jueves, 29 de diciembre de 2022

"El libro de los accidentes" - Chuck Wendig / Roca

¡Ay, el hype!
O, más que hype, la expectativas. 
Y ojo: es culpa mía.
"El libro de los accidentes" es la nueva novela de Chuck Wendig, después del tremendo impacto de "Los sonámbulos", ambas editadas por Roca.
Todo me llevaba a pensar, desde la sinopsis hasta la portada (con cebo de, ojo, Stephen Graham Jones incluido), que "El libro de los accidentes" iba a ser una de esas grandes novelas de terror, un best seller de casa encantada, misterios familiares y horrores varios. 
Pero no ha sido así. 
No ha sido así y, aún lastrando un poco mi experiencia (la mía, ojo), "El libro de los accidentes" es una recomendación directa para los que añoramos las grandes novelas de género de los ochenta, pero muchísimo más cercana a una fantasía oscura con leves pinceladas de terror.


"El libro de los accidentes" - Chuck Wendig
540 páginas / eBook.
Tapa blanda con solapas.
Traducción: Daniel Tejera Expósito 

Hace mucho tiempo, Nathan vivía en una casa de campo con un padre maltratador, y nunca le ha contado a su familia lo que ocurrió allí.

Hace mucho tiempo, Maddie era una niña que jugaba a las muñecas en su habitación y vio algo que no tendría que haber visto… Y ahora intenta recordar aquel momento traumático creando unas esculturas inquietantes.

Hace mucho tiempo, algo siniestro y voraz deambulaba por los túneles y las montañas y las minas de carbón de su ciudad natal en la zona rural de Pensilvania.

Ahora, Nate y Maddie Graves están casados y han regresado a ese lugar con su hijo, Oliver.

Y ahora, lo que ocurrió hace mucho tiempo ha empezado a ocurrir otra vez… Y le está ocurriendo a Oliver. Conoce a un chico muy extraño que se convierte en su mejor amigo, un chico con secretos y afinidad por la magia negra.

Esa magia negra los lleva al epicentro de una batalla entre el bien y el mal, un enfrentamiento por conservar el alma de la familia… Y puede que incluso la del mundo entero. Pero la familia Graves tiene un arma secreta: el amor que se profesan los unos a los otros.

"Los sonámbulos" fue una de mis lecturas favoritas de 2021. Una de esas novelas con las que conectas desde el principio y que no he dejado de recomendar desde entonces.
He esperado la llegada de "El libro de los accidentes" con bastante ansia. 
Me atraía todo: esa magnifica portada, el argumento, saber que Wendig maneja como nadie referencias populares, temas actuales y personajes interesantes, etc. 
Me puse con ella nada más tenerla en mis manos y he caído preso de mi propio ritmo y expectativas.
Me explico.
Esperaba una novela de terror y me he encontrado con un libro cercano a la fantasía oscura.
¿Es eso un punto negativo?
Ni muchisimo menos, pero no es lo que esperaba.
Dejando de lado mis motivos, "El libro de los accidentes" es una de esas novelas que no falla.

Tiene un arranque vibrante, muy intrigante e inteligente. Wendig va introduciendo tramas y personajes de manera habilidosa: un asesino en serie a punto de ser castigado con la pena de muerte, un niño que aparece en el bosque con una herida terrible y, como no, nuestra familia protagonista: Nate, Maddie y Oliver Graves.
Y una casa, claro.
Y desde ahí, desde ese punto de arranque y sin prisa pero sin pausa, Wendig va desentrañando los misterios del libro.

Las glicinias colgaban de los cables eléctricos, y había hiedras venenosas y enredaderas de Virginia, que se alzaban desde el suelo como dedos empeñados en aferrarse a la estructura y tirar de ella hacia las profundidades. Parecía como si la naturaleza reclamara la casa para sí.

También había tres árboles que se cernían sobre ella, igual que la casa se cernía sobre Nate en aquel momento. Tuvo un ataque de vértigo durante el que sintió que la puerta roja iba a abrirse de repente y la casa se inclinaría hacia delante, con el umbral de la puerta convertido en una boca, como si se dispusiera a tragárselo primero y masticarlo después. Era una casa que tenía mal aliento y producía pesadillas.

Nate contempló el hogar donde había pasado la infancia. Llevaba décadas sin verlo con sus propios ojos.

El ritmo es constante, con capítulos cortos, cambiando de personaje principal, ayudado por la forma de narrar de Chuck Wendig: directa, casi como si te lo contase el propio personaje. Y, sin darte cuenta, te habrás bebido las más de 500 páginas de una aventura de fantasía oscura.
Wendig va hilando historias y tramas, dejando algunas ideas por el camino,desarrollando otras, de manera algo inconsistente pero siempre buscando ese ritmo ágil y entretenido.
El entorno también juega su papel en la novela con su pueblo norteamericano rural pequeño, sus leyendas propias llenas de desapariciones, minas y algún que otro asesino despiadado. 
 
Chuck Wendig es uno de esos autores con los pies en el suelo y la mirada puesta en el mundo actual. "Los sonámbulos" fue buen ejemplo de ello y "El libro de los accidentes" sigue el mismo camino. 
Presión social, un mundo crispado, la dificultad de crear y la carga de los problemas y traumas familiares.
Además, centrado en la figura de Oliver, se presenta el horror de ser una persona sensible en este mundo en el que estamos. Una sensibilidad ante todo, cualquier elemento, que le incapacita para una vida normal y, sinceramente, debería ser lo normal. Una respuesta patológica frente al mundo que nos rodea, a las noticias y al previsible futuro.

Ver las noticias con la esperanza de encontrar una fuente de agua cristalina era absurdo; al final, siempre te encontrabas con una manguera que alguien te apuntaba a la cara y que te lanzaba un chorro de aguas negras dispuesto a hacerte tragar la máxima posible antes de que consiguieses vomitarla. Por eso no les gustaba que Olly viese las noticias. Ninguna noticia. Si lo hacía, siempre parecía haberse sumido en un pozo, un pozo sin fondo en el que caía y caía y caía.

No tengo, salvando lo dicho con anterioridad, ningún problema con "El libro de los accidentes" y creo que es una novela de las que no me cansaré de recomendar. Eso no quita que tenga algún que otro elemento menos brillante y la pista puede ser que nos la de el propio Wendig en sus agradecimientos finales. El autor dice que ha sido un libro que ha pasado por un viaje largo, de años, con ideas que han ido cambiando, yendo y viniendo, mutando, y eso se nota en el resultado final. Es una novela que va transitando, a veces se pierde, otras deja cabos sueltos para agarrar otros nuevos y, al final, consigue llegar a buen puerto. 

Presumiendo de ex libris...

Y luego, mis motivos personales. 
Resumiendo: esperaba "El resplandor" y me topé con "El talismán". No es mala cosa, ni muchísimo menos, y tampoco hay tantas novelas así. Además sí que tiene elementos de terror y funcionan muy bien, encajando con el espíritu de la novela.
Destacar, aunque no sea noticia, la excelente traducción de David Tejera Expósito. Todo un seguro, sin duda.

"El libro de los accidentes" nos lleva a un tipo de libros que casi ya no existen. Una aventura de fantasía oscura, lindando con el terror, sin perder la vista el entretenimiento y la crítica social, retratando con buen ojo aspectos de nuestra sociedad, al igual que "Los sonámbulos". 

Un best seller concebido como tal, sin prejuicios ni caminos fáciles, que encantará a los que añoramos ciertos aspectos de los 80, cosas como "Stranger Things" y al Stephen King más juguetón, pero enraizado en la actualidad. 
Es tan entretenida que le llegas a perdonar sus momentos menos brillantes.

Chuck Wendig se confirma como uno de mis autores favoritos, un creador a la altura (y de la escuela) de Joe Hill o Paul Tremblay.
Ojalá Roca no tarde en traernos la continuación de "Los sonámbulos", aprovechando la visita de Wendig a España en 2023...

Casas encantadas / Stephen King / Mundos ocultos / Coming of age / Stranger Things / Minas / Leyendas / Magia / "NOS4A2" / 

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