todos, menos el humor.
Hay muchísimo chiste, un montón de conversaciones ágiles en tono humorístico. Tantas que terminaron por saturarme, por hacerme creer que todo esto era una gran broma y ya.
Le quita tanto hierro al libro que terminé fuera.
Le quita tanto hierro al libro que terminé fuera.
El plantel de personajes, siendo su punto fuerte y dedicándole un montón de páginas en establecer sus relaciones con diferentes formaciones, recuerda poderosamente a ciertos grupos de la cultura popular actual.
Si pensáis en El escuadrón suicida, acertaréis; si pensáis en Guardianes de la galaxia, también.
Es ese mismo enfoque, tan típico de James Gunn, de mezclar humor y sentimientos, puñetazos y momentos tiernos, llegando a ciertos climax que me recordaron mucho, muchísimo, a esas películas. (Hay una escena calcadita al inicio de Guardianes de la galaxia Vol.2).
Si pensáis en El escuadrón suicida, acertaréis; si pensáis en Guardianes de la galaxia, también.
Es ese mismo enfoque, tan típico de James Gunn, de mezclar humor y sentimientos, puñetazos y momentos tiernos, llegando a ciertos climax que me recordaron mucho, muchísimo, a esas películas. (Hay una escena calcadita al inicio de Guardianes de la galaxia Vol.2).
Y los personajes recuerdan, claro: tenemos a unos Rick Flag (o Capitán Mal de Firefly), Drax y Gamora particulares.
Lo que ocurre con esos arquetipos tan marcados es que son terriblemente estancos. No hay grises, son personajes atrapados por sus características: buenos por naturaleza, maltratados por la sociedad por ser extraños, con sus cosillas (llamadlo ego, lealtad o supervivencia), pero sin la capacidad de generar unas situaciones que terminen por cambiar tu percepción.
No hay Gloktas, vamos.
El sistema de magia y algunas situaciones o enemigos son puro D&D, desde piromantes a casi gnolls: cercano, reconocible y muy manejable.
Resumiendo, encontré al Abercrombie de siempre pero muy podado, descañado de toda esa complejidad, tanto en forma como en fondo, muy centrado en hacer un divertimento que sea fácil de asimilar, consumir y recomendar.
Y eso, en el fondo, no es criticable, ni mucho menos.
Abercrombie da forma a la novela que quiere presentar y, probablemente, se lo pasase muy bien escribiéndola, con el objetivo en mente, presumo, de alcanzar un público mayor. Más asequible, más recomendable.
Abercrombie da forma a la novela que quiere presentar y, probablemente, se lo pasase muy bien escribiéndola, con el objetivo en mente, presumo, de alcanzar un público mayor. Más asequible, más recomendable.
Lo consigue, claro, pero tanto humor, tanto referente, tanta aventurilla sin más, terminó por agotarme.
Si buscáis una fantasía ligera, entretenida, vibrante y bien escrita, sin complicaciones ni complejos, Los diablos es una recomendación absoluta.
Un volumen casi autoconclusivo pero que sabe dejar abiertas un montón de mazmorras para el futuro.
Si ya habéis leído al autor o queréis algo más oscuro, complejo o sangriento tened en cuenta que la novela no va por ahí.
Una ligera decepción personal, sin nada que reprochar al autor, con una ágil traducción de Manu Viciano y una edición excelente de Runas, ilustraciones incluidas.
Ahora bien, la pregunta: ¿seguiré leyendo las futuras aventuras de Los diablos?
Por supuesto, pero con otro enfoque en mente.
Necesito saber qué pasó en Barcelona...
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