miércoles, 15 de febrero de 2023

"Tenemos que hacer algo" - Max Booth III / La Biblioteca de Carfax

La Biblioteca de Carfax planificó su Línea Deméter para dar cobijo a novelas cortas de terror contemporáneo, novelettes, con un tamaño y diseño acorde a la extensión. 
La primera de ellas fue la imprescindible "La noche de los maniquís" del no menos esencial Stephen Graham Jones y la segunda entrega ha sido "Tenemos que hacer algo" de Max Booth III.
Y yo veo ahí un patrón.
Un plan; uno maligno, si preferís.
Novelas cortas en un maravilloso pequeño formato que da cobijo a historias enormes. De esas que no te terminas, que siguen vivas después de la última página, aunque nos engañen con su extensión y tamaño.
"Tenemos que hacer algo" es el mejor ejemplo posible: un entorno cerrado, cuatro personajes y poco más. 
Y, con tan poco, ¿cómo ha conseguido volarme la cabeza? 

Título: "Tenemos que hacer algo"
Autor: Max Booth III
Editorial: La Biblioteca de Carfax, 2022
Traducción: Shaila Correa
Páginas: 216

Una familia al borde de la autodestrucción termina encerrada en el cuarto de baño de su casa durante un tornado. En ese reducido espacio se mezclan complejas relaciones familiares, brujería, alucinaciones y terror en estado puro.

Sinopsis escueta, ¿verdad?
Cuenta lo mínimo, lo imprescindible, y eso es de agradecer. "Tenemos que hacer algo" se basa en sus personajes, su premisa inicial y la construcción de giros y tensión, asi que cuanto menos se sepa de antemano, mejor.
No suelo leer sinopsis y menos aún si la editorial es de mis favoritas. De La Biblioteca de Carfax me suelo fiar, casi a ojos cerrados. Solo me fijo si es una colección de relatos, una novela larga o una corta. 
Poco más. 
Puse mis manos encima de "Tenemos que hacer algo" unos meses después de su lanzamiento, sin haber leído ninguna reseña previa o algo más de Max Booth III. 
Terreno desconocido.
Comencé a leer... y ya no pude parar. Una conexión completa y absoluta con el autor, la novela, los personajes y las situaciones.

Pero no importa, porque eso es lo que pasó. Y ahora estamos aquí atrapados, sufriendo las consecuencias.
Es culpa de papá. Es mi culpa. Es culpa de todos.
 Cavamos nuestras propias tumbas y luego nos lanzamos a ellas de cabeza.

La novela abre con una introducción a cargo de Sean King O'Grady, director de la adaptación cinematográfica de "Tenemos que hacer algo" (con el mismo título: "We need to do something"), que se complementa a la perfección con la nota final de Max Booth III con la que se cierra el libro.
Ahora si, "Tenemos que hacer algo" arranca con una alerta de tornado y cuatro personas encerrándose en un baño. Padre, madre, hijo pequeño e hija que, además, va a ser la narradora de la historia. Mel va a contarnos la historia en primera persona y esa es una decisión crucial, pero sigamos con el entorno. Cuatro paredes, un techo, un suelo, una bañera, un lavamanos, un váter, un armario de baño, toallas y poco más. Una amenaza en el exterior, un buen puñado de conflictos, móviles que no responden, mucha tensión y una familia de cuatro.
Y ya estaría.
Max Booth III no necesita mucho más para ponernos en situación y esa habitación tan pequeña os va a parecer, a ratos, tan claustrofóbica como gigantesca.

Cubierta de la edición americana.


Los cuatro protagonistas son, prácticamente, las únicas voces que vamos a tener en toda la lectura. 
El autor utiliza la construcción básica de familia para cimentar la historia y desde ahí, comenzar la destrucción
El padre es la figura autoritaria, distante, algo egoísta, con sus miedos y complejos, la madre consiente ciertos comportamientos en favor de la convivencia, Bobby, el hijo pequeño, es un pequeño cabroncete consentido y Mel, nuestra voz, se siente atrapada, dentro y fuera del baño.
El drama familiar se cuece a fuego lento dentro de ese baño, sin posibilidad de salir al exterior, de escapar del conflicto.
Y hay cosas en marcha que desconocemos. 
Mel tiene una relación especial con su amiga Amy y hay cosas en marcha pero Mel no nos las cuenta. El padre y la madre también tienen sus secretos y el pequeño Bobby... bueno, Bobby tiene sus juegos de mesa y una habilidad especial para desesperar a cualquiera.

No creo que el uso del baño como refugio sea una elección casual. El baño es, quizás, un lugar íntimo, de tranquilidad y Max Booth III hace saltar ese escenario por los aires. Pervierte el escenario y a sus protagonistas. 
Los va destruyendo con el paso de las páginas, reduciendo a sus expresiones más puras y básicas, llegando a las raíces de sus conflictos. 
Y lo hace de una manera natural y fluida, sin sesudas divagaciones. 
Ya os lo había dicho: que la voz principal resida en Mel es una decisión crucial. Además de guardar un secreto, la narración de Mel hace que tengamos un punto de vista cercano, una interpretación real de los conflictos y las situaciones. Booth III aporta unos diálogos creíbles, naturales y reales que suman ese plus de credibilidad tan necesaria.

Póster de la adaptación cinematográfica.

Son solo cuatro personajes pero parece que tenemos a toda Norteamérica metida en un cuarto. O, si me apuráis, a todo el mundo, que hay problemas que son tan comunes como eternos. Max Booth III reduce a la mínima expresión a la norteamérica (y mundo) post 11S, en plena época actual. Personajes de la mano de fake news, del miedo a lo diferente, en la sociedad de Trump, centrado en la figura paterna, un personaje con adicciones que deriva entre la conspiranoia 11S y extravagantes teorías extraterrestres. 
El libro funciona a la perfección en ese contexto, una radiografía perfecta de tiempos extraños, convulsos.
Tampoco deja de lado temas tan importantes y actuales, por desgracia, como la salud mental, los problemas de la adolescencia y el miedo a la soledad, ideas centradas principalmente en Mel y su amiga Amy. 

Bobby y yo intercambiamos una breve mirada, comunicándonos telepáticamente como solo los hermanos pueden hacer, diciéndonos que podemos sentirnos afortunados por haber esquivado lo que podría haber sido una pelea brutal entre nuestros padres. Cuanto más tiempo estamos en este baño, más aumenta la tensión. No aguantará para siempre. 
Tarde o temprano, algo se va a romper.

Algo o alguien.

En "Tenemos que hacer algo" hay situaciones que surgen y se manejan desde el interior del pequeño baño pero hay un elefante (fuera de) en la habitación. Una alerta de tornado y quizás, solo quizás, algo más. No voy a entrar en detalles pero hay un punto clave en la lectura, uno de esos momentos de todo o nada. Esperaba algo así, sinceramente, y lo celebré muchísimo. 
Max Booth III construye ese punto de giro lanzándose de manera honesta al horror, pero sin perder de vista el foco, el quid de la cuestión. La historia se vuelve aún más oscura, desquiciada, mientras llegan las ansiadas revelaciones y un final poco convencional que me dejó noqueado. Puedo entender que no entréis a ese final pero a mi, personalmente, me dejó loco.
Y es que Max Booth III sabe mucho de terror. Tiene un podcast, una editorial propia (Ghoulish Books), va a abrir una librería especializada en el género y tiene una deliciosa newsletter semanal. 
Uno de mis ídolos, sin lugar a dudas.





"Tenemos que hacer algo" es una novela corta cinematográfica, muy visual, casi teatral, que pone el foco en cuatro personajes muy bien trabajados encerrados en un baño frente a una amenaza externa. 
Max Booth III aprovecha las luces y tinieblas del cuarto de baño para deconstruir a la familia como institución, sus relaciones y miedos, para hacer una vivisección de los conflictos familiares. 

"Tenemos que hacer algo" es una novela de horror, de terrores externos que encierran a la familia en un baño e internos, con la forma de secretos que son arrastrados dentro de esas cuatro paredes.
A Max Booth III no le tiembla el pulso a la hora de jugarsela con extraños giros o construir un final potente: es una novela de horror y dentro y fuera de ese baño, queridas mentes lectoras, hay horrores.


Una propuesta valiente y honesta, basada en una narración en primera persona y unos diálogos magníficos. 
Una novela corta con una importante lectura dentro del contexto sociocultural actual, miedo que surge de nuestro extravagante día a día. 
La Biblioteca de Carfax no mentía. Deméter nace para acoger a la mejor narrativa corta del terror contemporáneo y justo eso es "Tenemos que hacer algo".

Tenemos que hacer algo, querida Biblioteca de Carfax, ahora quiero leer más de Max Booth III (y más sabiendo que tiene una colección de relatos a punto de salir...).
Me encerraré en el baño a esperar...

Fin del mundo / Apocalipsis / Familias / Claustrofobia / Entrevista a Max Booth III en Cemetery Dance

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